Por Verónica Sánchez Moreno.
Los cuatro palos del ‘Juan Sebastián de Elcano’ consiguen que sea inconfundible allá donde va. Este velero, con 1.658.595 millas navegadas, es historia viva de la Armada española y embajador de nuestro país. Lleva en la mar desde 1928, instruyendo a los guardias marinas de la Escuela Naval Militar, entre ellos, el Rey don Juan Carlos, que formó parte del XXX Crucero de Instrucción en 1958 y el Príncipe de Asturias, 29 años después.
Antes de empezar su LXXXIV Crucero de Instrucción que, debido a los recortes económicos, tendrá una duración de cuatro meses y medio en lugar de seis como es tradicional, y entre el ajetreo propio de los preparativos finales, nos recibe su comandante, el capitán de navío Alfonso Gómez Fernández de Córdoba.
¿Qué supone este barco para la Armada española?
Después de 85 años de servicio, este barco se ha hecho no sólo el buque más conocido dentro de España, sino también el más querido, al menos por quiénes somos o hemos sido miembros de la Armada. No en vano, muchos miles de españoles, entre los que se encuentran ciudadanos que hicieron el Servicio Militar Obligatorio, hemos formado parte de su dotación en algún momento de su dilatada vida operativa.
Pero es que, además, el buque se ha convertido en un icono para los marinos en nuestro país, y en una referencia para otras marinas del entorno, con un historial (curriculum vitae del barco) que impresiona, por el número de países visitados, por la cantidad de puertos en los que ha recalado, por las millas náuticas que ha navegado representando a España y a la Armada, por los trofeos conseguidos, etc… Por tanto, puede afirmarse que este barco es un orgullo para quienes hemos navegado en él, que además causa un gran respeto y admiración entre las gentes de mar de cualquier rincón del mundo.
Se dice que el ‘Juan Sebastián de Elcano’ es un auténtico “embajador flotante” de España, ¿cuándo atracan en un puerto de otra nación, reciben muchas visitas de españoles que viven allí además de las visitas de autoridades e instituciones?
Lo cierto es que cuando el ‘Elcano’ hace escala en puertos extranjeros, despierta una gran curiosidad entre muchos habitantes de las localidades que se visitan pero, sobre todo, sirve de reencuentro para los españoles que viven fuera de nuestro país. En tal sentido, recibimos la visita de una buena parte de los residentes nacionales, que sienten al pisar la cubierta de este barco que regresan a su tierra. En pocas palabras, el barco es un trocito de España que navega y que cuando se encuentra atracado en puerto extranjero, queda abierto a todos nuestros compatriotas para que puedan encontrarse como en su casa.
¿Cuál es el objetivo de un crucero piloto de instrucción, como del que acaban de llegar que les ha llevado a Casablanca y Funchal?
Este último que hemos hecho no es habitual, llevar embarcadas a dos escuelas diferentes de la Armada ha sido una experiencia novedosa de la que se han obtenido enseñanzas para su aplicación en el futuro. Estamos encantados con el crucero que acaba de finalizar, de haber podido aprovechar las capacidades operativas del ‘Elcano’ para satisfacer las necesidades de ambas escuelas. El objetivo ha sido realizar un periodo de formación teórico-práctico de un mes de duración con el embarque conjunto, tanto de los guardias marinas que serán los futuros oficiales de la Armada, como de los alumnos de marinería que se convertirán en cabos primeros y cabos de la Institución.
El día 2 de marzo, el buque parte desde Cádiz a realizar su 84º Crucero de Instrucción, ¿dónde les llevará y cómo se desarrollará el viaje?
Nos llevará como casi siempre a las Islas Canarias, en este caso a Las Palmas, como punto de lanzadera hacia las Américas, siguiendo los vientos Alisios que tantos navegantes españoles han recorrido durante siglos. Allí tocaremos Puerto Rico y Panamá, para después recorrer la costa de Estados Unidos, recalando en los puertos de Miami, Cabo Cañaveral y Newport. De ahí realizaremos la navegación transoceánica de regreso a Europa y haremos una escala en Den Helder (Holanda) antes de llegar a Santander, dónde entraremos el 4 de julio. En Marín desembarcaremos a los guardias marinas el 12 del mismo mes y a Cádiz llegaremos el 21 de julio, una vez rendido el crucero de instrucción.
Nuestra misión será la de contribuir a la formación integral de los guardias marinas, en sus facetas militar, marinera y humana, así como la de apoyar a nuestro servicio exterior durante las escalas del buque en puerto extranjero.
Los alumnos realizarán durante los más de cuatro meses que dure el viaje, observaciones astronómicas y meteorológicas, manejo de las velas, maniobra del barco y prácticas en la navegación a motor y a vela, así como en el idioma inglés. Por supuesto, esas clases prácticas irán acompañadas de otras teóricas en las mismas asignaturas.
La dotación estará formada por un total de unos 260 hombres y mujeres, 69 de los cuales serán guardias marinas. De ellos, el porcentaje de mujeres está en torno al 10-12%, similar al que tiene la Armada en su conjunto. Por otro lado, de extranjeros tenemos en torno al 12-14% de la plantilla de marinería, sobre todo colombianos y ecuatorianos.
En este momento de crisis económica, ¿está notando el buque escuela esta situación? ¿Y cómo se justifica el coste que lleva consigo el Crucero de Instrucción?
Sin duda, el buque está notando la situación económica. De hecho el proyecto inicial para este 84º Crucero de Instrucción era el de una vuelta alrededor del mundo con una duración de más de nueve meses. Desgraciadamente, hemos tenido que reducir significativamente el tiempo fuera de España por el recorte que ha sufrido la Armada en los presupuestos durante los últimos años.
Es absolutamente necesario que este barco siga navegando aunque dispongamos de menos recursos porque es un buque escuela donde se forman los alumnos que están realizando la carrera en la Escuela Naval Militar y que tienen que realizar unas prácticas de embarque que sólo se aprenden en contacto prolongado con la mar. Y no sólo en la faceta de las asignaturas que se imparten a bordo, porque la parte práctica y la teoría que lleva consigo la práctica necesitan ser impartidas en la mar. Además, con este Crucero, se aprende a convivir en espacios reducidos, se fomenta el compañerismo, se pasa por situaciones de cierta dificultad, como puede ser el mal tiempo al cual nos tenemos que acostumbrar, y al mal tiempo no se acostumbra uno en un simulador en tierra, sino viviéndolo en la mar y pasando por las dificultades que surjan y de las cuales se aprende muchísimo. Igual que las universidades siguen funcionando, el buque escuela tiene que seguir funcionando y su lugar de actividad natural es navegando, no en puerto.
¿Qué supone para los guardias marinas de cuarto curso de la Escuela Naval Militar realizar el crucero de instrucción?
Durante su desarrollo a bordo, los alumnos siguen un plan de estudios dirigido a poner los cimientos de su formación marinera futura. Aquí, el contacto diario y permanente con la mar, hace que se identifiquen con lo que será el medio habitual donde tengan que desempeñar su trabajo en los años venideros. Y la estrecha convivencia con el resto de la dotación, les permite comprender mejor la difícil asignatura del mando y del liderazgo, que luego tendrán que practicar a lo largo de toda su vida profesional.
En cuanto a sus actividades en puerto, se dirigen hacia el conocimiento de los países visitados, entre los que se procura incluir a aquellos que pueden tener un mayor interés, desde el punto de vista de la formación cultural y profesional de los alumnos y también el aprendizaje de un comportamiento social basado en las normas del protocolo naval, que son de obligado conocimiento para todo oficial de marina.
En la web de la Armada, cuentan con un apartado para sus cruceros de instrucción, con cuaderno de bitácora, vida a bordo, galería fotográfica, ¿cuál es su importancia y quiénes son los encargados de realizarlo?
El crucero de instrucción número 84 también tendrá este apartado porque es de suma importancia para difundir las actividades que realiza el barco en la mar y durante sus escalas en puerto extranjero. Evidentemente, está más orientado a los familiares de los miembros de la dotación porque nos siguen en la web de forma permanente, pero también puede resultar interesante para cualquier ciudadano que sienta cierta curiosidad por las cosas de la mar. Intentamos relatar nuestra vida en la mar de la manera más amena posible y su autor es normalmente uno de los oficiales cuya tarea es la de proporcionar información pública a los medios de comunicación social.
Este espacio en la web de la Armada nació sobre 2005, con los barcos desplegados en el Índico en la Operación Atalanta y se viene haciendo desde entonces como una manera de estar enlazados con nuestros familiares porque aquí todos los días no podemos hablar por teléfono con ellos y es una manera de que sigan las vicisitudes por las que pasa el barco y su dotación.
Usted fue nombrado comandante del buque escuela ‘Juan Sebastián de Elcano’ en septiembre de 2011, ¿qué supone para usted estar al frente de este barco?
Desde el punto de vista profesional, mandar este barco es una alta responsabilidad y un gran orgullo pues se trata, como ya he dicho antes, de un barco muy querido. Desde una perspectiva más personal, es un sueño hecho realidad y una gran alegría el hecho de coincidir con tantos hijos de compañeros, que vienen a bordo como guardias marinas, como en su día lo hicimos (hace ya treinta y dos años) sus padres.
¿Cuál ha sido su mejor y peor momento a bordo?
Mejor momento no he tenido ninguno en particular, son muchos y muy buenos recuerdos imborrables en estos 18 meses que llevo al mando de este barco tan singular. Quizá pueda destacar aquéllos en los que hemos participado en regatas de grandes veleros, como la famosa y prestigiosa “Tall Ships Races”, por la expectación que ha levantado la presencia del ‘Elcano’ en los puertos donde se ha celebrado dicha competición.
En cuanto al peor momento, está todavía muy grabado en mi memoria. Fue el pasado 22 de mayo cuando tuvimos que evacuar a una marinero de la dotación por un accidente sufrido a bordo mientras se procedía al aferrado de las velas, en las inmediaciones del puerto de Nueva York. Estaba en la botavara de uno de los cuatro palos aferrando un cangrejo (vela redonda), la cubierta que estaba junto a la botavara estaba húmeda y la pisó, no se había trincado firme con el arnés de seguridad al lugar dónde debía de hacerlo y se cayó desde una altura de dos metros y medio a la cubierta inferior, cayó mal y se lesionó la columna. Tuvieron que operarla en un hospital universitario en Nueva York y fue evacuada por medios aéreos propios de la Armada hasta territorio nacional. En la actualidad, se está restableciendo de las lesiones ocasionadas pero no ha podido regresar a bordo para reintegrarse a sus tareas habituales.
¿Podría contarnos alguna anécdota que haya vivido el buque escuela?
Durante el último Crucero de Instrucción se jugó la fase final de la Eurocopa en junio y julio del pasado año y nosotros estábamos viniendo de Estados Unidos. Habíamos salido de Norfolk la primera semana de junio, no teníamos satélite porque la huella del satélite no llega en alta mar en el Atlántico y no pudimos ver los primeros partidos de ‘la Roja’. Pero conforme íbamos llegando a Europa, España iba pasando eliminatorias. Así, llegamos al Canal de la Mancha y nos preparamos para ver la final contra Italia. Pusimos una pantalla gigante en cubierta y desde la Oficina de Comunicación Social de la Armada en Madrid nos comentaron que, como los periódicos deportivos querían sacar al día siguiente a las Fuerzas Armadas que estaban desplegadas fuera de España disfrutando de la victoria de la selección española, les mandásemos rápidamente una foto en la que estuviésemos todos juntos. Comenzamos a ver el partido y como era de día no se veía bien la pantalla que teníamos en cubierta y la gente se metió en las cámaras para verlo en la televisión. Solo en la segunda parte, cuando ya se hizo verdaderamente de noche salimos todos y vimos el partido juntos en la cubierta. Hicimos nuestras fotografías, las mandamos a Madrid con tan mala suerte de que no se publicó en los diarios al día siguiente porque se publicaron las de otro barco que se nos adelantó, ya que ellos estaban en el Índico en la Operación Atalanta y allí anochecía mucho antes, así que mandaron antes la foto. Nos lo pasamos muy bien, disfrutamos mucho con la victoria pero nos quedamos sin la foto.
¿Ha embarcado en el ‘Juan Sebastián de Elcano’, además del Rey don Juan Carlos y el Príncipe Felipe, que realizaron sendos Cruceros de Instrucción, algún otro marino ilustre?
Siendo yo guardia marina, mi comandante era Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto, Grande de España y descendiente directo del descubridor de América. Tuve la suerte de navegar bajo sus órdenes.
Recientemente el ‘Juan Sebastián de Elcano’ ha recibido la distinción “Día de Andalucía” por ser el buque “más reconocido y representativo de la Armada española” que tiene su puerto base en Cádiz, ¿cree que es un reconocimiento de los méritos de este barco en beneficio de la sociedad civil?
Creo que sí, es un reconocimiento a la vinculación de Cádiz con la Armada y, en particular, con el ‘Elcano’, y que alcanza desde el mismo momento en que fue construido. El barco es “gaditano” y Cádiz es una ciudad muy marinera desde sus orígenes. Cuando estamos en el extranjero, tratamos de ser buenos embajadores de España, pero también de este rincón andaluz del que somos parte desde hace 85 años.
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