Redacción.
Tras doce años de guerra y algunos intentos infructuosos de poner en marcha un diálogo con los talibanes para terminar con el conflicto, éstos se han mostrado dispuestos a negociar con el presidente Karzai para formar un gobierno de carácter inclusivo.
Eso sí, condicionan el inicio de estas conversaciones a que Hamid Karzai acuda a la oficina política recientemente abierta por el grupo en la capital de Qatar, Doha.
Los talibanes han asegurado que su líder, Mohamad Omar ha reiterado en numerosas ocasiones su deseo de formar un gobierno que incluyera a todo el pueblo afgano. Así lo ha expresado el representante de los talibanes en la oficina de Doha, Mohamed Naeem «Debe ser un gobierno en el que todo nuestro pueblo y sus representantes puedan participar. Debe dar a los afganos la esperanza de que es un gobierno para todos ellos y que su país les pertenece».
La oficina abierta en Doha no está exenta de polémica, ya que el nombre oficial que se le ha dado, «Oficina política del Emirato Islámico de Afganistán», era el nombre del gobierno talibán que había en el país desde 1995 y hasta la invasión estadounidense en 2001.
El gesto no ha gustado a las autoridades afganas que han expresado su malestar al respecto. De hecho, el Parlamento afgana ya ha rechazado la apertura de la misma, recalcando en un comunicado que no reconoce al Estado Islámico de Afganistán.
Las autoridades afganas deben liderar las negociaciones
Por su parte, el presidente Karzai se ha negado a participar en las negociaciones que iban a emprender los talibán y los Estados Unidos, ya que considera que deben ser los propios afganos los que las lideren, y no las potencias extranjeras.
Sin embargo, los talibanes han dejado clara sus prioridades y su postura al respecto a través de las declaraciones de Naeem «Nuestra política es clara. Hemos dicho que el problema en Afganistán tiene dos aspectos, y el fundamental está relacionado con la ocupación del país por parte de las fuerzas extranjeras. Pensaremos sobre el asunto interno una vez solucionemos nuestros problemas con los extranjeros».
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