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«Abundan las personalidades psicopáticas y los crí...

«Abundan las personalidades psicopáticas y los crímenes impulsivos»

El comandante de la Guardia Civil y jefe de la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo (SACD) Andrés Sotoca, recibe al Observatorio de Seguridad y Defensa de CISDE para contarnos en primera persona como trabaja una de las secciones que más interés ha despertado en los últimos años. El comandante Sotoca dirige un equipo de agentes especializados en el análisis de la conducta, expertos en psicología y criminología, que se adentran en la mente de los posibles sospechosos y trabajan estrechamente con las víctimas más vulnerables, poniendo sus conocimiento y experiencia a disposición del investigador policial para apoyar el esclarecimiento de algunos de los supuestos más complejos y dramáticos a los que puede enfrentarse el ser humano.

Para ponernos en situación, cuando hacemos referencia a la Sección de Análisis del Comportamiento delictivo, ¿de qué estamos hablando exactamente?

Es una Sección que presta apoyo a las Unidades de Investigación de la Guardia Civil, tanto a nivel central (Unidad Central Operativa) como provincial (Unidades Orgánicas de Policía Judicial) en todo lo referente a las ciencias de la conducta (psicología/criminología fundamentalmente). Al igual que ya no se entiende la investigación sin el auxilio de ciencias como la biología, la química o las ingenierías (criminalística o policía científica), las ciencias de la conducta también pueden ser utilidad en el esclarecimiento de los casos, ayudando al investigador a generar y priorizar líneas de investigación basadas en la evidencia conductual.

Como responsable de la sección, ¿podría contarnos en qué consiste exactamente su trabajo?

Como responsable de la Sección dirijo, coordino, superviso e impulso el trabajo del resto de componentes y participo de manera directa en los casos que presentan mayor dificultad, en aquellos supuestos que pueden haber causado cierta alarma social, bien porque se trate de circunstancias que no son habituales o atendiendo a determinadas características específicas, según el tipo de delito, el perfil de la víctima o cualquier otra dificultad añadida que pueda requerir una intervención directa.

¿Cómo se estructura internamente la sección? ¿Existe una división en áreas/cometidos específicos?

No hay una división orgánica o estanca y actualmente todos los miembros de la Sección están preparados para asumir cualquier tipo de caso, pero sí se podría hablar de dos grandes áreas funcionales, una que tiene que ver con la obtención y valoración de testimonios (entrevista policial) y otra con el perfilado criminal (donde se englobarían todos los tipos de perfiles y otras técnicas afines como la autopsia psicológica).

Entiendo entonces que no obedece a un criterio puramente técnico.

No se trata tanto de una división técnica, como del peso que efectivamente puede tener el apartado técnico en determinados supuestos, por ejemplo cuando se tratan cuestiones de singular responsabilidad. Hay peticiones de ayuda que abordamos con mayor frecuencia, de manera semanal en muchos casos, de modo que la forma de tratar con este tipo de supuestos se aprende rápidamente y es más sencillo que todos los miembros de las Sección estén familiarizados con los procedimientos, por ejemplo cuando se trata de entrevistas a víctimas vulnerables.

Sin embargo, también las hay que pueden necesitar de cierto grado de experiencia o en las que esta juegue un papel determinante y que requieren por lo tanto que los miembros del equipo que están más acostumbrados intervengan, como en los supuestos en los que es preciso realizar una autopsia psicológica o cuando se produce una muerte en circunstancias extrañas. Hay que tener en cuenta que no hay tantos supuestos de muertes raras en España y no se nos solicita apoyo siempre, de modo que podemos atender 2 o 3 autopsias psicológicas al año y una persona que no lleve mucho tiempo en la sección difícilmente podrá asumirlo desde el primer momento, ya que cuenta con la formación pero carece de la experiencia.

¿En qué consiste esa “autopsia psicológica”?

En casos de muerte rara o en aquellos supuestos en los que existe una duda entre homicidio o suicidio, analizamos toda la información, especialmente la victimológica, prestando atención al estado mental de la víctima en el momento del fallecimiento o anterior a que se le perdiera la pista. A partir del análisis de toda esa información normalmente el posible plantear varias hipótesis y la que esté más respaldada por los datos disponibles será la orientación que se le dé al investigador.

La autopsia psicológica es la técnica que permite llegar a las conclusiones de cómo es ese estado mental y las circunstancias de vida, la personalidad, etc. Habitualmente se emplea cuando se trata de un fallecido y existen dudas sobre la causa de la muerte. Por ejemplo, en un caso en el que trabajamos, la causa de la muerte se produjo por herida de arma blanca, pero las circunstancias no estaban claras. Se sabe que hay un apuñalamiento, pero desconocemos si lo ha apuñalado un tercero o si se lo ha hecho a sí mismo. En muchas ocasiones, el médico forense no lo puede determinar, y por eso nos llaman a nosotros.

A través de un análisis victimimológico muy extenso tratas de conocer a la víctima lo mejor posible, analizando toda la información que ofrece la técnica clásica, como pueda ser entrevistar a personas de su entorno, familiares, relaciones con amigos, o en su trabajo, etc. Al final cada uno de nosotros se comporta de una manera distinta en función del entorno, aunque la personalidad sea la misma, el contexto y la situación influyen. Para conocer a alguien hay que conocer a la persona en todos los contextos posibles.

Sin embargo, no solo obtenemos información de los testimonios. También está la parte documental que clásicamente son informes que puedes obtener de salud, bancarios, escolares, laborales, penales, y también toda la información que va dejando en las redes sociales y que actualmente resulta fundamental para conocer a la persona. Con todo lo anterior es posible detectar que se ha producido algún cambio en el estado mental.

Esto también sirve cuando se trata con desapariciones de alto riesgo. Puede ocurrir que alguien se haya suicidado y que no se le haya encontrado por una u otra razón. En algunos de estos casos se da la situación de que la propia víctima no quiere que se la encuentre y te lo pone difícil. En cualquier caso partes de hipótesis muy parecidas a las de las muertes de etiología equívoca pero solamente cuentas con una escena del crimen aproximada porque se trata de una desaparición, voluntaria o no, y un contexto espacio-temporal.

¿También se tiene presente el “espacio físico”?

Efectivamente. Es importante tener en cuenta cómo organiza su casa, de qué color pinta las paredes, si busca ambientes con más luz, si es desordenado u ordenado, si tiene fotos y de qué tipo son. No es lo mismo que una persona tenga fotos de sí mismo en bañador, que el que tiene fotos de sus hijos, o con sus amigos, etc. No es casualidad, la elección de estos detalles dice algo de la persona y eso te proporciona pistas.

En cuanto al personal que compone la sección, ¿se requiere/valora el contar con algún tipo de experiencia o formación específica? ¿Qué puede contarnos de su equipo?

Para formar parte de la Sección los requisitos mínimos son la titulación en Policía Judicial (especializado en investigación criminal) y contar con la Licenciatura o Grado en Psicología y/o Criminología. Aparte de eso se valora la formación de postgrado especializada en alguna de las áreas de trabajo nuestra, los idiomas y la experiencia en unidades de policía judicial.

¿Se externaliza algún apartado en el que colabore el sector civil?

No externalizamos nada. Únicamente existe colaboración universitaria para validar las técnicas. El modelo español trata de ser autosuficiente, dotándose tanto de los recursos como de la formación necesaria para funcionar de manera autónoma.

En 1994 se funda la Unidad de Análisis del Comportamiento Delictivo y en 2016 se crea una sección independiente a nivel autonómico en Madrid. Hablamos de 27 años de experiencia y con la vista puesta en la mentalidad de la víctima/victimario. ¿Cómo ha evolucionado el crimen en casi tres décadas? ¿Y su metodología de investigación?

Las motivaciones criminales siguen siendo las mismas pero los medios se han vuelto más sofisticados, y algunos criminales se aprovechan de la tecnología para su ejecución. Hace años los pedófilos y pederastas de ámbito extrafamiliar buscaban a sus víctimas en la calle, con el riesgo que eso conlleva y ahora pueden acceder a ellas a través de internet.

En cuanto a nuestra metodología de investigación también ha evolucionado con la tecnología, ahora podemos explotar grandes bases de datos y realizar perfiles ayudándonos del “machine learning” y la inteligencia artificial.

Bases de datos, machine learning, Inteligencia Artificial ¿Se han implementado ya herramientas de este tipo?

Nuestras bases de datos son Ad hoc y la información que nos interesa es muy específica, no es como la que se suele recopilar en el resto de bases de datos policiales. Hablamos de información conductual y por lo tanto tenemos que construirlas nosotros mismos. La manera más habitual es extraer esa información a partir de la lectura de los atestados, No nos interesa el dato personal, sino la casuística que apoyará los posteriores análisis.

La dificultad radica en que los tipos de delitos que nos interesan, contra las personas mayoritariamente, constituyen un campo en el que no hay tanta casuística al año, de modo que nuestras bases de datos se van nutriendo poco a poco pero más lentamente. Actualmente estamos haciendo nuestros primeros pinitos usando nuevas herramientas, pero esperamos mejorar a medida que la muestra aumente.

¿Puede contarnos cómo es un “día normal” en la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo? ¿Qué procedimiento siguen a la hora de abordar el análisis de un supuesto delictivo?

El día a día de la Sección, si llega una petición de apoyo, es analizarla, leer toda la documentación disponible (diligencias, informes, inspección ocular, etc.) y valorar si desde nuestro ámbito les podemos echar una mano. En caso positivo se prepara la actuación que se va a llevar a cabo y nos trasladamos al lugar donde se está realizando la investigación. Ejecutamos nuestro apoyo sobre el terreno (puede ser entrevista a una víctima especialmente vulnerable, realizar el perfil de un homicidio, elaborar una autopsia psicológica en una muerte de etiología equívoca, etc.) y una vez que regresamos a la oficina volvemos a revisar todo el material y datos disponibles y se elabora el informe. El informe técnico que emitimos, en muchas ocasiones, se adjunta a las diligencias y se termina convirtiendo en un informe pericial.

Por lo que respecta a las entrevistas y los interrogatorios, imagino que se cuidará hasta el más mínimo detalle. ¿Cómo se planifican?

El objetivo es adaptar el procedimiento a la persona y no a la inversa. Con toda la información disponible pensamos cuál podría ser el lugar, el entrevistador, la forma de abordaje, etc., más adecuado para ese testigo en concreto. El procedimiento de entrevista va a ser el mismo y siempre se va a intentar obtener un relato libre, realizando al testigo el menor número de preguntas posibles pero el contexto sí adapta a esa persona.

En definitiva consiste en hacer un perfil indirecto de esa persona para posteriormente preparar esa entrevista de manera adaptada a la personalidad del sujeto, de tal manera que se logre ser lo más influyente y persuasivo posible. El tipo de información a la que puedas tener acceso y de la prisa que demande dicho apoyo también son factores a tener en cuenta.

Este tipo de procedimiento también podría aplicarse, por ejemplo, a una negociación en casos de atrincheramiento con rehenes. En estos supuestos existen una serie de protocolos policiales que determinan cómo tiene que ser ese proceso de negociación, no obstante el  perfil indirecto puede ayudar a individualizarlo todavía más. Son casos en los que a uno no le sobra el tiempo precisamente, de modo que priorizarás aquellas fuentes que proporcionen mayor volumen de información en menos tiempo.

¿Qué papel juega el perfilado criminológico a la hora de orientar la investigación delictiva?

El perfil proporciona al investigador el prototipo de persona que con mayor probabilidad ha podido llevar a cabo los hechos y una sugerencia operativa para que el investigador pueda buscar personas que encajen con el mismo. Una vez identificado un candidato se tendrían que recopilar indicios objetivos que confirmen o descarten su participación, como en cualquier otra investigación, pero habría sido de ayuda a la hora de iniciar de una línea de trabajo. Otra de las utilidades del perfil es la priorización de sospechosos.

Para elaborar un perfil se necesita reconstruir el comportamiento del autor durante el delito y para ello se utilizan distintas fuentes de información como la escena del crimen, la victimología y los aspectos espacio-temporales.

Casi siempre hablamos del victimario pero, ¿qué hay de la víctima? ¿Cómo ha cambiado la forma en que se abordan esos factores/necesidades particulares que  condicionan el modo en que nos aproximamos a la parte perjudicada?

Hace años nadie hablaba de la victimización secundaria y era muy raro que se autorizara la exploración de un menor o de una persona con discapacidad en formato de prueba preconstituida. Actualmente se ha avanzando mucho en este terreno y todos los operadores jurídicos intentan que el proceso penal no suponga una fuente de perjuicio adicional para la víctima.

Se citaba el concepto de victimización secundaria, escuchamos hablar también de revictimización y otros conceptos análogos ¿Cómo se abordan en realidad?

En primer lugar hay que diferenciar la actitud con la que te aproximas a un testigo  o a presunta víctima, de la investigación propiamente dicha. Cuando uno trata con la víctima no puede cuestionar lo que le están contando, tiene que sentirse comprendida y hay que emplear toda la panoplia de habilidades de comunicación, empatía, escucha activa, etc., para obtener toda la información que pueda proporcionar. Lo contrario sería poner trabas y solo serviría para que la persona se cierre en banda y no te proporcione esa información, además de convertirlo en una experiencia negativa que solamente le va a perjudicar.

Cuestión distinta es lo que uno hace con esa información. Hay que contrastarlo todo porque esos datos son el pilar de la investigación y la Ley de Enjuiciamiento Criminal nos encarga comprobar, investigar y detener al responsable de cualquier delito. Una vez contratada, dicha información proporcionará evidencias que podrán ser incriminatorias o exculpatorias.

En España existen todas las garantías y entre ellas la presunción de inocencia. Al margen quedan los prejuicios y los sesgos morales. No se puede inculpar a alguien sin pruebas. A partir de ahí se elabora el atestado que finalmente se le entregará al juez y llegado el momento, en caso de que existan suficientes indicios de autoría que demuestran la presunta participación de una persona en un delito,  se le detiene y es puesto a disposición judicial.

En este sentido, la contradicción constituye un pilar fundamental del proceso judicial, al igual que la presunción de inocencia, pero no son incompatibles con que el abordaje de la presunta víctima sea haga de manera que se sienta comprendida y protegida. Todo lo anterior cobra singular sentido cuando tratamos con victimas especialmente vulnerables, en la medida en que puede afectarles revivir los hechos en varias ocasiones. Eso actúa en su perjuicio pero forma parte del proceso tradicional, de ahí que se extremen las medidas para minimizar ese impacto, por ejemplo realizando el menor número de entrevistas posibles (lo ideal sería una sola en formato de prueba preconstituida), empleando a personal especializado, que la misma persona realice las entrevistas pertinentes, etc.

Esta labor será especialmente sensible cuando se trata con menores ¿Existe un protocolo específico para atender a este tipo de víctimas?

Efectivamente, cuando se está ante un menor o una persona con discapacidad hay que extremar las precauciones por dos razones, para que el proceso no le suponga un daño emocional y para evitar contaminar sus recuerdos. Un procedimiento inadecuado de entrevista puede favorecer incluso la generación de falsas memorias. Para eso hemos diseñado un procedimiento de entrevista, adaptando los protocolos de entrevista forense internacionalmente aceptados, como el NICHD.

¿Existe un perfil de “criminal español”? ¿Encajamos los españoles en alguna categoría específica o tenemos predilección por determinados delitos? ¿Qué les dicen las estadísticas a este respecto?

En ningún ámbito delictivo se busca la existencia de un único perfil sino que el objetivo es disponer de varios perfiles, cada uno asociado a un modo particular de llevar a cabo los hechos. A nivel estadístico la mayoría de infracciones penales que se cometen en España tienen que ver con delitos contra el patrimonio, aunque la mayor alarma social la siguen generando los delitos contra las personas, que es en los que habitualmente prestamos apoyo.

Si nos atenemos a las informaciones que nos llegan a través de los medios de comunicación, a priori no parece que España pueda ser considerada un nido de asesinos en serie o de psicópatas. Si por el contrario miramos hacia EE.UU pudiera parecer que este tipo de perfil sea la tónica habitual. ¿Dónde radica la diferencia entre ambos países?

En España también hay una mucha gente con personalidad psicopática pero no suelen cometer crímenes. Es cierto que hay una diferencia en cuanto al número de asesinos en serie y que esa diferencia tiene que deberse a múltiples factores de tipo biopsicosocial, no a una única causa. Aquí son más frecuentes los crímenes impulsivos y por corto-circuito y no hay tanta planificación en los hechos.

Determinado tratamiento informativo por parte de los medios cuando hay un caso especialmente sensible o que ha cobrado cierta relevancia mediática ¿Puede afectar a la investigación y al trabajo de su Sección en particular?

Efectivamente puede ir en nuestro perjuicio. Sin embargo, la cuestión no es informar “sí” o informar “no”, sino de cuándo y cómo se hace. Informaciones que trascienden antes de tiempo juegan en contra de la investigación y eso ya ha sucedido. Desde mi punto de vista creo que hay que informar al ciudadano de los aspectos globales y lo que verdaderamente tiene interés desde su punto de vista. Por ejemplo, en qué consiste la investigación, si se ha detenido al presunto culpable, pero no tanto profundizar en las técnicas. Esto último no aporta nada al ciudadano y puede desvelar detalles que afectarían a la investigación.

A lo largo de estos años su sección ha jugado un papel fundamental en la resolución de numerosos casos que han ocupado las portadas de la mayoría de medios, ¿podría hablarnos de las sensaciones o recuerdos más significativos que guarda de ellos?

No creo que hayamos tenido un papel fundamental en la resolución de esos casos y hay que atribuirle el mérito al investigador policial, que es el que realmente lo merece. Nosotros solo aportamos nuestro granito de arena.

La sensación que se siente cuando se esclarece un hecho complejo es la satisfacción por el deber cumplido y por ayudar a que los familiares puedan recobrar algo de paz.

¿Cuál diría que ha sido el mayor éxito de la sección? En contrapartida, ¿algún caso o sujeto que se les haya resistido?

Se han hecho servicios muy buenos, no me gustaría focalizar en ninguno en concreto, por ejemplo entrevistas a menores víctimas de agresiones sexuales en las  que su testimonio ha resultado fundamental como prueba y como vehículo para localizar más indicios. Se han realizado exploraciones de menores que han sido testigos de homicidios de género, que igualmente han sido determinantes para el enjuiciamiento de los mismos y para que se tuviesen en cuenta determinados agravantes.

También se han realizado perfiles muy útiles a nivel policial y judicial en la investigación de distintos homicidios. En contrapartida hay casos en los que hemos colaborado que siguen sin esclarecerse, en particular recuerdo dos desapariciones de alto riesgo, que espero que algún día se pueda dar respuesta a las familias porque es de las situaciones que mayor dolor provocan en una persona.

Dada la naturaleza de su trabajo, deben enfrentarse a situaciones dramáticas. ¿Alguna les ha marcado especialmente? ¿Qué es lo más difícil de sobrellevar?

Todas nuestras actuaciones implican enfrentarse al dolor y son dramáticas. Con el paso del tiempo, al vivirlo de manera repetida, se aprende a establecer cierta distancia emocional. Otra estrategia útil es el hablar este tipo de cosas en la sección, que haya ventilación emocional, lo que se conoce como debriefing.

Después de años de enfrentarse a lo peor de la sociedad, ¿ha cambiado su concepto del ser humano?

Creo que no, se ha reafirmado mi idea de que el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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