Hoy entrevistamos a Joaquín Mañes, viejo amigo del Observatorio y autor de La Legión Extranjera y sus Españoles 1831-2017. Con él diseccionamos su último título y nos adentramos en las interioridades de esa mítica unidad.
- Ocho libros ya, y con éste cuatro sobre la Legión Extranjera. ¿Por qué ahora y cómo surge?
Porque la historia de la Legión Extranjera corre paralela a la historia de Francia y de Europa, cuyos acontecimientos en estos diez últimos años han sido trepidantes en la escena internacional. También los testimonios que me han llegado constituían una nueva oportunidad de hacerlos memoria de un siglo XX que se ha mostrado determinante en el devenir de la humanidad. Escribir sobre la historia de la Legión es también escribir sobre la aventura del hombre, y eso me apasiona.
- En el libro se habla de personajes como el general Soult que en su momento describieron la Legión Extranjera como “pudridero de hombres” o “sumidero de desgracia”. ¿Sigue siendo tan oscura la vida del legionario?
En absoluto, es una oportunidad para una nueva vida, plena de acción y económicamente digna. El europeo occidental que se alista hoy en día busca la acción o, en su caso alcanzar una alta cualificación como profesional de la milicia. Los eslavos, asiáticos e iberoamericanos desean una nueva oportunidad para sus vidas a través de unos ingresos honrosos.
- Lo cierto es que el reclutamiento de la Legión Extranjera refleja en cierta medida los vaivenes de Europa: españoles tras la Guerra Civil, alemanes tras la II Guerra Mundial… ¿Qué candidatos llegan hoy?
Desde la década de 1990 se mantiene constante un flujo alto de eslavos y también de balcánicos, que suman algo más del cuarenta por ciento del total de efectivos de la Legión; pero hay cada vez cada vez más asiáticos e iberoamericanos, que incluye una fuerte presencia de brasileños. Actualmente la Legión Extranjera es más extranjera que nunca, más de ciento cuarenta nacionalidades diferentes. Los franceses alistados no llegan al doce por ciento del total de sus efectivos, que además deben hacerlo con una nacionalidad “prestada”, de monegasco, belga o canadiense.
- En el libro hay personajes que parecen al borde de la realidad por lo asombrosos de sus historias. ¿Alguno de ellos te ha impresionado en particular?
Fulgencio Santos, Jose Lillo y Francisco Miralles, de la guerra de Indochina; Higinio Temprado, un auténtico héroe; y José Luis Prieto Haro, ambos de la guerra de Argelia. De los contemporáneos resaltaría el perfil de Carlos Serrano Mesa, un legionario de operaciones especiales.
- Muchas personas ven a la Legión Extranjera, incluso a la española, como un mercenariado o un anacronismo. ¿En qué momento estuvo más cerca de su disolución?
Tras el putsch de Argel, en 1961, aunque ha sufrido varios intentos… Pero siempre que ha tenido sus momentos bajos, ha surgido un conflicto para que, cuan ave fénix, haya renacido de sus horas bajas, realmente sorprendente al cabo de casi doscientos años de historia.
- La Legión Extranjera parece estar siempre al borde de algo: de sus efectivos, de sus fuerzas, de la paciencia del gobierno francés y hasta de la cordura para muchos. ¿Cómo un fenómeno tan extremo, por usar ese término, sobrevive tanto tiempo y con éxito?
Por ser un instrumento militar muy eficaz para Francia; es un cuerpo de élite y, al final, todas las naciones necesitan a los buenos soldados; por otra parte, sus caídos en combate no serían llorados por madres francesas. Como institución militar está plenamente asumida como algo muy francés.
- Las guerras coloniales y las misiones exteriores parecen el entorno natural de unidades como la Legión. Sin embargo, hoy se ve a los legionarios patrullando por las calles de París. ¿Escasez de personal o normalización?
Ni lo uno ni lo otro, el gobierno francés actúa con contundencia frente al terrorismo, lo que no hacen muchos de los restantes gobiernos europeos, y para velar por la seguridad de sus ciudadanos, Francia saca a la calle a sus soldados, y entre ellos, a los mejores, como son los paracaidistas y los legionarios. Puedes ir paseando por Les Halles, de París, y toparte de frente con dos legionarios del 2.º REP.
- Una de las cosas que más llaman la atención del libro es el enfoque reflexivo al considerar la integración de hombres tan diferentes en ese entorno y en tan poco tiempo. ¿Podemos aprender algo de la Legión sobre la integración humana?
Por supuesto, se comparten valores, los de una sociedad occidental; se respeta la tradición, la del mundo donde se integra el legionario; y se asume una cultura, la francesa, porque para eso el legionario ha decidido alistarse. A cambio, al legionario se le respeta su propia idiosincrasia, sea su raza, religión o formación cultural. Creo que la política migratoria europea podría aprender algo de esto.
- ¿Qué diferencias destacarías entre la Legión Extranjera y la Española?
Hay muchas diferencias, pero la esencial es que Legión Extranjera es extranjera y la española es española, algo que parece una obviedad encierra una concepción radicalmente diferente la una de la otra. Para el legionario extranjero la Legión es su patria, para el legionario español, su patria es España.
- La labor de investigación ha tenido que ser tan exhaustiva que parece una obra definitiva ¿Será éste tu último libro sobre la Legión Extranjera o tienes algún otro en perspectiva?
Espero que lo sea, estoy un poco agotado, y un historiador diletante, como es mi caso, no puede limitarse excesivamente a una temática… Sí, hay otro libro en marcha, volvemos a un conflicto bélico del siglo XIX , en un entorno anglosajón pero con fuertes reminiscencias hispanas, pero de momento guardo el secreto…
Muchas gracias, Joaquín, y mucha suerte con tu libro.
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