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“Defendemos los intereses de España en cada una de...

“Defendemos los intereses de España en cada una de las operaciones en el exterior en las que están nuestras tropas”

Verónica Sánchez Moreno

En un par de meses, haya gobierno o no, España tendrá que decidir si continúa en las operaciones militares en las que se encuentra inmersa. El general de división Francisco Rosaleny Pardo de Santayana, jefe de Estado Mayor del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, es una de las personas que actualmente se encuentra trabajando en el borrador militar que los políticos españoles estudiarán antes de tomar la decisión. 

Este madrileño sabe de sobra lo que es participar en una misión internacional: Angola en 1989, Yugoslavia en 1991, Bosnia Herzegovina en 1994, Kosovo en 1999, Líbano en 2007 o Afganistán en 2011, son algunas de las misiones en las que ha estado durante su intensa carrera que incluye entre sus destinos haber sido capitán jefe de compañía en el Regimiento Asturias número 31, comandante en el Estado Mayor del Cuerpo de Ejército de Reacción Rápida de la OTAN, teniente coronel jefe de Estado Mayor de la Brigada Paracaidista y coronel jefe del Regimiento de Infantería Ligera “Príncipe” número 3. Hablamos con él de las principales operaciones en las que están desplegados efectivos españoles, así como de los retos a los que se enfrentan. 

En la actualidad, más de 2.000 efectivos españoles se distribuyen en casi 20 misiones internacionales, ¿podemos decir que estamos dónde nos necesitan?
Somos una herramienta exterior del Estado, por lo tanto estamos donde el Gobierno quiere que estemos. Cada vez que se abre una operación, el ministro de Defensa tiene que comparecer ante el Congreso y que ésta se apruebe, por lo que al final estamos donde España, con todos sus representantes, quiere que estemos. Asimismo, a final de año, en acuerdo con el Consejo de Ministros, se renuevan las operaciones. Es decir, que ahí donde nos encontramos, todos estamos de acuerdo en desplegar.

Conflictos hay muchos y no cubrimos todo pero creo, porque así lo decide el Gobierno, que estamos donde tenemos que estar, lo que es una mezcla de dos cosas, los intereses españoles y los compromisos que tenemos con organizaciones internacionales. Y, de hecho, de las 18 operaciones en las que estamos ahora envueltos, quitando la permanente que es puramente nacional, las demás son fruto de los compromisos españoles. Estamos en Naciones Unidas, OTAN, Unión Europea, en una coalición en Irak, y bilateralmente realizando operaciones con Francia, Cabo Verde, Senegal y Mauritania.

De estas operaciones, más de la mitad se desarrollan en África, ¿esto es reflejo de dónde se encuentra la frontera avanzada de España?
El Ejército de Tierra utiliza mucho la expresión “Sahel frontera avanzada”, yo veo la frontera avanzada allí donde hay un español porque el Gobierno lo ha decidido. Ahora mismo tenemos gente en Irak o Afganistán, para mí eso también es frontera avanzada.

Nuestra Estrategia de Seguridad Nacional ya no habla de una seguridad interior y otra exterior, es decir, frontera próxima y frontera lejana, sino que la seguridad es un todo. Eso creo que es un aspecto que la sociedad española tiene que ir asimilando, que defender a España, favorecer sus intereses o hacer frente a los riesgos y amenazas no se limita al espacio físico próximo, sino que es necesario que comprenda que cuando tenemos gente en República Centroafricana, Irak o Afganistán, estamos defendiendo los intereses de España dentro de ese concepto de frontera avanzada.

¿Qué retos plantean las migraciones en el planeamiento de las operaciones militares?
Muchos. Yo los resumiría, primero, en tener una información de carácter nacional y compartida con naciones y organizaciones aliadas que nos permita identificar bien el problema con tiempo. Y segundo, saber tener preparadas e identificadas las capacidades militares que nos van pedir para hacer frente a esa misión que puede estar relacionada con el fenómeno migratorio, que tenemos para largo.

Una fragata española, la Navarra, y un avión de patrulla marítima, integrados en la Operación Sophia, intentan que no se produzca tráfico de personas. Al contrario de lo que piensa mucha gente, su misión principal no es rescatar migrantes, aunque también tienen que hacerlo.
Estamos para atacar a los facilitadores, a los traficantes de personas. Efectivamente, por desgracia lo que se ve más en los medios de comunicación social son esas fotos impactantes de barcos cargados hasta los topes, gente ahogada, la mujer embarazada, el niño, y se ve asociado a determinadas fotos un barco español, por eso creo que mucha gente piensa que estamos allí para rescatar migrantes en el mar. Por supuesto que cuando el barco está en una zona donde se produce ese lamentable incidente, rescatamos, pero no es nuestra misión. Nuestra misión es atacar el problema, es decir, a esos traficantes que son los que causan unos flujos irregulares en condiciones inhumanas. Esa es la misión principal de las capacidades militares, porque para lo otro, en este caso, están fundamentalmente Frontex y las ONGs.

Ocho años en Yibuti, diez en Líbano, operaciones que se dilatan bastante en el tiempo, ¿se sabe cuándo desplegar pero no cuándo se realizará el repliegue?
Por desgracia sabemos cuando vamos pero es muy difícil saber cuando volvemos. Por resumirlo, cuando se activa una operación se hace una predicción temporal que lógicamente está basada en una serie de hipótesis que, si se cumplieran, terminaría en ese plazo, pero normalmente no se cumple. Entonces lo que se hace es irlo actualizando a lo largo del tiempo. Normalmente todas estas operaciones multinacionales se autorizan por un plazo de tiempo y cuando se ve que se va a agotar ese plazo, se vuelve a alargar. En el caso español, como he mencionado anteriormente, en diciembre de cada año el Gobierno es el que determina si seguimos o no en una operación, con lo cual son los dos parámetros los que nos dan. No obstante, es muy difícil predecir cuándo va a terminar una de estas operaciones, porque las causas por las que nosotros estamos allí son tan delicadas y complejas que haría falta ser un gran adivino para poner un plazo de tiempo final acertado.

Daesh pierde terreno, ¿esto demuestra el éxito de la coalición internacional en la que participa España?
Sin duda. Cuando la coalición desplegó en Irak el Daesh tenía una capacidad de ocupación de terreno que ahora no tiene. Eso hay que atribuírselo al éxito de la coalición que, por un lado está efectuando acciones militares directas como son bombardeos y, por otro, está adiestrando a las fuerzas iraquíes que son las que están consiguiendo esos éxitos.

En el caso español estamos colaborando exclusivamente en el área de entrenamiento de capacidades iraquíes en dos aspectos: fuerzas convencionales y fuerzas de operaciones especiales. Todas las brigadas del ámbito convencional que hemos entrenado han participado en combates. Como anécdota,  la última brigada a la que hemos entrenado está ahora combatiendo en Mosul y, a finales del pasado mes de septiembre, dos jefes de batallón de esas brigadas llamaron agradeciendo a los españoles el adiestramiento por lo que estaban viendo que su gente estaba consiguiendo en la lucha contra artefactos explosivos en el terreno.

Ante el panorama estratégico actual, ¿son fundamentales los ejercicios de adiestramiento conjunto con países aliados?
Como se ha podido ver, de las 18 operaciones, 17 son con socios y aliados, de carácter bilateral o no, entonces o nos entrenamos previamente con ellos o luego sería muy difícil materializar esas operaciones y tendríamos muchos problemas de comunicación, de procedimientos, de idioma… Y eso desde que España es miembro de la UE y de OTAN (sobretodo en el ambiente OTAN), es continuo. Para nosotros ese adiestramiento conjunto es casi rutina e imprescindible.

¿Cómo ha sido el desempeño español cuando ha estado al frente de operaciones internacionales? ¿Se prevé que estemos al mando de alguna otra próximamente?
Esa previsión no la sé porque es un poco oportunidad de las negociaciones que se hacen a la hora de  generar fuerzas. Está muy mal que yo lo diga porque estamos hablando de las Fuerzas Armadas españolas, pero creo que España es un aliado leal, fiable y que objetivamente nuestra actuación en todos los ámbitos en el extranjero ha sido muy buena. Yo he tenido la experiencia personal de participar en muchas de esas operaciones y desde luego la relación que he tenido con americanos, ingleses, alemanes, ha sido de igualdad.

Actualmente un contralmirante español, José Enrique Delgado, está mandando una de las flotas permanentes de la OTAN, la SNMG1. Asimismo, España está liderando este año la punta de lanza de la OTAN, la VJTF. Y, además, el año pasado España fue la nación anfitriona del ejercicio más importante de la OTAN, el Trident Juncture. Vamos compaginando colaboraciones con asunción de liderazgo.

En una reciente entrevista, el JEMAD señalaba el hincapié que se estaba realizando en Inteligencia, ¿es ésta la base del planeamiento?
Efectivamente, durante los cuatro últimos años el Jefe de Estado Mayor de la Defensa está luchando por potenciar mucho las capacidades de Inteligencia que, además, son una de las muchas capacidades que se piden para desplegar. Me refiero sobre todo a medios de reconocimiento aéreo tipo UAV. Se está haciendo un gran esfuerzo en ello y para nosotros, para el Mando de Operaciones, responsable de planear las operaciones, la Inteligencia es un factor vital para saber a qué amenaza nos enfrentamos y poder determinar las capacidades a desplegar. En ese aspecto compartimos instalación con el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas que es nuestro principal proveedor de inteligencia militar para poder planear las operaciones.

Para las misiones en el exterior, ¿se contempla la participación de reservistas voluntarios, como ocurre cada vez en mayor medida, sobre todo en la rama sanitaria?
Tengo experiencia con reservistas voluntarios mandando el regimiento Asturias y puedo decir que la figura del reservista es extraordinaria porque es gente que, dentro de que están desarrollando unos trabajos fuera de las Fuerzas Armadas, tienen vocación militar. En el ámbito nacional creo que más o menos está funcionando. Quizá todavía al mundo laboral le cuesta aceptar que una persona que está trabajando en su empresa se vaya a las Fuerzas Armadas durante un tiempo y muchas veces los reservistas con gran sacrificio lo suplen con períodos de vacaciones. Donde se puede profundizar más en el futuro es en operaciones. Hasta ahora solo se ha tocado el aspecto sanitario pero creo que hay un ámbito de profesiones que pueden complementar las capacidades militares y estoy seguro de que lo harán estupendamente: jueces, temas de personal, de logística… Pero todavía está en fase de evolución.

En los últimos años han cambiado los actores, los métodos, los espacios, ¿podemos saber cuál es el futuro de las operaciones militares?
Eso es siempre difícil porque cuando los militares decimos más o menos cómo será el futuro, cuando éste se produce nos hemos quedado retrasados. Pero ahora la tendencia que objetivamente se puede ver en operaciones es lo que se denomina “combate híbrido”, que es una mezcla de lo convencional con lo no convencional. A eso le añadiría la importancia que está cobrando el manejo de las redes de información y la involucración de la población civil en todos estos conflictos. Antes se combatía contra gente uniformada, ahora es muy difícil separar una cosa de otra porque, además, dentro de esta gente civil se mezclan muchos malhechores, mafias, terroristas, etc… Y, por último, la importancia de la Inteligencia, como hemos dicho antes, para poder identificar, porque antes en el campo de batalla se identificaban territorios ocupados, no ocupados, fronteras, líneas de frente, pero ahora todo eso está diluido, lo que hace que la intervención militar sea muy compleja.


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