Redacción/ Sevilla.
La fragata ‘Méndez Núñez’ partió ayer por la tarde desde la Base Naval de Rota para incorporarse a la “Operación Atalanta” de lucha contra la piratería en el océano Índico, que desarrolla la Fuerza Naval de la Unión Europea (EUNAVFOR).
Se prevee que el próximo 6 de diciembre tome el relevo del buque de asalto anfibio «Castilla». La fragata permanecerá integrada en la operación hasta el 6 de Abril del año próximo. Durante los cuatro meses que permanecerán en la zona, el contralmirante Pedro Ángel García de Paredes, Comandante del Grupo de Acción Naval 2, ejercerá el mando de la EUNAVFOR a bordo de la fragata española.
Desde el mes de septiembre, el buque de la Armada ha venido realizando un adiestramiento específico en aguas de Ferrol, culminado en las últimas tres semanas en la Base Naval de Rota, con un intenso calendario de ejercicios, necesarios para obtener la calificación operativa requerida para integrarse en la «Operación Atalanta».
Su cometido principal será la escolta y protección de los buques del Programa Mundial de Alimentos (World Food Program – WFP), la seguridad marítima internacional y contribuir a la lucha contra la piratería en aguas del Índico próximas a Somalia y Golfo de Adén.
La fragata lleva a bordo un total de 236 hombres y mujeres, entre la dotación propia del buque, el Estado Mayor multinacional del Comandante de la EUNAVFOR, la Unidad Aérea Embarcada y un Equipo Operativo de Seguridad de Infantería de Marina.
La ‘Méndez Núñez’ es la primera fragata de la serie F-100 designada para participar en la “Operación Atalanta” desde que se pusiera en marcha en 2008.
La Fragata Méndez Núñez
Botada en los astilleros de Izar (actualmente Navantia) en Ferrol y en activo desde 2002, fue nombrada así en honor a Casto Méndez Núñez, contraalmirante español del siglo XIX.
Con un coste 600 millones de €, las Méndez Núñez, al igual que las demás fragatas F-100 clase Álvaro de Bazán, son los primeros buques de guerra europeos que cuentan con el sistema de combate Aegis, de origen estadounidense, y un radar capaz de detectar movimientos de aeronaves en un radio de 600 km, que les permite actuar en igualdad de condiciones que las más modernas unidades de la Marina de Estados Unidos y participar en el desarrollo del escudo antimisiles. Tiene capacidad para detectar y seguir hasta 90 blancos móviles y dirigir los proyectiles antiaéreos y de superficie.
Son los primeros buques españoles con casco de protección balística de acero de alta resistencia. Completa su protección con motores montados sobre piezas elásticas, que no transmiten ruido al casco, por lo que son más difícilmente detectables por submarinos.
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