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MOPS, al frente por la Igualdad, la Paz y la Seguridad Internacionales

El “II Seminario de alto nivel sobre igualdad, paz y seguridad” contó, entre otras personalidades, con la presencia del teniente general Fernando J. López del Pozo, Comandante del Mando de Operaciones (CMOPS) del Estado Mayor de la Defensa.

El pasado viernes 28 de septiembre a las 9:30 de la mañana tuvo lugar, en el Campus de Getafe de la Universidad Carlos III, la inauguración del segundo seminario de alto nivel sobre igualdad, paz y seguridad. Con el sello del Ministerio de Defensa, dicho espacio supuso una oportunidad excepcional de cara a profundizar en el debate en torno al papel, los retos y las contribuciones de las mujeres en la construcción de la paz a nivel internacional. En relación con este último cometido y con los esfuerzos que se llevan a cabo en pos de consolidarlo, tanto por parte de la Administración en la figura del Ministerio de Defensa y en particular de las Fuerzas Armadas (FAS), como por parte de entidades  de la sociedad civil, los asistentes tuvieron el privilegio de contar con la participación de personalidades clave a la hora de comprender de manera integral la complejidad y las particularidades que entraña la aproximación a dicho escenario y a tan vastos conceptos como son igualdad, paz y seguridad.

Durante el acto inaugural el almirante Juan Francisco Martínez Núñez, Secretario General de Política de Defensa, hizo hincapié en los roles que hombres y mujeres han desempeñado tradicionalmente en los conflictos, su consideración y su evolución a lo largo de la historia.  Los hombres han representado, generalmente, el papel de actores combatientes, mientras que la intervención femenina en el seno de los conflictos ha estado poderosamente determinada por su condición de víctima. En esta línea, fue subrayado el papel esencial de las mujeres como guardianas y protectoras de la humanidad y muy especialmente como promotoras de la normalidad, atendiendo a su actitud y aptitudes a la hora de paliar los impactos negativos, gracias a su capacidad para relativizar las causas por mor de unos bienes mayores, concentrándose en las consecuencias de los conflictos, sus costes y relegando a un segundo plano los beneficios potenciales.

El almirante durante su locución inaugural/CISDE

Tales consideraciones desembocaron en la necesidad de sacar un mayor partido a las características propias de las mujeres, señalando cómo en la actualidad dichas cualidades todavía no se encuentran lo suficientemente aprovechadas y acentuando la obligación asumida de potenciar la figura de las mujeres en primera línea en materia de resolución pacífica de conflictos e iniciativas con la sociedad civil. Por esta promoción está luchando desde hace ya tiempo el Ministerio de Defensa, tomando como referencia clave el refuerzo de la perspectiva de género de cara a materializar los esfuerzos por el empoderamiento femenino a todos los niveles.

En el momento de abordar la cuestión de las mujeres y su inclusión en los procesos de construcción de la paz, quisiera subrayar la importancia de la conversación que mantuvieron María Teresa Fernández de la Vega, presidenta de la Fundación Mujeres por África, el general Francisco José Dacoba, actual director del Instituto Español de Estudios Estratégicos y el Comandante del Mando de Operaciones (CMOPS), el teniente general Fernando J. López del Pozo. Uno de los primeros criterios sobre los cuales se puso énfasis y que alcanzó la unanimidad de la mesa, fue el reconocimiento de que el avance en esta agenda y su promoción  no es responsabilidad exclusiva de un único actor, sino que debe y tiene que ser acometido desde la multidisciplinariedad.

De izda. a dcha.: Alicia Cebada, moderadora; general Francisco José Dacoba, director del IEEE; María Teresa Fernández de la Vega, Presidenta de la Fundación Mujeres por África y teniente general Fernando J. López del Pozo, CMOPS/CISDE

En este sentido, la participación de figuras representativas del ámbito de Defensa en un foro que persigue profundizar sobre la cuestión femenina en un marco específico, pero que alberga infinitas implicaciones, no debe ser considerada en modo alguno como algo casual, anecdótico y mucho menos transitorio, teniendo en cuenta la perspectiva integradora, en este y otros muchos campos, que viene definiendo la actuación de las Fuerzas Armadas y a la que hizo referencia el CMOPS en una de sus primeras intervenciones, poniendo el acento en la incorporación de la mujer al mundo militar y la evolución que ha experimentado su situación desde entonces.

Y es que coincide que, el recién superado mes de septiembre ha acogido, además de este seminario, la conmemoración de un hecho históricamente significativo, pues han transcurrido treinta años desde que las primeras mujeres ingresaran en las FAS. Veintiséis pioneras que marcaron el comienzo de una nueva etapa para las mujeres y para una institución como el ejército, en perpetua evolución, que desde entonces hasta hoy ha apostado por el progreso. Un progreso que en este ámbito se sustenta en el respeto y la salvaguarda del principio de igualdad, cuya regulación e implementación ha hecho posible la configuración de unas FAS igualitarias.

También sobre la mesa se puso de manifiesto el reconocimiento unánime de que el Ministerio de Defensa y las FAS juegan efectivamente un papel fundamental en esta materia, en la medida en que el factor de proximidad, el ser los de los primeros sobre el terreno, supone una ventaja en la colaboración con la población, las mujeres en particular y las problemáticas que las aquejan a ellas y a sus comunidades. El ejército tiene presente este factor y  se torna especialmente significativo en el ámbito operacional, donde constituye una ventaja diferencial en las zonas en  que nuestros militares se encuentran desplegados y en su proceso de planeamiento en aras de cumplir los objetivos fijados con una visión integral, donde se contemplan entre otros muchos, los intereses y las necesidades de las mujeres, que no son otros que los intereses que defiende España allá donde van nuestros efectivos como embajadores de nuestros mejores valores.

Tomando en consideración estas primeras premisas, cobra singular relevancia el papel y la visión del Mando de Operaciones (MOPS) en materia de género, con su comandante al frente de la integración de dicha perspectiva en el eje operativo. El teniente general del Pozo se mostró agradecido de que  las Fuerzas Armadas fueran vistas como un interlocutor necesario, al constituir uno de los principales actores sobre el terreno y ahondó en la importancia de, “contar con aquellos que están en primera fila”, conectando con una idea que apuntaba previamente María Teresa Fernández de la Vega y a pesar de las dificultades que lleva aparejada la aplicación de las políticas pertinentes. A continuación y antes de profundizar en la cuestión de género, anticipó unas breves y precisas orientaciones que permitieron a los asistentes conocer el organigrama donde se encuadra el MOPS, haciendo referencia a: las múltiples operaciones en las que participa España en cuatro de los cinco continentes; a la dependencia directa del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), encuadrado en el nivel estratégico y que recibe las directrices directamente de la Ministra de Defensa; al nivel operacional donde se encuentra insertado el propio MOPS; para finalmente referirse al procedimiento  mediante el cual se afrontan actualmente las operaciones desde el punto de vista de la mujer.

Dicho proceso, a la hora de comprender la situación, tal y como apuntaba el CMOPS obedece, en la medida en que todas las operaciones difieren y las circunstancias varían, a la integración de lo que en las FAS denominan “resolución del problema táctico”. La descripción procedimental que hizo el teniente general pasa por un enfoque donde prima la consecución de los objetivos fijados y en consecuencia el cumplimiento de la misión que a su vez engloba numerosos interrogantes: ¿Cuál es el ambiente?; ¿Quién es el enemigo?; ¿De qué medios se dispone?; y ¿Qué hacer?

El ambiente fue enunciado como un elemento determinante en el discurso del CMOPS, donde señalaba las implicaciones que tienen en las distintas operaciones los diferentes factores sociales, políticos, culturales, etc. Para a continuación, conectarlo con una aplicación cada vez más estructurada de la perspectiva de género y el perfeccionamiento en materia de formación de los mandos y de los responsables en esta materia. Destacó la plena integración de la mujer en el planeamiento, apuntando a su vez las diferencias, fundamentalmente ambientales, que condicionan la implicación femenina en función de la misión, en forma de aspectos a tener en cuenta de cara al cumplimiento de los objetivos y que pueden contribuir positivamente a alcanzarlos o presentar determinadas dificultades en función del contexto social o cultural.

El CMOPS presentó la sección J9,»J» de Joint («Conjunto»), donde entre otras muchas funciones (en otra ocasión profundizaremos en la estructura y los cometidos del MOPS y de esta sección en particular), quedan encuadrados los especialistas en materia de género (gender advisors), los cuales cuentan con los cursos correspondientes relativos a este ámbito.  Explicó a su vez los tres ejes o “regla de las tres P´s” (prevención, protección y participación), cuya inclusión y estudio rige la integración de la perspectiva de género en el planeamiento, haciendo hincapié en el tercero de dichos ejes y, dentro del mismo, resaltando las medidas dirigidas a incentivar la participación, tanto de las mujeres de nuestra propia fuerza, como de aquellas que pueblan las distintas zonas de operaciones donde vamos a actuar.

Tal y como describió el teniente general, la estructura de asesores de género en operaciones, se articula a su vez en asesores de campo distribuidos en cada zona y puntos focales de género en cada unidad e hizo hincapié en la “concienciación”, una noción muy presente en la redacción del planeamiento y la consecuente elaboración de los documentos dirigidos a los hombres y mujeres que van a desplegar, con el fin de que adquieran en su formación un conocimiento integral que les permita enfrentarse a cualquier problemática y específicamente a aquellas asociadas a este ámbito. En este sentido, la clave que a continuación nos ofrecía el CMOPS era la “tolerancia cero” ante todo lo que quede fuera de la norma, la ética y en definitiva de la “formación”, entendida como el correcto conocimiento de las características del entorno y los modos idóneos de actuación en el mismo. El tercer eje de su argumentación ponía el acento en el “hábito”, a la hora de trabajar sin descanso por  lograr el perfeccionamiento de una respuesta instintiva correctamente orientada.

EL CMOPS durante una de sus intervenciones/CISDE

En una consideración posterior, señaló las dos funciones básicas que se atribuye a la mujer en las FAS. En primer lugar, una función transformadora orientada a la transmisión de nuestra visión y nuestros valores a la gente con la que nuestros militares tienen que relacionarse durante sus misiones. El recurso a algunas de las anécdotas vividas en primera persona por el propio teniente general y a esas otras que le han sido transmitidas por aquellos bajo su mando, ayudaron a que los asistentes se hicieran una idea de la heterogeneidad con que se manifiestan las complicaciones a las que nuestras FAS se enfrentan en función del escenario: las dificultades que tuvieron que superar para hacer llegar una compensación a la viuda de un teniente coronel iraquí asesinado por el enemigo, cuyo hermano consideraba que debía ser el depositario de la misma; los numerosos proyectos CIMIC que se llevan a cabo en las distintas operaciones, y en concreto la labor en las proximidades de Kulikoró (Malí), donde por mediación de la comunidad femenina fue posible la edificación de una escuela infantil, pozos y otra escuela dedicada específicamente a la mujer.

En segundo lugar, resaltó la función comunicadora de nuestras militares y las ventajas como canal de acceso a la comunidad, sin ignorar la precaución que debe contemplarse de cara a no provocar el rechazo del grupo al que se desea apoyar, poniendo como ejemplo la situación que vivió en Iraq una teniente, hoy comandante, a la que ignoraban los trabajadores civiles iraquíes para dirigirse al cabo que la acompañaba solamente por su condición de hombre y que comprendió que lo primordial era que cumplieran con su cometido independientemente de con quien hablasen, antes que generar un problema mayor que pudiera afectar a los objetivos de su misión.

Durante un turno de preguntas tuvo lugar uno de los momentos más constructivos de todos los seminarios y foros a los que he asistido, donde a uno u otro nivel se tratan en profundidad o irrumpen las denominadas cuestiones de género. Se interpelaba cordialmente en relación al sexo específico que ostenta, el asesor de género de la sección J9, casualmente un hombre presente en la sala. Subrayo la palabra casualmente teniendo en cuenta que ese asiento podría perfectamente haber estado ocupado por una mujer, pues me consta que éstas existen entre esos “gender advisors” en el conjunto de las FAS. En esta línea, la respuesta que ofreció el CMOPS despejaba cualquier duda en torno a la existencia de forma alguna de discriminación, en la medida en que tal y como el mismo apuntaba, dentro de las FAS no existen vacantes o puestos específicos en los que se observe ningún tipo de distinción por razón de sexo y cualquiera  puede solicitarlos siempre y cuando cumpla con los requisitos y la preparación que el puesto demanda.

La idea de que ese puesto debiera ser única u obligatoriamente desempeñado por una mujer carece de lógica si tenemos en cuenta que aspiramos a su mayor promoción, especialmente en la escala de oficiales, y esto supondría constreñirlas a determinados cargos, mientras que ahora, al igual que sus homólogos varones, se esfuerzan por superar los cursos y cumplir con los requisitos que marcan los ascensos a los que tanta atención se presta socialmente. Por otra parte y no menos importante, tengo el privilegio de conocer personalmente y trabajar junto al “gender advisor” de J9, un verdadero especialista en la materia con unos dilatados conocimientos y una visión meridiana de las cuestiones de género en sus distintas facetas,  cuyo carácter y personalidad representan los más elevados valores de las FAS.

Otra de las cuestiones ponía el foco sobre el aspecto cuantitativo y conviene prestar atención a la respuesta que ofrecía el teniente general dejando claro que “tan importante como la cantidad es la calidad” y que si bien en términos numéricos los datos todavía van por detrás, es el factor cualitativo el que define verdaderamente a nuestras militares.

Todo lo anterior, pone de manifiesto, como reconocía el propio CMOPS, no solo que la perspectiva de género se encuentra plenamente integrada, sino que su ausencia hace imposible el cumplimiento de las misiones ya que en sus propias palabras constituye “una parte integral en la resolución del problema táctico”.

Para aquellos que solo puedan ver el largo camino que aún queda por recorrer, intentar trasladarles que las FAS nunca han dejado de andarlo y que si alguien está preparado para seguir acometiendo esa empresa y el esfuerzo que conlleva, son las mujeres y los hombres que forman nuestra milicia.

Después de todo, su misión es nuestra libertad.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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