Redacción /Madrid.

El domingo una avioneta se estrellaba en las inmediaciones de la localidad toledana de San Pablo de los Montes. Sus tres ocupantes morían prácticamente en el acto, pero los medios de rescate y Guardia Civil no acudieron hasta que un vecino de la zona diera la voz de alerta. Al llegar, lo único que se pudo confirmar era que se trataba de la avioneta que habitualmente pilotaba Íñigo de Arteaga y Alcázar, Marqués de Távara e hijo del Duque del Infantado, alférez reservista voluntario

El alférez reservista regresaba de la boda de unos amigos en Sevilla y se dirigían a un aeródromo de Madrid. Por motivos que aún se desconocen el aparato se estrellaba en esa zona de los Montes de Toledo. Los tres ocupantes del aparato fallecieron en el acto y  hasta ayer no se pudo llevar a cabo el rescate de los cadáveres debido a lo complicado del terreno.

Iñigo era un piloto experimentado que acumulaba muchas horas de vuelo ya que solía utilizar su avioneta para sus desplazamientos por España e incluso por el extranjero. Nunca había sufrido un accidente por eso la noticia ha sorprendido a familiares y amigos.

Sus compañeros reservistas voluntarios y miembros de ARES quieren transmitir sus condolencias a la familia por tan terrible pérdida, así como destacar lo extraordinaria persona que era, «cómo vivía de apasionadamente el reservismo y los buenos momentos que han compartido en actos y visitas a la Delegación del Defensa en Madrid».