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Rusia incrementa su actividad militar en el Ártico

Rusia está reuniendo un poder militar sin precedentes en la región ártica. Las imágenes, captadas vía satélite, muestran un preocupante incremento de la actividad rusa en los territorios situados más al norte. El Ártico ha terminado por convertirse en un escenario habitual en el que Rusia pone a prueba su nuevo armamento. Paralelamente, en los últimos años, ha ido cobrando un mayor valor geoestratégico a medida que el hielo desaparece y se abre la posibilidad de abrir una nueva ruta marítima entre Asia y Europa.

Submarino nuclear ruso rompiendo el hielo del Ártico/Ministerio de Defensa de Rusia

El interés del presidente Putin en la franja norte no constituye ningún secreto y recientemente ha trascendido que Rusia se encuentra trabajando en un documento que marcará la agenda económica y militar relativa a la proyección del poder ruso en la zona. Hay que tener en cuenta que aproximadamente el 80% del gas natural ruso y el 17% de su producción petrolífera proceden del Ártico.

“Tradicionalmente esta región ha estado y continúa estando en el centro de nuestros intereses. Prácticamente todos los aspectos de la seguridad nacional se concentran aquí, tanto a nivel militar o político, como económico, tecnológico, ambiental y de recursos”, dijo Putin allá por 2014 durante la reunión del Consejo de Seguridad ruso en relación con la cuestión ártica.

Según los expertos la región podría convertirse en un futuro campo de batalla para la competencia tanto militar como económica entre potencias. En este sentido, el incremento de la actividad militar en la zona formaría parte de la estrategia económica, así como un factor fundamental a la hora de consolidar su control sobre el territorio, y al mismo tiempo proteger sus potenciales intereses comerciales y estratégicos.

Aeródromo en Nagurskoye, instalación militar situada en el sector septentrional /MAXAR

Imágenes captadas por satélite muestran un aumento constante en número de de bases y equipos militares rusos en la costa ártica del país, junto con instalaciones de almacenamiento subterráneo probablemente destinadas a guardar los prototipos de armamento y sistemas de alta tecnología  a la espera de ser puestos a prueba. El arsenal ruso en la región incluiría bombarderos y aviones MiG31BM, y nuevos sistemas de radar cerca de la costa de Alaska. El Ministerio de Defensa ruso ha asegurado que pronto probará varios modelos de aviones militares en el Ártico, incluyendo los cazas de combate Su-34 y Su-35, así como los aviones anfibios B-200.

Los movimientos de tropas y efectivos de la OTAN y EE. UU no se han hecho esperar. Bombarderos estadounidenses B-1 Lancer estacionados en la base aérea noruega de Ørland han completado recientemente misiones en el este del mar de Barents y el pasado mes de agosto el submarino Seawolf patrullaba la zona.

La inquietud por el afianzamiento de la región como zona de demostración para nuevo armamento es otra de las principales preocupaciones en occidente. El ártico se ha convertido en un inmenso campo de pruebas natural, que sirve de marco para desarrollo de armas como el futuro torpedo Poseidón 2M39, propulsado por un reactor nuclear y especialmente diseñado para burlar las defensas costeras.

Submarino ruso Delta IV cerca de la isla Alexandra. A la izquierda un agujero en el hielo provocado por una explosión bajo la superficie/MAXAR

Capaz de portar una ojiva nuclear de varios megatones, ha sido definido como un instrumento con poder para “inundar la ciudades costeras de EE.UU con tsunamis radioactivos” tal y como ha sido descrito por el subsecretario de estado norteamericano de Seguridad Internacional y No Proliferación, Christopher A. Ford.

En los últimos meses se han sucedido diferentes ejercicios en los que Rusia ha mostrado su músculo polar. El pasado mes de marzo tres submarinos nucleares  rompían simultáneamente el hielo del Ártico. La fuerza anfibia de la Armada ha demostrado su pericia al frente de trineos tirados por venados y perros.

Con el fin de suministrar el equipo necesario en la región helada, el Kremlin anunció una licitación en busca de ofertas para transportar carga militar al Ártico. La licitación, tendría un valor aproximado de 464 millones de rublos (aproximadamente 6 millones dólares) y solamente podrán participar empresas invitadas por la administración rusa. Asimismo, el pasado año se anunciaron los planes para la construcción de seis petroleros, cuya previsión es que surquen las aguas árticas para 2028.

Rompehielos 50 Let Pobedy (50 años de victoria) atravesando el hielo del Ártico/Artic.ru

A raíz del establecimiento del Comando Estratégico Conjunto de la Flota del Norte, la presencia militar rusa en la región no ha hecho más que aumentar.  En 2019, se anunciaba la construcción de 19 aeródromos y la modernización de las instalaciones más veteranas.

Mientras, el país se prepara para presidir el Consejo Ártico entre 2021 y 2023. Este organismo se creó en 1996 y entre sus miembros figuran: Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia. España participa como parte de los países observadores junto con Francia, Alemania, Países Bajos, Polonia y Reino Unido.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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