Verónica Sánchez Moreno
En la Base Militar de “El Goloso”, en Madrid, se encuentra el Museo de Medios Acorazados (MUMA) del Ejército de Tierra cuyo director técnico es el coronel José Manuel Llorca Díaz, jefe del Regimiento de Infantería Acorazada “Alcázar de Toledo nº 61” (RIAC 61), que nos hace de guía de excepción en esta visita. 4000 personas acudieron el año pasado a sus instalaciones en las que se encuentra la historia de las unidades acorazadas españolas
Comenzamos la visita con el carro de combate británico de los años 60 Chieftain, una pieza que pertenecía a un particular inglés que se lo trajo desde su país en barco hasta España y lo trasladó a su domicilio de Valencia. Y allí lo tenía, incluso alguna vez pudo circular en él. “Nos llegó la noticia de que este carro se encontraba allí y fuimos a buscarlo, tras conseguir un convenio de depósito”, nos cuenta el coronel. “La operación logística para traerlo a la base, previamente aprobada por el Mando Logístico del Ejército de Tierra, fue muy delicada ya que las maniobras para sacarlo de la parcela fueron complicadas, y para trasladarlo hasta Madrid, se tuvieron que emplear góndolas y avisar tanto al Ayuntamiento como a la Policía Local de las localidades implicadas”.
Amor por el carro de combate
La colección del museo (“sala museo” puntualiza el coronel Llorca) estaba al principio dispersa, como medios de ornamentación, por toda la base de “El Goloso”. Paulatinamente, según se trasladaron las unidades a la misma (algunas venían de Campamento en los años 70) trajeron sus propias colecciones. Al final los carros se pusieron en los jardines, donde estaban (y están) sujetos a las inclemencias del tiempo. Y es que, “las condiciones meteorológicas son los grandes enemigos de estas joyas que pretendemos conservar”, señala el coronel, “por eso surge la idea de crear una instalación a cubierto”. El proyecto se inauguró en febrero del año pasado, bajo el mando del anterior jefe de la Brigada de Infantería Acorazada “Guadarrama” XII, López del Pozo (ahora comandada por el general Conde) aunque se inició durante la jefatura de su predecesor, el general Alcañíz.
El Regimiento de Infantería Acorazada “Alcázar de Toledo nº 61” es el encargado de mantener el Museo de Medios Acorazados. Un equipo formado por un suboficial mayor, un sargento primero, un cabo primero y dos cabos preservan todas las piezas para que estén en las mejores condiciones posibles. “Como la propia pintura de los vehículos se va degradando, intentamos pulirlos, mantenerlos”, afirma el coronel. “Para nosotros es una gran responsabilidad porque lo que pretendemos es que estos medios pueda disfrutarlos el público dentro de 100 ó 200 años, pero lo hacemos con mucho cariño porque en el Regimiento amamos al carro de combate”. El equipo no cuenta con dedicación exclusiva para esta labor, pero “ponen toda su afición” y “me van dando cuenta de sus problemas y de sus logros”, señala el director técnico, que cuenta éste entre uno de sus cometidos como jefe del RIAC 61.
Así, el visitante se encuentra con carros de combate utilizados en la Campaña de Ifni-Sáhara con su estampado de camuflaje original. Y es que, en el MUMA intentan pintar cada carro con el color que tenía en la época en la que fue utilizado con el objetivo de presentar el vehículo tal y como fue. Para ello, cuando no disponen de fotografías en color de las piezas, algo que ocurre con las que datan de entre los años 20 y los 50 del siglo pasado, cuentan con bibliografía y con la colaboración de diversas editoriales, que les facilitan información, además de con expertos como los de la asociación Trubia (Círculo de Amigos de las Unidades Acorazadas). Y, como último recurso, siempre queda el ir raspando pintura hasta que aparezca la capa original.
Precisamente la asociación Trubia colaboró en uno de los trabajos de restauración, en palabras del coronel Llorca, “más interesantes” que se han tenido que llevar a cabo en el Museo de Medios Acorazados, el del Panzer IV. Esta asociación propuso pintarlo del color con el que llegaron a España en los años 40, un tono tierra que hasta entonces no se había visto en el museo. “Así que se hizo un trabajo de restauración de pintura, se lijó el carro y se volvió a pintar exactamente como pensamos que estaba en su momento”, describe el director técnico. Restaurado en su interior hasta el mínimo detalle, a través de las escotillas laterales de este carro se puede ver el interior justamente igual que estaba en su día. “Solo nos faltan unas bielas para el motor que deben ser de la misma aleación que tuvieron las originales, porque si las hacemos más duras, daña el motor, y si no rompen a la primera de cambio”, señala el coronel, que precisa que están buscando la aleación exacta para conseguir el objetivo final: que el carro vuelva a funcionar.
Pero no todos los vehículos con los que cuenta el MUMA están operativos. En la actualidad tienen en funcionamiento un Semioruga M3, un camión Opel Blitt contracarro gris, dos AMX30, un M47, un M28, un M60 y un Leopard 2 A4 y, con posibilidades de funcionar, un siembraminas y un carro de zapadores. Algunos vehículos son rescatados formando parte de expedientes de chatarra y otros llegan incluso sin el motor. Nos cuenta el coronel Llorca que estudian cada vehículo que reciben y ven cuáles son las posibilidades de devolverlo a las condiciones de movimiento. “Sus armas no volverán a funcionar, como vehículos de combate están inutilizados, pero volver a oír sus motores, que dejaron de funcionar hace años, atrae a un gran número de visitantes”.
La joya, el Renault FT-17
Tanto en el logo del museo como en el distintivo de la manga del uniforme de los miembros del RIAC 61 aparece el carro Renault FT-17 que, en el momento de nuestra visita, se encuentra en restauración. “Es un carro de 100 años y queremos que aguante otros 100 por lo menos”, comenta el coronel Llorca. El Renault FT-17 es una de las joyas que podemos encontrar en el MUMA, junto con el Panzer 1A, que vino a España durante la Guerra Civil y cuyo valor histórico es enorme, ya que sólo quedan tres ejemplares en todo el mundo.
Las visitas al Museo de Medios Acorazados son a petición, ya sea de forma individual o por grupos. Aunque se realizan cualquier día de la semana para el personal del museo es más fácil atender entre semana, cuando todos se encuentran en sus puestos y pueden explicar los pormenores de los vehículos. Como el MUMA se encuentra dentro de una base militar, es necesario pasar por un control de seguridad para acceder a él. Este es el objetivo a medio y largo plazo de los responsables del museo: separarlo de las instalaciones de la base, creando una zona museística con acceso propio y gestionada por alguna asociación que realice el servicio de guía y mantenimiento. Así se persigue la descentralización para mejorar el funcionamiento de la instalación, aunque los gestores seguirían contando con la colaboración del Regimiento. Por otro lado, separando la zona museística de la propia base, aunque tengan el mismo acceso, “las visitas no perturbarán la actividad de la base y viceversa”, señala el coronel.
Nuevas tecnologías
Ingenieros, Infantería, Caballería, Artillería y Logística, todos estos cuerpos están representados con algún vehículo en el MUMA. Paseando entre ellos vemos como muy cerca de nosotros algunos militares maniobran con el carro de combate Leopard 2E. Inevitablemente, este espectacular vehículo centra la conversación. “Es uno de los mejores carros de combate del mundo, tecnológicamente es difícil encontrar nada igual”, nos comenta el coronel. “Es un sistema de armas integrado, con una precisión y una capacidad de movimiento tremenda. Además, está construido en Sevilla por Santa Bárbara Sistemas, es por lo tanto un prodigio de la tecnología y de la capacidad industrial de nuestro país”, añade.
Preguntamos al coronel Llorca si cree que los carros de combate reducirán su importancia en las misiones internacionales, ante el auge actual de las aeronaves no tripuladas. “El carro es el principal arma contracarro y mientras en otros arsenales existan, la posibilidad de empleo es real”, contesta, “por lo tanto contar con ellos es un destacable factor de seguridad”. Las 62 toneladas del Leopard se pueden mover a 70 kilómetros por hora, “otorgando superioridad técnica con protección al carrista”.
El jefe del RIAC 61 destaca la labor de estos carristas, hombres y mujeres que componen su Regimiento, que este año ha celebrado su 75 aniversario. “Con su trabajo saben extraer el máximo rendimiento a todos los materiales de los que disponemos y además se enfrentan a los problemas diarios de una unidad compleja, con un material que requiere de un mantenimiento exhaustivo”.
Casi al final de nuestra jornada en el MUMA, mientras el coronel Llorca nos explica que el primer desembarco de carros en una operación combinada la realizaron los españoles en la bahía de Alhucemas en el año 1921, nos encontramos con el general Conde, director del Museo de Medios Acorazados y jefe de la Brigada “Guadarrama” XII. Le pregunta al director técnico cómo van los trabajos en el MUMA y nos cuentan que están realizando el traslado de uno de los carros a la zona de la valla de la base que da a la carretera M-607, para que llame la atención y la gente que pase sepa que ahí está el Museo de Medios Acorazados y que pueden ir a verlo. ¿Cómo solicitar esta visita? En la página web http://www.ejercito.mde.es/unidades/Madrid/muma/ está toda la información. Y podemos corroborarlo, vale la pena.
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