Redacción.

El Gobierno de los Estados Unidos está estudiando la posibilidad de lanzar ataques aéreos para frenar el avance de los yihadistas en Irak.

El presidente Obama pretende ayudar así al Gobierno de Bagdad, que se ha visto sorprendido por la repentina escalada de violencia yihadista.
Obama ha asegurado que aunque no se descarta nada, por el momento no se contempla la opción de «poner tropas sobre el terreno».

El presidente ha afirmado que su equipo de seguridad nacional está estudiando todas las opciones: «no descarto nada porque nos jugamos mucho a la hora de asegurarnos de que estos yihadistas no se asienten ni en Irak ni en Siria». Las opciones que se barajan actualmente son el envío de drones o aviones de guerra (cazas F-16 y helicópteros Apache).

El Gobierno de Obama prevee una intervención militar inmediata, para apoyar al primer ministro chiita, Nuri Al Maliki, incapaz de frenar el rápido avance de las milicias del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que han tomado ciudades claves como Mosul y Tikrit.

Los principales líderes republicanos en el Congreso se han mostrado preocupados por la posibilidad de que el avance yihadista, si no es frenado a tiempo, llegue hasta la capital,Bagdag, y esta termine bajo el control de los yihadistas.

El presidente ha recibido duras críticas de la oposición, que considera que las tropas han sido retiradas demasiado pronto, sin dejar una presencia militar en Irak que garantizara la estabilidad del Gobierno. Han advertido sobre la posibilidad de que este tipo de crisis se repita en Afganistán. El senador republicano llegó a expresarse así: » Lo que los americanos dejaron fue un estado iraquí incapaz de funcionar por sí solo. Ahora aquello se desmorona».