Verónica Sánchez Moreno
Durante cinco días expertos han debatido el papel de la inteligencia en el marco geopolítico actual, ante un entorno cambiante en el que las amenazas evolucionan rápidamente.
Organizado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) la pasada semana tuvo lugar en la localidad madrileña de El Escorial el curso de verano “La inteligencia frente a los riesgos y las amenazas actuales”, al que asistieron alrededor de 150 personas.
El secretario general de política de Defensa y, a partir del próximo mes de septiembre, ‘número 3’ de la OTAN, Alejandro Alvargonzález fue el encargado de inaugurar el curso el lunes 4 de julio, afirmando que en un mundo de amenazas como el actual, prescindir de la inteligencia es “quedarse ciegos”, sin la posibilidad de defenderse “de los que pretenden atentar contra el Estado de Derecho”. Alvargonzález subrayó que la posición geoestratégica de España, el que se haya difundido a nuestro país como parte del imaginario terrorista y, tanto el atentado de 2004 como otros intentos de perpetrar ataques, frustrados por la eficiencia policial, dejan claro que “España es objetivo del terrorismo yihadista”. Así pues, “estamos en la obligación ética de defendernos y responder” y los ciudadanos deben “ser conscientes de los riesgos y amenazas para la paz”, destacó el diplomático, para el que la política de Defensa se proyecta con análisis, vigilancia e inteligencia, “más allá de intervenciones militares”.
Más servicio que secreto
“No hay mejor parámetro para medir la calidad de una democracia que la forma en la que se comportan sus servicios de inteligencia”, así comenzó su conferencia el secretario de Estado del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, que hizo especial énfasis en que este centro, en el que trabajan 3.500 personas y está en proceso de reclutar a otras 500, realiza su actividad “siempre dentro de la ley”. Según Sanz Roldán, el CNI es un instrumento de seguridad que cuenta con un deber de reserva que “se cumple siempre” gracias a la lealtad del personal del centro. No obstante, aunque el secreto es algo imprescindible para el trabajo en el servicio de inteligencia “somos mucho más servicio que secreto”, subrayó el secretario de Estado. Asimismo, preguntado por la cuestión catalana, el general Sanz Roldán, afirmó que las órdenes de la Directiva de Inteligencia son iguales para toda España, es decir, “que se respete la ley”.
La jornada del lunes finalizó con una mesa redonda sobre la cooperación nacional en el ámbito de la inteligencia en la que participaron Ignacio Rosales, del CNI, el coronel Sueiros, subdirector de Contrainteligencia y Seguridad del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) y José Luis Olivera, director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Los tres coincidieron en que dicha cooperación es fundamental. De este modo, el primero puso de manifiesto que durante 2015 se desarrollaron 38 operaciones antiterroristas, en 31 de las cuales colaboró el CNI. Mientras que el segundo de ellos explicó que los mecanismos de coordinación se materializan a través de oficiales de enlace en los servicios de inteligencia, así como con reuniones y peticiones de información. 3.200 coordinaciones se realizaron el el CITCO el pasado año según su director.
El segundo día del curso estuvo dedicado a la inteligencia militar, cuyo principal exponente en nuestro país es el CIFAS. Su director, el general Gan Pampols subrayó la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad que caracterizan a la sociedad actual, así como los objetivos de la inteligencia en las Fuerzas Armadas: apoyo al seguimiento de la situación internacional, evitar sorpresas de carácter táctico, apoyo a la acción conjunta y proporcionar análisis estratégicos. A este respecto, el subdirector del CIFAS, general Sánchez Gamboa, explicó que la misión de este centro es facilitar al Ministerio de Defensa, a través de las autoridades militares, la inteligencia precisa para alertar sobre situaciones internacionales, teniendo en cuenta que la inteligencia militar se basa en el principio de unidad de acción y que el CIFAS se encuentra en permanente apoyo a las operaciones, tanto en planeamiento como en seguimiento.
La mesa redonda posterior versó sobre el perfil del analista de inteligencia militar, en la que participaron el general Martínez Valero, creador del CIFAS y actual presidente de la Comisión de Inteligencia del CESEDEN, el comandante psicólogo Vivanco, del CIFAS y el general Sánchez Gamboa. El comandante Vivanco puso de relieve la importancia que tiene para el analista gestionar los sesgos y el estrés, así como contar con las adecuadas cualidades humanas, morales y profesionales. Mientras que el general Martínez Valero señaló que las redes sociales y las nuevas amenazas han acrecentado la “necesidad de nuevas capacidades de análisis y de un personal muy cualificado”, formado por equipos multidisciplinares.
Amenaza global y entorno cambiante
El miércoles 6 de julio la jornada trató sobre la inteligencia en la lucha contra el terrorismo yihadista y el crimen organizado. A este respecto, el Comisario General de Información del Cuerpo Nacional de Policía, Enrique Barón, afirmó que en España hay un servicio de información transversal, el CNI, y otros dos que trabajan en el interior con gran proyección exterior, el de la Policía Nacional y el de la Guardia Civil. Para Barón, los factores clave son el personal, cuyas capacidades se adaptan a las nuevas amenazas; la innovación tecnológica, con productos personalizados que evitan los ciberataques y las “puertas negras”; los procesos metodológicos, definiendo los flujos de información internos; y la cooperación internacional y nacional, ya que las amenazas actuales son globales y están deslocalizadas y, además, “el control que podemos tener” sobre las mismas “no es total”.
Por su parte el coronel Díaz Blanco, del Servicio de Información de la Guardia Civil, subrayó que la experiencia acumulada por dicho servicio en la lucha contra ETA, “ha permitido tener una alta capacitación en la lucha contra el terrorismo exterior, principalmente yihadista”. Según Díaz Blanco, “ahora mismo la amenaza del terrorismo es global”, y su relación con el crimen organizado, cada vez mayor, por ello la cooperación internacional es imprescindible.
Al día siguiente la inteligencia económica y competitiva centró el debate en el curso. Eduardo Olier, presidente del Instituto Choiseul, definió este tipo de inteligencia como “los mecanismos que mejoran la posición económica de las empresas y los estados” e hizo una llamada de atención respecto a la poca influencia económica exterior de España, a la vez que destacaba que “el mundo del siglo XXI se centra en la zona del Pacífico”. A continuación Isaac Martín Barbero, director del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), subrayó que la inteligencia en la empresa es “conocimiento vinculado a las decisiones que tienen que tomar las organizaciones, que se desenvuelven en un entorno cambiante donde la información es cada vez más importante”. Para Martín Barbero, la inteligencia empresarial, que no tiene que ser secreta, pretende reforzar la audacia de la empresa, que ésta prospere y se encuentra subordinada a la estrategia empresarial.
La cultura de inteligencia fue el tema a tratar en la mesa redonda realizada la tarde del jueves, en la que participaron Rogelio Alonso, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC); Aníbal Villalba, subdirector del CNI, y Antonio Díaz, profesor de la Universidad de Cádiz (UCA). Villalba resaltó los convenios firmados a este respecto con universidades, asociaciones y empresas, así como la reciente investidura de Félix Sanz Roldán como Doctor Honoris Causa por la URJC, un reconocimiento otorgado “por el trabajo de todos los que forman parte del CNI”. El profesor Antonio Díaz resaltó la necesidad de que “los espías estén en contacto con la sociedad” ya que el objetivo actual es involucrar a la sociedad en la cultura de inteligencia. De este modo, Díaz aboga por explicar y mostrar en lugar de ocultar, tratando al ciudadano como un aliado, siendo siempre crítico y desarrollando una campaña de verdadero conocimiento por parte de la sociedad. Mientras que Rogelio Alonso sostuvo que se debe evitar la politización de la inteligencia a la que pueden llevar algunas prácticas en pos de dicha cultura.
La inteligencia, fundamental
El viernes 8 de julio, último día del curso, comenzó con la conferencia de Aníbal Villalba sobre los retos de futuro a los que se enfrenta el CNI. Según Villalba, la ciberseguridad es uno de estos retos, el mayor junto con el terrorismo yihadista. “Es un problema real, grave, que nos afecta a todos”, por ello “colaboramos con otros organismos y países del entorno para facilitar un menor impacto”. Respecto al terrorismo, el subdirector del CNI señaló que se lucha contra el mismo en todo el ciclo yihadista, desde la radicalización de los combatientes, hasta que vuelven, pasando por su estancia en Siria o Irak, a la vez que “se está trabajando en el corte de las redes de financiación de Daesh”. Villalba hizo referencia al documento CNI 2030, realizado en 2015, en el que se tratan escenarios futuros utilizando técnicas de prospectiva para generar los posibles escenarios en los que la inteligencia tendrá que trabajar en los próximos años.
Seguidamente Fernando Flores, profesor de la Universidad de Valencia, realizó una ponencia sobre la inteligencia y los derechos fundamentales. Para Flores, los elementos básicos del Estado son la división de poderes y las garantías de los derechos fundamentales “y aquí es donde tienen que encajar los servicios de inteligencia”, que son absolutamente “necesarios para proteger a las sociedades democráticas”. El reto es que las amenazas actuales no dobleguen al Estado de Derecho.
Posteriormente se pasó a la entrega de diplomas a los asistentes y a la clausura del curso, realizada por el director de los cursos de verano de la UCM, Manuel Álvarez Junco; el director del CESEDEN, teniente general Rafael Sánchez Ortega; la vicerrectora de Relaciones Internacionales de la UCM, Isabel Durán Jiménez-Rico; y el director del IEEE y del curso, general Miguel Ángel Ballesteros. Y es que, como señaló el teniente general Sánchez Ortega, “la inteligencia es fundamental en el mundo en el que nos ha tocado vivir”, en todos los ámbitos, no solo en el militar.
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