Verónica Sánchez Moreno
Con 28 años, el cabo Tomás Muñoz Egea ya tiene una historia que contar a sus futuros nietos. Este manacorense, destinado en el Regimiento de Infantería Ligera “Palma” nº47, no se lo pensó dos veces cuando se encontró con un hombre en parada cardiorrespiratoria al que salvó la vida con su rápida actuación. En esta entrevista exclusiva para el Observatorio de Inteligencia, Seguridad y Defensa dice que no es un héroe, que cualquiera hubiera hecho lo mismo, y en su voz se advierte el tono del que está satisfecho y feliz con el deber cumplido
Hace poco tiempo usted salvó la vida de una persona en Mallorca, ¿cómo ocurrió?
Fue el 19 de noviembre. Había ido a buscar a mi novia a la peluquería donde trabaja y a la vuelta, en una cafetería cercana, encontramos a una mujer en la calle gritando y pidiendo ayuda porque su padre se estaba ahogando. Nos acercamos y vimos que había mucha gente alrededor del hombre pero que nadie hacía nada. Observé que se asfixiaba y que le estaban dando espasmos. Así que lo tumbé en el suelo y aprecié que no reaccionaba y no respiraba bien, inmediatamente dejó de respirar. Empecé a realizarle la reanimación cardiopulmonar (RCP) y a las 15 ó 20 reanimaciones el hombre empezó a respirar y a echar algo de líquido por la boca. Al ver que reaccionaba lo puse en la posición lateral de seguridad y esperé a que llegasen las autoridades.
Sobre las 19:15h llegó la Policía Local, les estuve informando sobre lo que había pasado y me felicitaron por mi actuación. Poco después llegaron los sanitarios, a los que también les conté lo sucedido, y estuve con ellos viendo cómo se encontraba el hombre, hasta que le pusieron las vías, el suero y se lo llevó la ambulancia. Después la familia me contó que había sufrido una parada cardíaca.
¿Qué se piensa en ese momento? ¿Actuó bajo impulso?
Sí, actué bajo impulso. Pensé un poco en la situación y actué.
¿Cree que su instrucción militar le sirvió para actuar tan rápido y de forma tan eficiente?
Yo creo que sí. Asimilas mejor las situaciones, el estrés acumulado de todo el trabajo, de la presión que tienes tanto en zona de paz como aquí en España te anima a hacer eso.
¿Después de los hechos ha vuelto a saber algo del hombre al que salvó la vida?
Sí, la familia se ha puesto en contacto conmigo e incluso me han invitado a su casa estas Navidades y la verdad es que me llevo muy bien con ellos.
No se lo contó a sus compañeros hasta que el jefe de su Sección les comentó que necesitaba voluntarios para realizar un curso de soporte vital avanzado, ¿por qué?
Cuando ocurrió se lo comenté a mis compañeros por encima y tampoco le di mucha importancia. A cualquiera le puede pasar y reaccionar como yo lo hice. Después, cuando pidieron voluntarios para el curso, mis compañeros empezaron a decir “que vaya Muñoz, que vaya muñoz, que él tiene experiencia”, entonces fue cuando se enteraron los mandos. Yo les dije que no tenía importancia. Informé a mi teniente y él al capitán.
Lo ocurrido, ¿le ha marcado de alguna forma?
A nivel profesional sigo trabajando igual. Respecto a lo personal, ha sido una gran satisfacción para mí e incluso para mi familia, que está orgullosa y muy feliz.
Últimamente hemos conocido varios casos de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que, como usted, han realizado acciones que han salvado la vida de ciudadanos en situaciones cotidianas, ¿a qué cree que es debido?
Creo que te ves en esa situación y actúas. Nosotros tenemos instrucción sanitaria, así que quizá por eso reaccionamos más rápido. Bajo mi punto de vista, debería enseñarse a todo el mundo a realizar una RCP y algunos otros primeros auxilios que pueden salvar la vida de alguien.
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