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El espacio aéreo abierto para drones incomoda

El espacio aéreo abierto para drones incomoda

Redacción.

Los aviones no tripulados o drones reabren el polémico debate sobre sus usos a raíz de la aprobación del Congreso de EEUU para abrir el espacio aéreo a estos artefactos en 2015, lo que permitirá dispararse sus licencias.

¿Cartografiar o espiar? Los drones civiles, poseen miles de aplicaciones que plantean numerosas interrogantes sobre las fronteras de la vida privada y la posible congestión del espacio aéreo.

Monitorear el avance de un incendio, localizar a un criminal o a una persona perdida, cartografiar terrenos de difícil acceso son algunos de los múltiples usos que explicaba Ryan Calo, del Centro de Internet y Sociedad (CIS) de la Universidad de Stanford. Calo definía estos artefactos como “teléfonos inteligentes voladores” cuyas “posibilidades son infinitas.

Por su parte, Ausvi (Association for Unmanned Vehicule Systems International) además matizaba que la opinión pública había asociado los drones a las guerras, pero que éstos también permitían “salvan tiempo, dinero y sobre todo vidas.

Pero la polémica viene con los «otros usos» que podrían tener estos aviones y que empiezan a incomodar a la población civil. Los drones son también capaces de interceptar mensajes en las redes inalámbricas de internet, controlar simultáneamente a 65 personas o identificar la marca de un envase de leche a más de 18,000 metros de distancia, según advierte la organización de defensa de los derechos en internet Electronic Frontier Foundation (EFF).

“Se deben establecer reglas para que podamos aprovechar estas nuevas tecnologías sin que se conviertan en una sociedad de la vigilancia”, sostiene la asociación de defensa de las libertades privadas Aclu.

Treinta estados ya trabajan en leyes para limitar el uso de drones, según Aclu, que milita para que los estados impongan mandatos judiciales, prohíban la publicación de imágenes e impidan que los drones se equipen con armas no letales (gases lacrimógenos, balas de goma, etc.). La FAA admite la necesidad de “reglas” y promete estudiar el asunto, pero en el futuro.

La cara económica
Hoy en día, los drones están autorizados a volar sólo para uso recreativo o público. a pesar de ello, no existen más que 300 de estos dispositivos, según fuentes de la asociación AUSVI, que agrupa a los fabricantes de drones. Parte de estos permisos son de las aduanas estadounidenses, que ya los utilizan para vigilar las fronteras.

Cuando en 2015 no tengan restricciones de vuelo, se probarán en 6 lugares de EEUU elegidos para tal fin. Estos ensayos tienen como fin aumentar las pocas regulaciones que las autoridades estadounidenses les tienen impuestos a estos aviones.

Los drones civiles conforman aún una pequeña parte del mercado tecnológico en EEUU, pero se prevé que pueda explotar a partir del 2015, según predice la Agencia de Aviación Federal (FAA, en inglés). Tras esta fecha, la AUSVI estima que el espacio aéreo estadounidense pudiera estar sobrevolado por 7.500 drones.

Existe otra cara en todo el asunto de los drones: la parte económica. Actualmente, el volumen de negocios de este sector no alcanza más que el millón de dólares. Pero la previsión de futuro es interesante para el país, puesto que podría llegar a 5.000 millones si, como sostiene la AUSVI, un avión teledirigido civil costaría entre 5.000 y 15.000 dólares.

Además, en términos de empleo, el sector debería contribuir a la creación de más de 70.000 puestos en los tres años posteriores a 2015, afirmó la AUSVI en un reciente estudio.

A pesar de que el estudio indica que el sector más beneficiado por estos artefactos, que tienen una vida útil de 11 años, sería la agricultura (drones para la aplicación de pesticidas y biocidas), EEUU también ve la utilidad de los drones en el sector de la seguridad (policías, bomberos, etc.). en éste ámbito, la AUSVI recuerda que los aviones no tripulados son fabricados no sólo por pequeñas y medianas empresas, sino también por grandes grupos aeronáuticos o de defensa, como Northrop Grumman.

“Estados Unidos tiene el potencial de convertirse en el primer mercado mundial, principalmente en la agricultura, donde los profesionales ya están acostumbrados a trabajar con instrumentos de alta tecnología”, dijo a la AFP Baptiste Tripard, de SenseFly, un fabricante de drones suizo, filial de la francesa Parrot.

 


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