Alrededor de una docena de autobuses que transportan militares ucranianos de Azovstal han salido del recinto; más de 260 soldados han sido evacuados de la planta siderúrgica de Mariúpol, según declaraciones del Ministerio de Defensa de Ucrania, después de un enfrentamiento con las fuerzas rusas que ha durado semanas.
Anna Malyar, viceministra de Defensa, ha manifestado hoy a primera hora que 53 combatientes gravemente heridos han sido trasladados de la planta a un hospital en Novoazovsk, mientras que otros 211 han sido evacuados a Olenika a través de un corredor humanitario. Malyar ha agregado que los esfuerzos para evacuar a los soldados restantes de la planta de acero en la ciudad portuaria sitiada prosiguen.
Los combates continúan, y las tropas ucranianas que defienden Járkov, la segunda ciudad más grande del país, han obligado a retroceder a las fuerzas rusas y han avanzado hasta la frontera con Rusia, según han informado las autoridades de Kiev. Esta semana ya se venía informado de los combates cerca de Járkov, y el asesor del Ministerio del Interior, Vadym Denisenko, ha calificado los hechos como “nuestra contraofensiva”. “Ya no se puede detener… Gracias a esto podemos ir a la retaguardia del grupo de fuerzas ruso”, ha añadido Denisenko.
El Ministerio de Defensa de Ucrania ha publicado un vídeo en redes sociales, donde supuestamente una docena de soldados ucranianos se encuentran en un puesto fronterizo. El gobernador regional de Járkov, Oleh Sinegubov, ha informado que las tropas han restablecido el control del área. “Agradecemos a todos los que, arriesgando sus vidas, liberan a Ucrania de los invasores rusos”, ha manifestado Sinegubov. El Ministerio de Defensa ha informado que el Batallón 227 de la Brigada 127 de las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania ha llegado a la frontera con Rusia con el mensaje de «¡Juntos a la victoria!». Járkov, que lleva semanas soportando fuertes bombardeos de la artillería rusa, se encuentra a unos 50 kilómetros de la frontera.
Desde agencias militares occidentales se ha informado que la ofensiva de Moscú en Donbás, al este de Ucrania, se encontraba estancada. Sin embargo, el gobernador de la región de Lugansk en Donbás, Serhiy Haidai, ha manifestado que la situación “sigue siendo difícil” con las fuerzas rusas tratando de tomar una de las principales ciudades del óblast de Lugansk, Severodonetsk.
Haidai también ha señalado que los líderes de la República Popular de Lugansk, el territorio de Lugansk controlado por los separatistas respaldados por Rusia, han llamado a una movilización general con la proclama “o pelear o recibir un disparo, no hay otra opción”. Mientras, en el sur continúan los combates alrededor de la ciudad de Jersón, y los misiles rusos han alcanzado áreas residenciales de Nicolaev, según la oficina presidencial en Kiev. Los guardias fronterizos también habrían repelido una incursión de un grupo de sabotaje y reconocimiento ruso en la región nororiental de Sumy, según palabras del gobernador de la región, Dmytro Zhyvytsky, que ha informado en redes sociales que un grupo ruso ha entrado en territorio ucraniano al amparo de proyectiles de mortero, granadas y ametralladoras, pero que se ha visto obligado a retirarse después que de que los guardias fronterizos ucranianos defendieran la zona.
Entretanto, Moscú ha advertido sobre las “consecuencias de gran alcance” si Finlandia y Suecia continúan con sus planes de unirse a la alianza militar de la OTAN, un cambio en la política de neutralidad de los países nórdicos provocado por la preocupación sobre las ambiciones del presidente ruso, Vladimir Putin. Finlandia ya ha confirmado sus planes de solicitar su entrada a la alianza, y los socialdemócratas, actual gobierno de Suecia, han respaldado su unión a la OTAN, allanando el camino para una futura solicitud y abandonando su postura de no alineación militar.
Sergei Ryabkov, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, se ha referido directamente a Finlandia y Suecia, y ha advertido de que están cometiendo un error que tendría consecuencias de gran alcance. “No deberían esperar que simplemente vamos a tolerarlo”, ha señalado Ryabkov. “El nivel general de tensión militar aumentará y la previsibilidad en este ámbito disminuirá” ha añadido Ryabkov. Putin ha afirmado que en un principio no considera a estos países una amenaza, pero sí ha señalado que reaccionará si como consecuencia de la adhesión a la OTAN refuerzan sus ejércitos.
En respuesta a las amenazas de Moscú, Estados Unidos ha recordado que la OTAN es una alianza para la defensa y que “no supone una amenaza para ninguna otra nación, lo que incluye a Rusia”. John Kirby, portavoz del Pentágono, ha subrayado que ni Putin ni ninguna tercera parte pueden vetar la adhesión de un país a la OTAN: «Eso es algo que tienen que decidir esa nación y otros miembros de la OTAN», ha señalado Kirby, y ha agregado que el proceso de adhesión a la alianza consiste en varios pasos, por lo que lleva tiempo.
Por su parte, los países miembros de la OTAN han señalado que confían en que ambos países sean aceptados en la alianza y que las reticencias turcas puedan superarse. En este sentido, Turquía ha sorprendido a sus aliados sobre sus reservas en cuanto a la entrada de Finlandia y Suecia a la alianza, y han expuesto sus demandas con la petición de que los países nórdicos detengan su apoyo a los grupos militares kurdos presentes en su territorio y que levantaran las prohibiciones sobre algunas ventas de armas a Turquía. “Suecia es una incubadora de organizaciones terroristas. Acogen a terroristas. En su Parlamento hay diputados que defienden a los terroristas. A quienes acogen a terroristas no les diremos “sí” cuando quieren unirse a la OTAN”, ha manifestado el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Ante esta cuestión, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha reconocido el valor de Turquía dentro de la alianza y se ha mostrado dispuesto a tratar “cualquier preocupación de seguridad” que pueda tener relación con el posible ingreso de Finlandia y Suecia a la organización. Cualquier decisión sobre la ampliación de la OTAN requiere la aprobación de los 30 aliados y sus parlamentarios. Turquía, que ha sido miembro de la alianza durante 70 años, estará bajo una gran presión según declaraciones de diplomáticos de la OTAN, porque la alianza considera que la adhesión de Finlandia y Suecia la fortalecería considerablemente en el Mar Báltico.
Suecia y Finlandia se mantuvieron neutrales durante la Guerra Fría, y su decisión de unirse a la OTAN supondría uno de los mayores cambios en la arquitectura de seguridad de Europa durante años. Una vez analizada la situación por los aliados de la alianza, y si se abordan las objeciones turcas, la aprobación podría llegar en cuestión de semanas, aunque la ratificación por parte de los parlamentarios aliados podría demorarse hasta un año, según informan diplomáticos de la OTAN.
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