Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea se reunirán en Bruselas para discutir el acuerdo de nuevas sanciones contra Rusia, además del acuerdo para reponer el fondo que se ha empleado para el apoyo militar a Ucrania con otros dos mil millones de euros.
Asimismo, existe la posibilidad de llegar a un acuerdo para otro aumento a largo plazo, con lo que el incremento total hasta 2027 ascendería hasta 5.500 millones de euros, según ha señalado el Consejo Europeo. “La decisión garantizará que tengamos los fondos para continuar brindando apoyo militar concreto a las fuerzas armadas de nuestros socios”, ha manifestado el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, en un comunicado.
En este sentido, la Unión Europea tiene como objetivo un aumento de hasta 70.000 millones de euros en el gasto de defensa durante los próximos tres años, además de promover más adquisiciones conjuntas entre sus miembros, según han informado funcionarios de la organización.
La guerra de Rusia contra Ucrania ha obligado a Europa a afrontar el regreso de una guerra al continente y, con ello, el impacto de décadas de falta de inversión en sus capacidades de defensa. La disminución de los arsenales de municiones, en particular, ha hecho que los funcionarios dediquen sus esfuerzos en reconstruir de forma colectiva dichos arsenales.
Por el momento estos esfuerzos de adquisición colaborativa no se han materializado. No obstante, en la conferencia anual de la Agencia Europea de Defensa (EDA) celebrada en Bruselas, se analizaron los datos; en 2021, la Unión Europea gastó 214 000 millones de euros en defensa, un nuevo récord para la alianza, con un aumento del 6 % con respecto a las cifras de 2020, y la primera vez que superó los 200 000 millones de euros en gastos.
Los estados miembros gastaron 52 000 millones de euros en adquisiciones e investigación y desarrollo, también un máximo histórico del 24 % de las inversiones totales en defensa, y un 16 % más de lo que se gastó en esas áreas en 2020. De esa cantidad, 3.600 millones de euros se destinaron específicamente a programas de I+D. El informe rastrea el gasto en defensa de 26 de los 27 países miembros de la Unión Europea, excluida Dinamarca.
Las compras conjuntas totalizaron alrededor de 8.000 millones de euros, y solo el 18 % de todas las inversiones fueron en defensa, en 2021. Eso es más que el 11 % de participación en 2020, pero también muy por debajo del «modesto punto de referencia» de la EDA del 35 %, señaló Borrell. Borrell y otros participantes en la conferencia pidieron a los Estados miembros que abordaran las necesidades de equipamiento a corto y medio plazo «comprando más, y comprando más juntos».
Por otra parte, Jens Stoltenberg, el Secretario General de la OTAN, ha declarado en Bruselas ante medios de comunicación que occidente ha intentado tender puentes con Rusia desde el final de la Guerra Fría, pero la confianza establecida en los últimos años ha quedado destruida con la invasión rusa de Ucrania. “La OTAN se esforzó durante décadas por desarrollar una relación mejor y más constructiva con Rusia. Después del final de la Guerra Fría, establecimos instituciones como el Consejo OTAN-Rusia. Cuando yo era primer ministro de Noruega, recuerdo que el presidente Putin asistía a las cumbres de la OTAN… así que este fue un momento diferente en el que trabajamos por una mejor relación. Rusia se ha alejado de todo esto” ha señalado Stoltenberg.
“Incluso si la lucha termina, no volveremos a una relación normal y amistosa con Rusia. La confianza ha sido destruida. Creo que la guerra ha tenido consecuencias duraderas para la relación con Rusia”, ha añadido Stoltenberg.
Los comentarios de Stoltenberg se producen cuando la guerra en Ucrania no está mostrando signos de desaceleración durante el período invernal, a pesar de las expectativas entre algunos analistas occidentales de que tanto Ucrania como Rusia podrían buscar una pausa en la lucha para reagruparse antes de lanzar contraofensivas renovadas en la primavera.
En este sentido, Stoltenberg, ha expresado su temor de que el conflicto armado en Ucrania, que se acerca a su décimo mes, pueda además precipitar una “gran guerra” entre Rusia y Occidente. Dice que la tarea principal de la alianza transatlántica es evitar que la guerra se extienda a Europa.
Sin embargo, este no parece ser el caso, ya que los intensos combates en el este de Ucrania y los ataques con misiles y drones continúan hostigando a los pueblos y ciudades ucranianas en el sur y el este del país. Rusia también continúa golpeando la infraestructura energética de Ucrania con consecuencias que esto está conllevando para la población civil; los ataques con drones del sábado dejaron sin electricidad a 1,5 millones de personas en la ciudad portuaria de Odesa.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha señalado que se encuentra en esta “intervención” a largo plazo y ha señalado que la llamada “operación militar especial” podría ser un “proceso largo”. Rusia insiste en que su objetivo es “liberar” regiones (Donetsk y Lugansk en el este de Ucrania y Jersón y Zaporiyia en el sur) que unilateral y de forma ilegal “anexionó” después de varios referéndums.
Ucrania tampoco ha dado muestras de cejar en su empeño, sobre todo mientras trata de aprovechar el impulso que le ha permitido liberar partes de Járkov, en el noreste, y Jersón, y avanzar en el este, aunque la guerra allí, sobre todo en Donetsk, al este de Ucrania, es un caos para ambos bandos, con ambas fuerzas atrincheradas.
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