Redacción.

En un dispositivo conjunto, agentes de la Policía Nacional, Ertzainza, la Policía Federal Ministerial y Oficina Nacional INTERPOL México y la Unidad de Crisis y Negociación del FBI, han conseguido la liberación de los cuatro componentes del grupo musical Delorian, que han sido víctimas de un secuestro virtual en México.

Durante la mañana de ayer, familiares de los componentes del grupo (Ekhi Lopetegui de la Granja,  Igor Escudero Lopetegui, Unai Lazcano Muro y Guillermo Astrain Guerrero), informaron a la Ertzaintza de Zarautz y Donostia, que estaban recibiendo llamadas procedentes de números mejicanos de individuos que decían tener secuestrados a sus familiares, amenazando con torturar e incluso asesinar a los secuestrados, y reclamando cantidades desorbitadas de dinero.

La Ertzaintza puso estos hechos en conocimiento de la INTERPOL en Madrid, se avisó al Equipo Nacional de Negociación de la Comisaría General de Policía Judicial para que tuviese conocimiento de las llamadas y se coordinase con las unidades especializadas de la Policía vasca.

Tres componentes de la Sección de Secuestros y Extorsiones se desplazaron desde Madrid a las dependencias de la Ertzaintza en Oiartzun a fin de colaborar en el manejo de la crisis y negociación con la Unidad de Investigación y Policía Judicial de la policía autónoma vasca y sus equipos centrales desplazados a tal efecto.

Secuestro «virtual»
El grupo se encontraba de gira mundial, y el domingo se encontraban en México DF de turismo tras celebrar un concierto la noche anterior. Esa misma madrugada volaban a San Francisco para continuar con su gira, pero antes de llegar al hotel, Guillermo, uno de los componentes, recibió la llamada de un supuesto miembro de los Zetas, avisándoles que se iba a cometer un tiroteo en el interior del hotel y que por su seguridad dos de ellos recogiesen sus pertenencias y se retirarán inmediatamente del hotel en un taxi para alojarse en otro hotel en la cercanías. A los otros dos y sin darles tiempo a reaccionar, les dijeron que hicieran lo mismo en otro hotel, que sacaran dinero en efectivo, comprasen varios teléfonos móviles y los recargasen a fin de poder estar conectados entre ellos. También les instaron a que rompiesen sus teléfonos particulares para eliminar cualquier contacto con el exterior.

Desde ese momento, los componentes de la banda empezaron a recibir multitud de llamadas de los secuestradores, realizándoles un gran número de preguntas de carácter personal. A partir de entonces los miembros de la formación musical tomaron conciencia de ser víctimas de un secuestro. Con un estudiado juego de escenarios, les hicieron creer que estaban siendo vigilados en todo momento y que sus movimientos eran controlados por el resto de los Zetas que les vigilaban.

Una vez liberados sin que sus familiares hayan llegado a pagar el rescate de un millón de dólares que les solicitaban, los integrantes de Delorean se encuentran en la Embajada española en México, esperando para regresar a España tras cancelar su gira por América.