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“El pueblo chileno nos ha dado más de lo que ha re...

“El pueblo chileno nos ha dado más de lo que ha recibido de nosotros”

Comandante Vicente Franco

Verónica Sánchez Moreno

Dos semanas luchando contra los incendios forestales que estaban arrasando Chile, así estuvieron 56 militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME) del 27 de enero al 14 de febrero pasados. Allí trabajaron codo con codo con los brigadistas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) de Chile, para que el fuego no acabase con viviendas y reservas naturales. “Lo más duro fue adaptarnos a la orografía y la masa forestal de la zona”, afirma el comandante Vicente Franco, jefe de la Agrupación Táctica Chile que, con la misión cumplida, fue despedida en el aeropuerto de Santiago de Chile entre aplausos emocionados y gritos de “¡gracias!” y “¡bravo!” del pueblo chileno.

120 incendios en el mes de enero, 58 de ellos seguían activos, Chile pide ayuda a la comunidad internacional

Defensa de la reserva de Nonguén. Foto: UME

y el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea consulta su disponibilidad a los países miembros. ¿Cómo se forma la Agrupación Táctica Chile?
Nos activaron a través de la Dirección General de Política de Defensa (DIGENPOL) previa petición del Ministerio del Interior. Al principio nos comentaron que se iba a mandar una sección de lucha contra incendios forestales pero a ésta se le añadió un núcleo de apoyo logístico operativo, formado por un equipo de soporte vital avanzado, otro de abastecimiento y un equipo de transmisiones. Así se formó un subgrupo táctico y, paralelamente, se constituyó también un equipo de enlace y asesoramiento con personal del Cuartel General de la UME. Esas dos unidades conformaron un contingente de 56 efectivos militares. A partir de ese momento quedamos pendientes de que nos proporcionasen un avión para poder volar a Chile, lo que ocurrió el 27 de enero, día en el que partimos a las 22h de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz.

Una vez allí, ¿tuvieron que trabajar con material que no era propio de la unidad, si no de otros contingentes o de la CONAF?
Nosotros básicamente llevamos lo que nos permitía la carga del avión, tanto herramienta manual como herramienta mecánica. Una vez allí actuamos principalmente en dos incendios, donde puntualmente utilizamos, en colaboración con brigadistas de CONAF y con bomberos, alguna autobomba, aprovechando la potencia del agua para atacar a los incendios. Pero básicamente utilizamos nuestras herramientas.

Ustedes trabajaron en la región de Biobío, donde 18 incendios permanecían activos, ¿cómo se hizo el reparto con los contingentes de otros países y los brigadistas de CONAF?
Nada más llegar a Santiago de Chile tuvimos una recepción por parte de las autoridades y el director nacional de CONAF, que fue el que nos asignó, en primera instancia, a cada uno de los contingentes la región a la que se iba a desplazar. Nosotros en un primer momento íbamos a ir a otra región pero después, un giro en el planeamiento, derivó en que finalmente se nos asignase Biobío, donde coincidimos con Colombia y Francia.

¿Cómo ha sido este trabajo con CONAF y con los contingentes de otras naciones?
La verdad es que la coordinación fue perfecta pero he de decir que nosotros principalmente trabajamos con codo con codo con brigadas de CONAF. Es decir, en la misma región de Biobío aunque hubiese contingentes colombianos, franceses, coincidimos con ellos en alguna reunión de coordinación pero no en extinción de incendio asignado.

Consiguieron salvar la Reserva Nacional de Nonguén y el municipio de Hualqui en esta colaboración.

Trabajo en el incendio de Hualqui. Foto: UME

Trabajamos en esos dos grandes incendios forestales, primero en Chiguayante, en un incendio que amenazaba a la parte sur de la Reserva Nacional de Nonguén, que para ellos era una prioridad porque tiene gran valor patrimonial y en ella viven un gran número de especies autóctonas. Efectivamente, las líneas de control y de defensa que se establecieron consiguieron parar el incendio y que el fuego no llegase a tocar la reserva.

Una vez finalizado este incendio nos reasignaron al de Pichaco y Hualqui y ahí la zona que nos tenían asignada fue una línea de defensa muy grande de dos o tres kilómetros, donde estuvimos protegiendo principalmente unas viviendas que estaban muy metidas en la masa forestal y trabajamos lo que conocemos en el argot como interfaz urbano-forestal. También contamos con la ayuda de una autobomba de bomberos y combinando la herramienta manual, con la mecánica y el agua cerca de las viviendas, éstas afortunadamente hoy siguen en pie.

¿Qué ha sido lo más duro?
Adaptarnos a esa orografía y masa forestal que no es la que tenemos en España. Es una orografía muy complicada, con mucha pendiente y vaguada, son bosques muy cerrados. Para establecer algunas líneas de defensa no nos podíamos apoyar en caminos si no que teníamos que abrir directamente por medio del bosque, así pues, en varios tramos tuvimos mucho trabajo de motosierras porque era imposible avanzar. Esa masa forestal con la que aquí tampoco estamos muy acostumbrados a trabajar fue lo que nuestros intervinientes comentaban que era lo más duro para seguir avanzando en la línea.

Por otro lado, en cuanto a climatización de temperaturas, aunque nos decían que allí haría mucho calor, tengo que decir que no es comparable a nuestros veranos, por lo menos las dos semanas que estuvimos allí. Efectivamente, hacía calor y sol, pero estamos hablando de 27, 28, 30 grados, que no son muchos comparados con los 40 que nos encontramos alguna vez en incendios en España.

¿Qué sintieron cuando las autoridades de Biobío dieron por finalizada la emergencia?
La verdad es que nos sorprendió un poco a todos y creo que a ellos también porque estábamos en plena vorágine y, de pronto, nos ayudó la climatología. Llegó un frente lluvioso que tocó varias provincias de la región. Lluvia poca, fina, pero suficiente para humedecer mucho y empapar algo, con lo cual también facilitó la extinción de los incendios.

Por eso creo que a ellos mismos les sorprendió el que tan repentinamente se dieran tantos incendios por controlados y muchos de ellos por extinguidos. De alguna forma nos encontramos un poco con el “corazón partió» porque nos parecía que habíamos hecho poco, queríamos seguir trabajando, pero nos alegramos por ellos y especialmente por la gente que nos encontrábamos por todas las zonas rurales para los que se acababa la pesadilla.

Emocionante la despedida de la sociedad chilena en el aeropuerto de Santiago de Chile.
Sí, pero tengo que decir que no solo en el aeropuerto. Si todos traemos un buen recuerdo de esta misión ha sido especialmente

Reunión de la UME con CONAF y bomberos de Antofagasta en el incendio de Pichaco-Hualqui. Foto: UME.

por la gente de Chile. Íbamos por la calle y sólo recibíamos aplausos, abrazos, besos, y además con un sentimiento muy profundo de agradecimiento. Algo muy emotivo. La gente te abrazaba y te daba besos diciéndote que muchísimas gracias por ir, que había sido maravilloso, que qué bien lo habíamos hecho, que a algunos les habíamos salvado sus casas. Y el tema del aeropuerto fue el colofón final, todo un aeropuerto internacional aplaudiéndonos y dándonos las gracias la verdad es que fue muy emotivo.

Allí en Santiago de Chile tuvimos un acto de despedida el último día con las autoridades y me correspondía a mí hablar por parte de los tres contingentes que nos despedíamos: Portugal, Francia y España y, entre otras cosas, les dije que después de todo ese agradecimiento profundo del pueblo de Chile nos marchábamos con la sensación de que ellos nos habían dado más a nosotros que nosotros a ellos.

Se sentirá orgulloso de las 56 personas (50 militares de la 111 Compañía del I Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM 1) y seis asesores del Cuartel General de la UME) que formaban la agrupación y a las cuales usted representaba.
Por supuesto, yo era el más antiguo y el responsable del contingente pero, efectivamente, éramos 56 personas cada una con sus vicisitudes y particularidades, formando un buen equipo. La verdad es que todo salió rodado, afortunadamente no hubo ningún lesionado, el ambiente durante toda la misión fue excelente y nos sentíamos no 56, sino uno solo.

¿Ha demostrado la UME, una vez más, que está preparada para todo tipo de emergencias dentro y fuera de nuestras fronteras?
Creo que la UME es una unidad que cuenta con un estado de disponibilidad muy exigente. Las configuraciones operativas se van conformando según los requerimientos, ya que en cada campaña tenemos una configuración diferente. De hecho, cuando nos requirieron para los incendios forestales de Chile, estábamos en configuración de tormentas invernales y otros fenómenos climatológicos adversos, porque la semana anterior habíamos estado en Albacete y la zona de Almansa con las grandes nevadas que ocurrieron allí. Pues rápidamente cambiamos de configuración, pasando a incendios forestales y dispuestos a salir. Sí es verdad que con las limitaciones que tenemos de despliegue fuera de España, por el tema de la necesidad del transporte aéreo, que no está siempre disponible y hay que esperar que esté a disposición. Pero sí, en tres días estaría preparada una agrupación táctica de la UME para salir.


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