Por D. Iván Moro Cardiel.
GUERRA ENTRE ESTADOS
La actual situación internacional está caracterizada por los efectos de la política hegemónica de de Estados Unidos, llevada a planos de dominación mundial y que condiciona las relaciones con sus aliados, sus amigos y sus enemigos.
Las causas de los conflictos armados en la época actual conservan el espectro tradicional que incluye, entre otros factores:
- La lucha por el poder político en diversos escenarios y coyunturas nacionales.
- Logro de beneficios económicos sectoriales.
- Disputas étnicas e incluso religiosas.
La ONU tiene como uno de sus propósitos principales el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. En tal sentido, ha hecho esfuerzos para lograr el fin de numerosos conflictos, incluso a través de medidas del Consejo de Seguridad. Asimismo ha efectuado diversas labores preventivas con el fin de que las controversias no den lugar a guerras o conflictos armados.
La labor de solucionar los conflictos ha tenido que modificarse de acuerdo a la evolución misma de los conflictos. El principal cambio se dio a partir de los años 90, cuando más del 90% del mismo se produjo en el interior de los Estados en vez de producirse entre ellos. Especialmente en el ámbito de las operaciones de mantenimiento de la paz, se produjo un aumento de la participación de las organizaciones regionales y el fortalecimiento de la paz después de los conflictos.
Es así que la ONU desarrolla las Operaciones de Mantenimiento de Paz, un medio para mantener la paz y la seguridad internacionales. Estas comenzaron a funcionar en 1948. Los llamados cascos azules de la ONU, son soldados de diversos Estados Miembros entrenados especialmente para restaurar y mantener la paz en zonas de conflicto.
El uso de la fuerza es un componente necesario de la mayoría de las operaciones de paz, con el fin de autodefensa o para proteger a los civiles, pero esta circunstancia no puede ser una cuestión aceptada de hecho en todos los casos. Por esta razón las operaciones de paz deben mantenerse, tanto a nivel de doctrina como de organización, separadas de las operaciones de combate clásicas.
Los conflictos armados afectan no sólo a los medios de vida de las personas sino también al conjunto de la economía, ya que dichos conflictos generan inseguridad. Además frenan drásticamente el proceso de desarrollo de un país, especialmente si se trata de un país de bajos ingresos.
La realidad es que en los últimos 48 años han ocurrido más de 240 conflictos internos y más de 22 enfrentamientos entre países en todo el mundo. Los Estados deben preservar la Seguridad, la Paz, utilizando todos los medios e instituciones de que disponen y suponen la adopción de una serie de medidas entre las que se incluyen el respeto de los derechos humanos, la lucha por la erradicación de la pobreza, la cooperación al desarrollo, la protección civil, la lucha contra el cambio climático y la lucha contra la delincuencia y el terrorismo.
Porque la Paz no supone la ausencia total de conflictos sino una situación, un estado en el que esos conflictos, que desgraciadamente siempre existirán porque son consecuencia de la condición humana, son resueltos, mientras sea posible, por medios diferentes al uso de la fuerza.
CONFLICTOS INTERNOS, GUERRAS CIVILES
Los conflictos del siglo XXI en su mayoría son internos, guerras civiles a veces, limitados a determinadas zonas de un país .Un conflicto armado interno se refiere a una situación de violencia en la que tienen lugar, en el territorio de un Estado, enfrentamientos armados prolongados entre fuerzas gubernamentales y uno o más grupos armados organizados, o entre grupos de ese tipo.
En contraste con los conflictos armados internacionales, en los que se enfrentan las fuerzas armadas de los Estados, en un conflicto interno al menos una de las partes que se enfrentan es un grupo armado no estatal.
Los conflictos tienden a concentrarse en los países más pobres, ya que más de la mitad de los países subdesarrollados ha sufrido conflictos de importancia en la década de 1.990. En las últimas dos décadas del siglo XX hubieron 164 conflictos violentos en el mundo que afectaron a 89 países, un promedio de más de 8 conflictos violentos al año.
El mayor impacto ha ocurrido en África, donde cada país o un vecino inmediato han sufrido un gran conflicto en los últimos diez años.
Como comentaba anteriormente en las últimas décadas se vieron cambios en la naturaleza de los conflictos, con una mayor probabilidad de que ocurran dentro de un país que entre países. Pero siempre se encuentra en los conflictos la injerencia extranjera. Presiones, manipulación, aporte de recursos económicos y militares y de todo tipo se aúnan para apoyar al bando que satisfaga los propios intereses. Los bandos en pugna también se mantienen tomando el control de propiedades civiles y recursos naturales, incluidos campos forestales y minas. El dinero obtenido de la explotación de los recursos naturales del país, como pueden ser oro, cobre, diamantes, madera, cobalto, etc., se utiliza en la compra de armas, tanto ligeras como pesadas.
La nueva economía de guerra ha conducido a una proliferación de grupos armados organizados con débiles líneas de comando y control. Así, civiles convertidos en combatientes sin entrenamiento han soportado la mayoría de las últimas guerras, violándose los acuerdos de la Convención de Ginebra que protegen a la población civil. Los civiles han sido utilizados en las guerras de varias maneras, incluida el genocidio, la masacre o la expulsión de poblaciones.
Por otra parte, existe una estrecha vinculación entre la forma en que actualmente se tratan los conflictos y la degradación general en la situación de derechos humanos y la pérdida de libertades políticas y religiosas en muchos países. En este sentido, las diferentes prácticas y políticas antiterroristas en muchos países están implicando una seria violación de todo tipo de derechos. Pero también es cierto que el fenómeno de la inseguridad ciudadana ha contagiado a muchas regiones del mundo y representa hoy una amenaza muy seria para el ser humano, pues el número anual de víctimas de la violencia armada supera en algunos casos las bajas de los conflictos interestatales clásicos.
Las causas de las guerras civiles en los países pobres son principalmente de carácter económico y no étnico ni religioso, según un estudio realizado por el Banco Mundial, que propone una acción internacional de prevención. Ese riesgo resulta mucho más inquietante cuando un país atraviesa una situación de crisis o un declive económico y depende principalmente de la exportación de recursos naturales. Tanto es así que cuando un país fracasa en su proceso de desarrollo, la probabilidad de verlo caer en una guerra civil aumenta sensiblemente. Además habría que comentar que cuando se dan este tipo de conflictos las drogas duras, el sida y el terrorismo internacional crece de manera exponencial sobre los territorios afectados.
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