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“En España todavía no hemos descartado la posibili...

“En España todavía no hemos descartado la posibilidad de una guerra”

Conferencia

Redacción

Durante la tarde de ayer, la Asociación de Reservistas Españoles (ARES) organizó, con el patrocinio del Campus Internacional para la Seguridad y la Defensa (CISDE), la conferencia “Blindados del Ejército de Tierra” impartida por D. Francisco Lisbona Gil, coronel del Cuerpo de Infantería del Ejército de Tierra en la reserva.

El coronel tiene una larga experiencia profesional en el campo de los blindados pues, a lo largo de su carrera militar, estuvo destinado en los batallones de carros del RIMZ “Castilla” 16 y “Soria” 9 y tuvo la oportunidad de participar, durante seis meses, como observador de la Comunidad Económica Europea (CEE) en Bosnia-Herzegovina. Además, una vez que pasó de manera voluntaria a la reserva, el coronel comenzó a trabajar para Santa Bárbara Sistemas donde continúa en la actualidad, trabajando en el Departamento de ILS en todo lo que concierne la documentación técnica de varios blindados como son el Pizarro, el ASCOD 2 y el SV.

Acompañando al coronel Lisbona en la mesa presidencial se encontraban D. Carlos González de Escalada Álvarez, presidente de CISDE y delegado de ARES en Sevilla, y D. Juan Antonio Tocino Olarte, secretario de ARES en Sevilla.

Nada más iniciar la conferencia, el coronel subrayó la importancia que los carros blindados siguen teniendo en la actualidad ya que “la principal batalla que hay que ganar es la de la disuasión y, para ello, no hay nada mejor que las unidades acorazadas”.

La conferencia estuvo dividida en tres grandes bloques temáticos: la historia de los carros en su conjunto, los blindados en el Ejército de Tierra español y la situación de la industria de defensa en nuestro país.

Bautizo de fuego en la batalla del Somme
Respecto de la historia de los carros, el coronel recordó que éstos aparecieron por primera vez en manos de los británicos en la Batalla del Somme en 1916, durante la Primera Guerra Mundial. Los avances en artillería y la guerra de trincheras habían bloqueado el frente occidental, causando veinte mil muertos únicamente en el primer día. Por ello, en el mes de septiembre, los británicos decidieron usar los primeros carros de los que disponían e, inmediatamente, se pudieron apreciar sus ventajas y sus limitaciones que son, según el coronel Lisbona, “exactamente los mismos que hoy en día” salvo por los cambios introducidos por la aviación.

Por tanto, desde su primera utilización, resultó evidente que los carros de combate deben emplearse para romper el frente y penetrar las líneas enemigas, es decir, para maniobras en profundidad. Asimismo, desde el punto de vista táctico, resultó aparente que la coordinación con la infantería es complicada, lo cual es de una importancia extrema pues los carros quedan enormemente vulnerables cuando quedan aislados. Por ello, el coronel Lisbona insistió en que “o se hace acompañar de fusileros o el carro está perdido”.

Ante esta situación, el empleo de los carros de combate debe, según el conferenciante, responder a tres cuestiones principales: las características técnicas, debiendo resolver todos los problemas de esta naturaleza que se presenten; los procedimientos de empleo, en los que se debe optimizar las cualidades de los carros y reducir sus debilidades y saber organizar las unidades para que sean lo más efectivas posibles, y esto incluye, necesariamente, la inclusión de zapadores. Para ejemplificar los problemas que pueden existir cuando no se cumplen estos parámetros, el coronel Lisbona, puso el ejemplo de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes, que conocían bien las ventajas y limitaciones de los carros, crearon unidades mixtas, de todas las armas: las famosas Panzer Division. Sin embargo, durante la batalla de Kursk en 1943, decidieron ignorar sus propios procedimientos y la organización de sus unidades, atacando sólo con todos sus carros de combate, dejándolos vulnerables al enemigo.

España cuenta con buen material
Respecto del caso de España, el coronel Lisbona destacó que se cuenta con un buen material y que, en la actualidad, se está realizando un proceso de reconversión de las unidades ligeras. Además, se va a llevar a cabo un programa de sustitución de numerosos vehículos blindados por 8×8, aunque todavía no se conozca con exactitud qué clase de 8×8 será finalmente empleado.

No obstante, el coronel recordó que no existe ninguna brigada dispuesta para el combate duro, preparada para misiones que puedan ir más allá de las actuales misiones internacionales en las que España está participando y que suelen centrarse en labores policiales o de adiestramiento. Aún así, el coronel reconoció que, a diferencia de otros países europeos, como Dinamarca, “en España todavía no hemos descartado la posibilidad de una guerra” y, por tanto, se continúa empleando material bélico pesado. Sin embargo, el coronel avisó de que en España tenemos el problema de querer obtener determinados objetivos sin invertir en los medios que permiten obtener dichos objetivos. “Si quiero bienestar y paz pero no defiendo el sistema que me lo proporciona, se produce un fallo catastrófico”, advirtió Lisbona.

A por la primera división
En cuanto a la industria española, desde la adquisición de Santa Bárbara Sistemas por la empresa americana General Dynamics, el potencial de la industria en nuestro país ha aumentado considerablemente. En efecto, en la actualidad, Santa Bárbara ha logrado un importantísimo contrato para la construcción de blindados para el Ejército británico y, es posible, que en el futuro logre participar en la reconversión que quiere iniciar el Ejército de Estados Unidos. “Estábamos trabajando en tercera división y, gracias a nuestro producto, jugamos en segunda y podríamos subir a primera división” resumió el coronel.

Sin embargo, el coronel subrayó que uno de los principales problemas que existen es la falta de puentes entre la industria militar para la defensa y la defensa en sí, es decir, entre el productor y el consumidor. Desde el punto de vista que la ha proporcionado su experiencia vital en ambos sectores, el coronel Lisbona afirmó que la industria tiene que incluir más a los militares, a aquellos que utilizarán los carros con la finalidad de adaptarlos a sus necesidades. Al mismo tiempo, los militares deben involucrarse más, entender todo el trabajo que hay detrás del producto final y aprender a manejarlos mejor.


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