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Rusia bombardea Odesa tras la celebración del Día de la Victoria

Una multitud de edificios de Odesa han amanecido en ruinas hoy martes, tras los bombardeos rusos un día después de la celebración del Día de la Victoria, que conmemora la victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Durante la celebración, el presidente ruso Vladimir Putin, no desveló los siguientes pasos de Rusia en Ucrania, pero se han intensificado los ataques sobre la planta siderúrgica de Azovstal, en la ciudad ya en ruinas de Mariúpol.

Las tropas rusas continúan su ataque en Donbás, en el sureste de Ucrania que incluye las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, y en Mariúpol. Así lo señala el informe diario publicado por el Estado General de las Fuerzas Armadas de Ucrania, en el que expresa el temor de que el ejército ruso pueda sabotear las instalaciones de las industrias químicas ucranianas de las zonas ocupadas.

Rusia ha conmemorado el aniversario de la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial; durante el mismo, Putin se ha referido a las fuerzas rusas y a los voluntarios de Donbás que “están luchando por la Madre Patria para que nadie olvide las lecciones de la Segunda Guerra Mundial”. No obstante, el presidente no se refirió

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en su propio discurso del Día de la Victoria, ha proclamado que será su país el que triunfe sobre las fuerzas rusas. «En el Día de la Victoria sobre el nazismo, estamos luchando por una nueva victoria. El camino hacia ella es difícil, pero no tenemos ninguna duda de que venceremos», ha señalado en un discurso grabado en vídeo para conmemorar la muerte de más de ocho millones de ucranianos durante la Segunda Guerra Mundial. Zelenski ha advertido que no entregará ni un “solo pedazo de tierra” y ha señalado que Kiev no permitirá que Moscú se apropie de la victoria sobre el nazismo.

El vídeo muestra a Zelenski caminando por la calle vacía de Jreshchátyk, la vía principal del centro de Kiev, que fue destruida por las fuerzas soviéticas en retirada en 1941 y reconstruida al estilo estalinista. Su sencilla aparición ha contrastado con la solemne presentación de Putin en el Día de la Victoria, rodeado de veteranos de guerra y generales, con tanques, cohetes y misiles balísticos, desfilando por la Plaza Roja.

Por su parte, autoridades ucranianas han informado sobre intentos combates que se están desarrollando en el este del país, mientras que cuatro misiles Onix de alta precisión, disparados desde la península de Crimea controlada por Rusia, habrían impactado en la región de Odesa, en el suroeste de Ucrania. El gobernador de Mikolaiv, ciudad también en el suroeste, ha señalado que los ataques nocturnos contra la urbe han sido muy intensos.

Azovstal, el vasto complejo de edificios y túneles subterráneos, es el último reducto de las tropas ucranianas en Mariúpol, y cuya captura sería vital para unir las zonas tomadas por Rusia en el sur y el este de Ucrania, aislando al país del mar de Azov.

Rusia ya ha proclamado su victoria en Mariúpol, pero el control total de la planta siderúrgica habría sido un logro simbólico en 75 día de una guerra que ha costado ya muchas vidas y aislado la economía rusa, pero que todavía no ha logrado hacerse con la totalidad de ninguna ciudad importante.

Putin había señalado que las tropas rusas no asaltarían Azovstal para evitar la pérdida de más vidas rusas. Sin embargo, el Ministerio de Defensa ucraniano ha informado esta semana que las fuerzas rusas respaldadas por tanques y artillería, están llevado a cabo “operaciones de asalto”.

Moscú ha negado estas acusaciones de asalto al complejo, donde también se han refugiado civiles, por parte de Ucrania. No obstante, tanto Kiev como Moscú han confirmado que todos los civiles han sido evacuados de las instalaciones, aunque todavía hay personas a la espera de ser evacuadas de Mariúpol. La invasión ha obligado a huir a casi seis millones de ucranianos desde que invadieron Ucrania el 24 de febrero.

La viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Malyar, ha señalado que las tropas rusas están tratando de avanzar en el este de Ucrania, donde la situación es “difícil”, pero que han retrocedido de la ciudad de Járkov, donde las autoridades han informado de fuertes bombardeos rusos.

Kiev ha solicitado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU la celebración de una sesión especial que revise la situación de “continuo deterioro” en Ucrania, incluidos los informes sobre las incontables víctimas de Mariúpol, según una carta enviada esta semana por las autoridades ucranianas.

Putin ha señalado que la “operación militar especial” de Rusia en Ucrania es una medida puramente defensiva e inevitable, medida que va contra los planes de una invasión, respaldada por la OTAN, de tierras que, según el presidente, pertenecen históricamente a Rusia, incluida Crimea. «Rusia ha rechazado de forma preventiva al agresor«, ha dicho, aunque sin presentar pruebas de lo que ha calificado como preparativos abiertos para atacar Crimea y la región ucraniana de Donbás. El pasado año, el Kremlin comenzó a reunir tropas entorno a la frontera con Ucrania; acción que, según Kiev y sus aliados occidentales, no fue provocada: «Los países de la OTAN no iban a atacar a Rusia. Ucrania no planeaba atacar Crimea», ha manifestado el asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak tras las declaraciones de Putin.

Rusia ha presentado al mundo la guerra como una batalla en contra de los peligrosos nacionalistas nazis de Ucrania, acusación que niegan Kiev y sus aliados, y la relaciona con el desafío al que se enfrentó la Unión Soviética cuando Adolf Hitler la invadió en 1941. «Todos los planes se están cumpliendo. Se logrará un resultado, de eso no hay duda», ha dicho Putin tras el desfile del lunes.

Desde la invasión del 24 de febrero, Moscú se ha visto sometido a sanciones cada vez más duras, que han tenido un fuerte impacto en el comercio y la confiscación de activos. Un funcionario alemán ha referido que el acuerdo de los estados miembros de la Unión Europea sobre nuevas medidas estaba cerca. Se espera que dicho acuerdo incluya un embargo sobre el petróleo ruso.

Josep Borrell, actualmente Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, ha manifestado que el bloque debe considerar confiscar las reservas de divisas rusas congeladas para ayudar a pagar el coste de la reconstrucción de Ucrania tras la guerra. «Yo estaría muy a favor porque tiene mucha lógica. Tenemos el dinero en nuestros bolsillos y alguien tendría que explicarme por qué puede hacerse con el dinero afgano, pero no con el ruso«, argumenta Borrell, haciendo referencia al hecho de que el gobierno estadounidense asumió el control de más de 3.000 millones de dólares en activos congelados del banco central de Afganistán con el objeto de compensar a las víctimas del terrorismo, así como de emplearlo en ayuda humanitaria que necesaria para el país.

 


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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