Redacción.

La Dirección General de la Policía ha informado en un comunicado que, antes de que finalice el primer semestre de 2015, todos los policías nacionales que patrullen la calle tendrán chalecos antibala y anticuchillo.

Se finalizará así la entrega de 21.126 chalecos de esta naturaleza que se iniciaba en 2013, y que permitirá que todos los policías que patrullen cuenten con un elemento de seguridad indispensable en su trabajo. Ignacio Cosidó ha asegurado que «es necesario que los policías se sientan seguros para ofrecer un servicio de seguridad al ciudadano».

Antes de finalizar el año, se pretende que todos los agentes de las Unidades de Prevención y Reacción dispongan de estos chalecos, de los que se han repartido ya, según el ministerio del Interior, más de 13.000 unidades.

La Dirección General de la Policía afirma que en 2011 existían 7.588 chalecos de uso externo, 5.392 de uso interno y 1.135 chalecos antibala y anticuchillo de uso individualizado. A estas existencias hay que sumar ahora las entregadas hasta la fecha con el nuevo plan de dotación individual de este sistema de protección

La pasada semana se recepcionaba una nueva partida de 2.200 chalecos que se distribuirá antes de finalizar 2014, de manera que el próximo año, quedará pendiente la entrega de más de 6.000 unidades.

Interior da respuesta así a lo que hace muchos años vienen exigiendo los sindicatos policiales, exigencia que se ha visto reforzada tras el fallecimiento de una agente en Vigo la pasada semana, en un tiroteo tras un atraco a una sucursal bancaria.

Ligeros y resistentes
Este tipo de chaleco  está  formado por un conjunto de láminas a base de fibras sintéticas de alta resistencia y tenacidad de base aramida e hidrofugadas. Las fibras que conforman el paquete balístico son resistentes al calor, al frío y al agua, manteniendo sus propiedades entre los 100 ºC y -30 ºC. Además son resistentes al fuego y no comenzarán a carbonizarse antes de los 200 ºC.

Compatible con el máximo nivel de protección ante distintos calibres, cuchillas y punzones, también se ha buscado lograr el menor peso posible. Los chalecos adquiridos pesan entre 1,3 kg y 1,7 kg dependiendo de la talla.

Los chalecos van destinados a los agentes operativos que realizan su servicio cotidiano en situaciones en las que se estima una posibilidad elevada de agresiones imprevisibles.