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Tras su actuación heroica, la pareja de la Guardia Civil: «no damos importancia a lo que hemos hecho»

Por Verónica Sánchez Moreno.

El pasado miércoles 24 de abril veíamos en las “Cartas al Director” del diario ABC una muy especial: el padre de un jinete de 10 años cuyo caballo se había desbocado y cabalgado en dirección contraria por la autovía de entrada a Sevilla agradecía a una pareja de guardias civiles haber salvado la vida a su hijo, al lograr parar al animal.

Tras ponernos en contacto con la Oficina de Prensa de la Guardia Civil en Sevilla y localizar a estos héroes, hoy hablamos con los dos hombres más solicitados en estos días por los medios de comunicación

El alférez Manuel B.G., Jefe del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Dos Hermanas y su compañero, el guardia civil Hilario M.L., son dos hombres jóvenes y tranquilos, que se explican con la seguridad y sencillez de quién hace las cosas bien por costumbre. Se miran con confianza, mientras les notifican que mañana siguen las entrevistas con medios de comunicación nacionales interesados en su hazaña: salvar la vida a un niño de 10 años. Y de forma natural confiesan, “nosotros hacemos cosas de estas todos los días”.

¿Cómo sucedió todo?
Manuel: Con motivo de la Feria de Sevilla se monta un dispositivo especial de tráfico y en ese operativo hay varios tipos de control. Ese día, 18 de abril y jueves de Feria, Hilario y yo formábamos parte del operativo y yo era el oficial de servicio. Circulábamos por la SE-30 y vimos un caballo al galope. Entonces los compañeros que formaban parte de la escolta de los jinetes desde las cuadras de Equitación hasta el Real dieron el aviso: “un caballo desbocado que se mete en la SE-30” y después “la pareja que va por ahí arriba” y esos éramos nosotros.

El caballo se cruzó entre nosotros, en dirección contraria y con el niño a lomos muy asustado. Dimos la vuelta y fuimos detrás de él. A esa hora el puente Reina Sofía que cruza el Guadalquivir llevaba una circulación bastante densa por sus cuatro carriles. Íbamos señalizando al caballo para que no hubiese un accidente y, en un momento dado, el animal aminoró la velocidad porque venía un camión de frente. Ése es el momento que aprovechó Hilario para coger las riendas, darle la vuelta al caballo y bajamos al niño, sacándolo de la circulación. Después Hilario se llevó al caballo tranquilizándolo y yo me quedé con el niño hasta que a los dos o tres minutos vino una patrulla nuestra en coche, lo montamos y lo llevamos a un lugar seguro. El padre del niño, que observó cómo se desbocó el caballo y salió con su coche detrás, sin conseguir hacer nada porque no podía meterse en la autovía en sentido contrario, dio la vuelta en el siguiente cambio de sentido y vino dónde estábamos nosotros. Le entregamos al niño, que estaba muy nervioso y preocupado porque había perdido el sombrero y su padre se mostró muy agradecido.

H. : Cuando vino el padre y abrazó a su hijo fue un momento muy emocionante. Después nos abrazó y estuvimos un rato en silencio, pensando en lo que habíamos hecho y ese fue el mayor premio que tuvimos.

M.: Pensamos que había sido un servicio muy bueno, nos quedamos con la satisfacción del trabajo bien hecho, pero no le dimos importancia. Luego salió la carta del padre publicada en ABC y nos llamasteis vosotros. Y después ha tenido una repercusión en los medios que nosotros no esperábamos.

Durante el rescate, ¿fuisteis conscientes de que os estabais jugando la vida?
M.: En caliente no, luego sí. Pero no en el momento.

H: Cuando cogí al caballo temía que se pusiera nervioso, porque yo iba con el casco y el animal, al no conocerme, en cualquier momento podía ponerse nervioso. Por eso yo estaba con el miedo de que el caballo se volviera a desbocar en cualquier momento y le agarré las cinchas tan fuerte como pude para que no se fuera. Teníamos que sacar al caballo de allí, estuve andando con él unos kilómetros hasta alejarlo, mientras los coches seguían circulando. Yo dejé la moto ahí, señalizada como pude con las luces de emergencia.

Al realizar el rescate, ¿cómo se pusieron de acuerdo para saber lo que tenía que hacer cada uno, Manuel cortar el tráfico e Hilario ir a por el caballo?
M.: Fue automático. Yo iba hablando con el resto con los compañeros del coche y con el helicóptero, para que éste se apartara, no se pusiera justo encima y asustase más al caballo. Asimismo, estaba llevando el control de los paneles, para que avisaran de lo que ocurría.

H.: Llevamos un tiempo juntos y sabemos lo que tenemos que hacer. Yo sabía que él, como mando, estaba en todo momento coordinando y llevaba el control de las comunicaciones. Él coordinó todas las transmisiones y yo tuve la decisión de coger al animal y sacarlo.

M.: Este servicio lo hemos hecho mucho, pero otras veces ha sido con perros o caballos sueltos en la autovía. Pero no era la Feria, no era la SE-30 y no había un jinete menor de edad. Si no hubiese habido cámaras o el padre no llega a mandar la carta a ABC, no se hubiese sabido nada. En nuestro servicio diario es normal esto.

En los últimos días, cuando se ha dado a conocer este espectacular rescate, os habéis reencontrado con Víctor Casal, el padre del niño, ¿cómo ha sido ese reencuentro?
M.: Víctor estaba muy agradecido con nosotros y nosotros agradecidos con él, porque es muy bonito que los ciudadanos te reconozcan y te agradezcan tu labor. Es un detalle. Hacemos muchas cosas pero las personas que están a tu lado y el resto de la sociedad no lo saben. Y en estos días hemos recibido muchas llamadas de familiares y amigos felicitándonos. Aunque, para nosotros, la mayor satisfacción es el deber cumplido.

¿Qué es lo más importante a la hora de realizar perfectamente su labor en este tipo de ocasiones?
M.: La formación continua y la experiencia diaria. Los dos llevamos ya muchos años en la Guardia Civil, muchos destinos, muchas horas de servicio en carretera, y eso se interioriza y te sale automático, como el conducir o el escribir a máquina. No lo piensas, si lo piensas y ves lo peligroso que es y lo que puede suceder si el desenlace no es feliz, no lo haces. Si hubiésemos sido menos decididos, estaríamos hablando de al menos heridos o incluso algún fallecido.

¿Creen que noticias como las de este rescate hacen que la imagen del guardia civil de tráfico no sea sólo la del agente que pone multas?
M.: Poniendo multas también se salvan vidas, pero de otra manera, menos grata, y a veces para la sociedad más difícil de entender. Los dispositivos de tráfico se realizan por la seguridad de los ciudadanos. Nosotros a diario en carretera hacemos servicios que el ciudadano no ve y todo está enfocado a lo mismo, a la seguridad del ciudadano. A veces de una manera agradable y otras veces no tan agradable pero necesaria. Nosotros debemos cumplir la ley y hacer que la gente cumpla la ley. En ocasiones es desagradable pero hay que hacerlo porque tenemos claro el objetivo: salvar vidas.