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Entrevista a la escritora y periodista Julia Navarro

En el marco del evento organizado por la Fundación Telefónica con motivo del 30 Aniversario de la Incorporación de la Mujer a las Fuerzas Armadas, que contó con la participación de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Desde el Observatorio de Seguridad y Defensa tuvimos la oportunidad y el privilegio de entrevistar en exclusiva a la escritora y periodista Julia Navarro, que fue la encargada de moderar la mesa redonda donde se reunieron invitadas de excepción como la soprano Ainhoa Arteta, la periodista Sonsóles Ónega y dos asistentes muy especiales, mujeres pioneras de nuestras Fuerzas Armadas, la teniente coronel Ana Betegón Sanz y la sargento Isabel Cristina Vélez Echeverri.

Nacida en Madrid en 1953, Julia Navarro ha cosechado a lo largo de su trayectoria profesional todo un repertorio de éxitos tanto en su faceta periodística como en el universo literario. Paralelamente nunca ha cesado de demostrar su compromiso en la lucha por alcanzar la igualdad entre hombre y mujeres, por lo que no es extraño encontrarla moderando una mesa redonda que supone un homenaje a todas aquellas pioneras que hace ya treinta años dieron un paso adelante, abriendo camino y trazando un sendero, no exento de esfuerzo y dificultades, que muchas otras mujeres han seguido en el curso de estas tres últimas décadas hasta convertir nuestras Fuerzas Armadas en un referente en materia de igualdad que avanza en la dirección correcta. No obstante, tal y como sostiene nuestra entrevistada, ha sido y es un camino largo en el que todavía queda mucho por hacer:

Teniendo en cuenta la cantidad de estereotipos que todavía persisten en nuestra sociedad. ¿Cuáles cree que son los principales a los que todavía se enfrentan las mujeres?

Bueno, yo creo que las mujeres todavía tenemos muchas batallas. Es verdad que en el terreno legislativo se ha avanzado muchísimo y que hoy en occidente la igualdad por lo menos sobre el papel está consagrada. Otra cosa es la vida cotidiana, en la vida cotidiana todavía hace falta cambiar la mirada de los hombres sobre las mujeres y especialmente ,sobre todo, lo que podemos o lo que no podemos hacer las mujeres y la relación de vosotros con nosotras. Esa mirada tiene que cambiar.

¿Y cómo cambiamos esa mirada?

Esa mirada solamente puede cambiar a través de la educación. No hay otra manera de cambiarla, puedes tener las mejores leyes, las más avanzadas del mundo pero sino consigues cambiar esa mirada a través de la educación, no habremos avanzado nada.

Actualmente estamos siendo testigos de la publicación de determinados datos preocupantes hacia los que apuntan ciertas estadísticas en materia de igualdad y género. En una sociedad que en principio está, o debiera estar, más sensibilizada con este tipo de cuestiones, resulta cuanto menos algo contradictorio encontrar tendencias y comportamiento negativos a edades cada vez más tempranas. ¿Cómo ve la realidad actual en materia de igualdad?

A mí me preocupa mucho ver que en las encuestas que se hacen sobre jóvenes, estos a veces reflejan actitudes más machistas que incluso las que presentaban generaciones anteriores y por lo tanto algo estamos haciendo mal en el terreno de la educación cuando hay chicos que controlan a sus novias, cuando hay chicos que les dicen como tienen que vestir, cuando hay chicos que son capaces de alzar la mano contra su pareja y ya no te hablo de gente mayor, sino de gente  joven. Creo que otro de los principales estereotipos que se tienen que cambiar es el de la igualdad, el hombre se tiene que convencer de que somos iguales.

Uno de los principales problemas a la hora de abordar este tipo de cuestiones y especialmente cuando entran en juego determinados términos como es el caso de la igualdad, las definiciones en torno a tales conceptos suelen depender en gran medida de la forma que cada individuo tiene de entender los mismos. En el caso de la igualdad, uno de los argumentos que se esgrimen normalmente son las diferencias evidentes que pueden distinguir a hombres y a mujeres, argumentos que se emplean para refutar la pretendida igualdad en base a tales distinciones. ¿Cómo les explicamos a los defensores de este tipo de alegatos que somos iguales, siendo diferentes?

Que seamos iguales no significa que no haya diferencias, antes lo ha dicho muy bien la Teniente Coronel. Ella decía “yo no puedo levantar 600 kilos” y yo siempre digo lo mismo: Yo no quiero ser un hombre. Yo tampoco quiero coger 600 kilos, lo que sí quiero es tener las mismas oportunidades que tiene cualquier hombre, quiero tener el mismo trato y que seamos iguales en derechos  y en obligaciones, pero que verdaderamente seamos iguales respetando las diferencias de cada cual, porque yo insisto no quiero ser un hombre.

Hemos hecho referencia a los estereotipos que aún debe soportar la mujer y superar la sociedad ¿pero qué ocurre con los desafíos a los que tiene que enfrentarse la mujer de hoy?

Yo creo que el principal desafío es la conciliación, es decir, todavía no tenemos las herramientas necesarias para poder conciliar la vida familiar con la vida profesional, no las hay. Las mujeres, cuando cerramos la puerta de casa, nos llevamos la casa a cuestas y por lo tanto la conciliación no es un hecho porque todavía hay que cambiar esa mirada de la sociedad en la que sobre las mujeres recae toda la responsabilidad de la vida familiar. Sigue recayendo sobre las mujeres el cuidado de los hijos, el cuidado de los mayores, etc., y todavía estamos en esa fase en que los hombres les ayudan, pero no asumen la misma responsabilidad. Y ayudar está muy bien, es cierto que hemos dado un paso de “me desentiendo y este no es mi tema” a “te ayudo”, pero el paso que hay que dar es “comparto y me corresponsabilizo”.

Una última reflexión.

Solamente a través de la educación lograremos cambiar la sociedad. Yo no creo en la ingeniería social  en el sentido de “ahora en adelante los hombre tienen que comportarse de tal manera”, no, eso lo lograremos a través de la educación  y a través de unas pautas en las que a los niños, desde pequeños se les enseñe en la escuela y se les eduque en igualdad. Pero insisto, algo estamos haciendo mal, porque hay demasiados jóvenes que hoy en día no asumen esa igualdad con respecto a sus compañeras de clase, a sus amigas, compañeras de trabajo, etc. Entonces a mi lo que me gustaría saber, lo que me gustaría que los sociólogos atendieran realmente a evaluar es ¿Qué es lo que estamos haciendo mal en nuestra sociedad? y ¿Qué estamos haciendo mal como individuos? Porque la igualdad real todavía no existe.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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