Redacción.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha devuelto a 60 familias de campesinos las tierras que les fueron arrebatadas hace años por los fundadores del paramilitarismo; los hermanos Castaño.
Por orden de un juez, y tras 20 años sin ellas, Santos y su ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, han presidido una simbólica ceremonia, en la que han devuelto las tierras a sus legítimos propietarios.
El Tribunal Superior de Antioquía emitió el mencionado fallo el pasado mes de febrero, al considerar que las ventas de estos terrenos se hicieron bajo presión, y por lo tanto no tienen validez jurídica.
Las tierras de la discordia se hallan en la zona rural de Montería, departamento de Córdoba, una de las zonas más afectadas por el conflicto armado en Colombia. Las 164 hectáreas de tierra que el Gobierno ha devuelto forman parte de la Hacienda Santa Paula.
Los hermanos Castaño
Los responsables de la expulsión de los campesinos de sus tierras fueron los hermanos Castaño (Fidel, Vicente y Carlos), pertenecientes a un clan de narcos y paramilitares, y que supuestamente las habían donando a las familias campesinas en el año 1991. El clan de los Castaño creó la Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, que usó la violencia y coacción para despojar de sus tierras a las familias.
Tras la muerte del patriarca Fidel, los dos hermanos decidieron deshacer las donaciones, que formaban parte de un supuesto plan de pacificación de la región de Córdoba, y despojar de las tierras a los campesinos. Los que se negaron a entregarlas fueron amenazados y obligados a venderlas, en algunos casos tras quemar sus propiedades.
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