Redacción.

Siete talibanes han muerto este lunes en un ataque insurgente contra el aeropuerto de Kabul. Dos de los insurgentes hicieron estallar los explosivos, mientras que los otros cinco fueron abatidos a tiros por la policía, sin que que se hayan producidos víctimas civiles durante el ataque.

Los insurgentes iban armados con explosivos, granadas y armas automáticas, y comenzaron su ofensiva a las 2 de la mañana (hora peninsular), apostándose en dos edificios en construcción cercanos a la terminal del aeropuerto. Mantuvieron un enfrentamiento de varias horas con las fuerzas locales, hasta que finalmente fueron abatidos.

En cuanto comenzó la ofensiva insurgente, todas las carreteras que conducen al aeródromo fueron cortadas y las misiones extranjeras ubicadas en el centro de Kabul activaron sus alarmas y cerraron sus puertas como medida preventiva.

Por el momento el aeropuerto permanece cerrado al tráfico aéreo.

Sin duda, este ataque supone un objetivo muy elevado, ya que el Aeropuerto Internacional de Kabul alberga una base militar de la OTAN, y se encuentra protegido por policías y militares, tanto locales como extranjeros.

Además, el ataque se produce en pleno proceso de retirada progresiva de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, proceso que debe culminar en 2014, cuando las fuerzas afganas asuman totalmente la seguridad en el país.