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«La Historia Militar es imprescindible para conocer la formación de la Nación y su realidad»

Gema Nieves / Madrid.

El director del Instituto de Historia y Cultura Militar, general Francisco Ramos Oliver, nos ha abierto las puertas del conocimiento histórico. «La Historia Militar no es solo el relato o estudio de campañas, batallas y combates…» y así lo cuenta

«Todas las actividades del Instituto se llevan a cabo con muy pocos medios humanos, materiales y financieros, y que son posibles gracias a la altísima calidad humana y profesional del personal que en él presta sus servicios, en un permanente ejemplo de los principios, virtudes y valores en los que se sustenta el Servicio de las Armas». De esta forma el general Ramos nos introduce en las realidad del Instituto de Historia y Cultura Militar (IHCM).

Muy buenos días general, ¿desde cuándo ocupa el puesto de director del Instituto?

Desde septiembre de 2010.

¿Qué le ha supuesto en su carrera? Imagino que algo muy diferente que la operatividad de otras unidades…

Es mi último destino en el Ejército pues el día 4 de diciembre paso a retirado; me jubilo, en términos civiles. Es la culminación de mi carrera, en la que he ocupado puestos con importantes responsabilidades. La dirección del Instituto de Historia y Cultura Militar es un verdadero privilegio, un premio extraordinario de “fin de carrera”.

¿Qué ofrece el Instituto?

Si te refieres a mí, me ofrece la oportunidad de dirigir un equipo con unos profesionales, militares y civiles, de altísimo nivel y de relacionarme con personas que “tienen algo interesante que decir”. Se aprende mucho en el Instituto, todos los días.

Si te refieres en general, ofrece la oportunidad de entrar en contacto con nuestro rico patrimonio, o lo que es lo mismo, con nuestra Historia, a todos los niveles, desde un conocimiento general hasta el más profundo y especializado.   El IHCM es mucho más que un centro de «conservación» de historia. Sus cometidos van más allá…

¿Cómo lo presentaría?

 Es un centro altamente especializado, que tiene como cometidos la protección, conservación, investigación y difusión del riquísimo patrimonio mueble e inmueble, documental y bibliográfico del Ejército.

En los tiempos que corren actualmente, ¿cómo se defiende la importancia de la Historia Militar?

La Historia Militar es, como la económica o de la Economía, la Social o cualquier otra, una parte de la Historia, así con mayúscula y sin apellidos, sin el conocimiento de la cual no se comprende en plenitud el hecho histórico. La Historia Militar no es solo el relato o estudio de campañas, batallas y combates, es también la evolución del Arte de la Guerra, es decir, del concepto de la guerra en las diferente épocas, el estudio de los ejércitos como entidades sociales, de la mentalidad de los militares y su encaje e influencia en la sociedad y viceversa, como verás, un campo amplísimo y muy atrayente.   Su conocimiento es imprescindible para conocer la formación de la Nación y su realidad actual.

Ustedes llevan a cabo diferentes cursos relacionados con la Historia, ¿qué aceptación tienen entre los militares?

Es una pregunta difícil de contestar. Ten en cuenta que, en general, se circunscriben a los destinados en Madrid y se imparten a horas “de trabajo”, pero en todos ellos hay un importante número de militares de los tres ejércitos y de la Guardia Civil y de todos los empleos. Aproximadamente los dos tercios de los concurrentes son militares. Nos gustaría una mayor afluencia de civiles y hacia ellos van orientados nuestros esfuerzos.

¿Entre la tropa creen que existe esa inquietud por conocer el Instituto? ¿Cómo los animaría a participar?

En todos los cursos hay un número significativo de personal de tropa. Tengamos en cuenta que la tropa está constituida por una mayoría de jóvenes y, lógicamente, el Instituto no está entre sus prioridades. Sería irreal pensar en una “avalancha” de personal de tropa en la puerta del Instituto, como tampoco la hay de jóvenes universitarios.

El éxito del Museo del Ejército de Toledo es una realidad palpable que ha costado muchos años. ¿Por qué era necesario?

Porque la enorme riqueza y trascendencia de nuestro patrimonio y nuestra Historia requerían de unas instalaciones modernas y acordes a su categoría.

¿Se pensaba que el público acudiría de esa manera?

Sí, nunca se dudó de la respuesta del público a tan atrayente oferta.

Hace unos días se filtró a los medios el Plan de Recorte que el Ejército propone. Aunque se ha dejado claro que es un documento de trabajo (que hay que matizar y estudiar), en dicho documento aparece como «Acciones de Mando»: Reducción de los días de apertura semanales de las instalaciones del Museo del Ejército de Toledo –una recomendación expresa del director del Instituto de Historia y Cultura Militar, según el documento-. Así se reducirá “muy notablemente” el gasto anual. ¿Tiene algo que opinar al respecto? (No creo que sea una pregunta incómoda)

No hay preguntas incómodas. En primer lugar aclarar que en el documento mencionado lo que se solicitaba era una propuesta por parte del Director del Instituto, en relación con los días de apertura, para reducir gastos. Le puedo decir que el Museo seguirá abriendo sus puertas seis días a la semana. Los miércoles cierra al público, pero dentro sigue la actividad dedicada a tareas de mantenimiento principalmente. Hay otros procedimientos para reducir gastos.

Como historiador, ¿cuáles son las claves para unir lo «antiguo» y lo moderno del Ejército y que cause efecto social?

Lo “antiguo” y lo “moderno” en el Ejército son los materiales y poco más, quizás algunos procedimientos, porque a lo largo de la Historia el Ejército mantiene unas virtudes y valores morales que son intemporales: el patriotismo, el valor, la disciplina, la lealtad, el espíritu de sacrificio, la abnegación, la austeridad, la permanente disponibilidad para el servicio, el compañerismo, la solidaridad, el afán de superación,… y unos principios operativos siempre vigentes entre los que sobresale la permanente voluntad de vencer. Los militares no son seres excepcionales ni pretenden serlo, pero ofrecen a la sociedad un estilo de vida válido para cualquier profesión, trabajo o actividad. Pretenden ser buenos ciudadanos.

 ¿Qué exposiciones están actualmente en marcha (o en proyecto)?

En estos días está abierta una interesante exposición sobre los tesoros documentales y bibliográficos que guarda en su archivo y biblioteca. Próximamente se abrirá una exposición sobre la evolución de las prendas de cabeza, con la singularidad de que cada una de ellas fue portada por un personaje histórico o conocido. Más adelante, una sobre miniaturas y dioramas inspirados en los cuadros de Ferrer-Dalmau, otra sobre los Tercios y trataremos de conmemorar con otra el centenario del Protectorado Español en Marruecos.

¿En qué forma el Instituto se ha adaptado al plan de recorte que en general viven todas las instituciones?

Pues disciplinadamente, no puede ser de otra forma. Cuando los recursos son escasos hay que centralizar la gestión y priorizar los objetivos y eso es lo que hemos hecho. Hacemos menos cosas pero manteniendo la calidad de lo que hacemos. Y aguzamos el ingenio, abrimos nuestras mentes y buscamos soluciones creativas.

Entre nuestros lectores se encuentra un nutrido número de reservistas voluntarios. ¿Qué apreciación haría de la figura del reservista?, ¿y de su futuro en las FAS?

El Instituto tiene un nutrido y selecto grupo de “fieles” reservistas que pasan con nosotros los períodos que marca la reglamentación y que ya los consideramos “de casa”. Se encargan de proyectos concretos y su aportación es muy valiosa y reconocida. Colaboración que en muchos casos continúa fuera de los períodos de activación de forma altruista y sin la cual algunos proyectos no llegarían a ver la luz. Les estamos muy agradecidos por su entusiasmo, dedicación y cariño hacia las Fuerzas Armadas.   Con respecto a su futuro, creo que habría que cambiar la legislación que rige esta figura para sacarle más rendimiento y algo se está haciendo, pero soy consciente de que no es fácil.

Hablamos del Instituto que dirige como una unidad del Ejército, pero de cara a la sociedad civil ¿qué puede encontrar el ciudadano?

 El Instituto pone a disposición del ciudadano la Biblioteca Central Militar con más de cien mil títulos y otras ocho bibliotecas en otras tantas ciudades españolas, una “mediateca” compuesta por una fonoteca y una filmoteca con verdaderas “joyas”, una impresionante colección de fotografías, una cartoteca con miles de mapas y planos, cuatro archivos generales y ocho intermedios con más de ochenta kilómetros lineales de documentos históricos y expedientes personales; un Museo Nacional del Ejército en Toledo y otros doce museos más repartidos por España.   Además, impartimos periódicamente cursos sobre Historia Militar de España, Patrimonio Militar mueble e inmueble, Vexilología, Heráldica, Uniformología, Fortificación y poliorcética, Historia y evolución del armamento e Historia de la Música Marcial; organizamos jornadas, seminarios, mesas redondas en las que se analizan episodios históricos; se llevan a cabo presentaciones de libros; colaboramos en el programa editorial del Ministerio con libros, CD,s y DVD,s de producción propia y con la prestigiosa Revista de Historia Militar; colaboramos con Universidades y otros centros docentes y culturales para fomentar el conocimiento y difusión de la Historia y el Patrimonio; organizamos exposiciones temporales; realizamos tareas de asesoramiento a quien lo solicite, entre ellas a las productoras de cine y televisión y a pinacotecas civiles; evacuamos consultas de instituciones y particulares sobre asuntos relacionados con la Historia y la Cultura Militar; etc.

Archivos, bibliotecas,… son espacios en los que la Historia se mantiene viva. ¿Todo el mundo tiene acceso?

Todo ciudadano español mayor de 18 años provisto de DNI tiene libre acceso a nuestros archivos y bibliotecas. A los museos es libre el acceso como a cualquier otro museo estatal.

España vive tiempos difíciles (sobre todo a nivel económico) o ese es el sentir de gran parte de la sociedad. Nuestra nación, ¿qué momentos clave a vivido en su Historia que han influido en el devenir de sus gentes?

 Muchos. Podríamos empezar con los romanos, que nos trajeron la civilización greco-romana y el latín; los visigodos con el cristianismo y el concepto de España; los musulmanes y la Reconquista, sin la que no se entiende la España actual; los Reyes Católicos y el inicio del Estado moderno; Felipe V y el Estado centralista; la Guerra de la Independencia; el “Desastre” de 1.898; la Guerra Civil 1936-39 y la Constitución de 1.978.

Últimamente se habla mucho de Cultura de Defensa, ¿existe realmente? ¿Qué importancia tiene?

Actualmente se utiliza más el concepto de “Cultura de Defensa y Seguridad”, cuyo desarrollo vendría a ser “sin Defensa y Seguridad no hay paz, libertad y tranquilidad; sin paz, libertad y tranquilidad las instituciones políticas y sociales no funcionan con normalidad; sin normalidad no hay progreso.” En España no está muy arraigado este concepto por complejas razones históricas y sociales, pero se va avanzando poco a poco.

¿Y cómo se podría potenciar?

Pues continuando con el esfuerzo que se está llevando a cabo por muchas instituciones y personas para concienciar a los ciudadanos de que la Defensa y la Seguridad son conceptos básicos para mantener el estilo de vida que nos hemos dado y que es tarea de todos, no solo de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

 Por último, ¿qué actividad próxima nos podría adelantar?

De aquí al verano tendremos en la sede madrileña del Instituto unas jornadas sobre la Emancipación de América, otras sobre el llamado “Desastre de Annual”, otras sobre la figura del general Prim y un curso de Uniformología. Además, están las exposiciones, conferencias y otras actividades organizadas por el Museo del Ejército y por los Centros de Historia y Cultura Militar. De todo ello tienen cumplida información en la página web del Instituto.


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