Redacción.
El presidente afgano Hamid Karzai declaró en televisión que las últimas explosiones en Kabul y Khost «son una muestra de que los talibanes están al servicio de América. Con ello, tratan de asustarnos haciéndonos creer que si los extranjeros abandonan Afganistán, nos tendremos que preparar para este tipo de atentados».
Las declaraciones del líder afgano trascurren durante la visita del secretario de Defensa, Chuck Hagel a Afganistán para negociar un acuerdo sobre la presencia militar estadounidense en el país hasta la retirada definitiva de las tropas americanas en 2014. Hagel aseguró que EEUU no mantenía ningún diálogo con los talibanes, como sostenía Karzai, en un intento de suavizar la tensión entre los dos países. Hagel mantiene además que Washington es la primera interesada en no contribuir a deteriorar la ya débil relación entre ambos países, puesto que para el repliegue de los 66.000 militares de EEUU es necesaria la colaboración de Kabul.
Por otro lado, el que hace un mes asumiera el mando de las tropas de EEUU y de la OTAN en Afganistán , Joseph Dunford, se mostró más rotundo al asegurar que las declaraciones de Karzai eran «estratégicamente falsas».
Karzai ya exigió a comienzos de marzo a las tropas de la coalición que cedieran el control de las milicias locales de Kabul. Justo el domingo 10 de Marzo, finalizaba también el plazo que el presidente afgano había otorgado a EEUU para retirarse de la provincia de Wardak, donde justo un día después, un hombre con el uniforme de la fuerzas nacionales afganas abrió fuego en una comisaría de policía, asesinando a dos soldados estadounidense, a dos agentes afganos y al jefe de Policía del distrito de Jalrez. El atentado ocurrió en una base conjunta de fuerzas afganas y estadounidenses en el distrito de Jalrez.
Bajas estadounidenses
En pleno clima de máxima tensión, fuentes de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF) informaban hoy mediante un comunicado que cinco soldados estadounidenses murieron ayer al estrellarse el helicóptero en el que sobrevolaban la provincia de Kandahar. el ISAF ha abierto una investigación para esclarecer las causas del desafortunado accidente, aunque ha descartado que se trate de un ataque de la insurgencia.
Desde enero el número de bajas estadounidenses en Afganistán se había reducido considerablemente en comparación a años anteriores. En los dos primeros meses del año cuatro militares estadounidenses murieron. En cambio, desde principio de marzo las cifras se han disparado y ya suman nueve los fallecidos norteamericanos en sólo once días.
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