El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se ha presentado por sorpresa en Jersón para celebrar con sus tropas y compatriotas la liberación de la ciudad y ha hablado de paz. «Estamos listos para la paz, la paz para todo nuestro país», ha dicho, emocionado, el presidente ucraniano.
Mientras, el Gobierno ruso ha advertido que considera «inaceptable» la exigencia de retirada de sus tropas de la guerra en Ucrania para iniciar conversaciones de paz. Según medios de comunicación ruso, representantes de Estados Unidos y Rusia mantienen esta semana negociaciones en Ankara.
Asimismo, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha adoptado una resolución no vinculante mediante la que se pide a Rusia hacerse cargo de las reparaciones por la destrucción del territorio. A diferencia del Consejo de Seguridad, donde Rusia tiene poder de veto, Moscú no ha podido oponerse a la adopción de la resolución, apoyada por 94 de los 193 miembros de la asamblea.
Esta reconoce que Rusia debe rendir cuentas por las violaciones del derecho internacional en o contra Ucrania y “debe asumir las consecuencias legales de todos sus actos internacionalmente ilícitos, incluida la reparación del daño, incluyendo cualquier daño, causado por tales actos”. Las resoluciones de la Asamblea General no son vinculantes, pero tienen peso político.
Zelenski, ha acusado a los soldados rusos de cometer crímenes de guerra y matar a civiles en la ciudad de Jersón, que Ucrania ha recuperado del poder ruso. “Los investigadores ya han documentado más de 400 crímenes de guerra rusos. Se han encontrado cuerpos de civiles y militares muertos”, ha señalado Zelenski en su tradicional discurso de vídeo nocturno, aunque no ha especificado los lugares donde se descubrieron los cuerpos. Rusia ha negado que sus tropas ataquen de forma intencional a civiles.
La región fue una de las cuatro que el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró haber anexado el pasado mes de septiembre, una medida calificada como ilegal por Kiev y denunciada por los países occidentales.
Se han encontrado fosas comunes en varios lugares de Ucrania desde el comienzo de la invasión rusa, incluidos los cuerpos de civiles que muestran evidencia de tortura descubiertos en la región nororiental de Járkov y Bucha, cerca de Kiev. Ucrania ha acusado a las tropas rusas de cometer los crímenes. Una comisión de las Naciones Unidas en octubre informó de los crímenes de guerra en Ucrania y acusó a las fuerzas rusas de ser responsables de la “gran mayoría” de las violaciones de derechos humanos en las primeras semanas de la guerra.
Antes de que llevaran a cabo su asombra contraofensiva en la región de Járkov, las tropas ucranianas ya habían derrotado a las fuerzas rusas en la región de Jersón, 600 kilómetros al suroeste, con la ayuda de armamento occidental. Desde mediados de octubre, el ejército de Ucrania se había desplazado hacia el sur a lo largo de la orilla occidental del río Dniéper, avanzando hacia un objetivo estratégico y simbólico: la ciudad portuaria de Jersón.
No fue hasta el pasado 9 de noviembre, cuando los comandantes rusos ordenaron a sus soldados en la orilla occidental del Dniéper (hasta 30.000, según fuentes estadounidenses) que se retiraran a la orilla oriental. Con eso, la invasión de ocho meses de Rusia ha entrado en su nueva fase, dejando a los expertos dudas sobre la resistencia de las fuerzas ucranianas, el confuso asalto ruso y las consecuencias políticas para el Kremlin.
De momento, las fuerzas rusas controlan la mayor parte de la región de Jersón que se encuentra en la orilla este del Dnieper. Esto proporciona el control de un “puente terrestre” que lleva desde la frontera rusa con Donbás hasta el istmo que une la Ucrania continental con Crimea, la península del Mar Negro que Moscú ocupó en 2014.
La llegada de armas occidentales (como sistemas de artillería HIMARS y obuses M777 de fabricación estadounidense, los obuses Caesar de fabricación francesa, o la artillería autopropulsada Panzerhaubitze de fabricación alemana) ha dado a Ucrania la capacidad de atacar objetivos rusos más atrás de las líneas del frente desde una distancia más segura.
En este sentido, cruces de ríos como el puente Antonivsky, han quedado intransitables durante el verano debido a los repetidos ataques de HIMARS. Para reabastecer la ribera occidental y rotar las unidades, las tropas rusas recurrieron a puentes de portátiles y a cruces de transbordadores, que los ucranianos también destrozaron.
El general Sergei Surovikin, quien fue designado a principios del mes pasado para asumir el mando general de la guerra, fue quien recomendó durante una reunión televisada con el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, que debían abandonar Jersón. Shoigu, un hombre de confianza de Putin y uno de sus ministros con más años de servicio, accedió de inmediato y emitió la orden, con la notoria ausencia de Putin. Shoigu ha sido objeto de duras críticas por parte de los nacionalistas y de los militares por la forma en que se ha desarrollado la invasión.
La orden televisada en hora de máxima audiencia, supone un reconocimiento al público ruso de que las cosas no van según el plan, y ha provocado el escepticismo de los expertos, teniendo en cuenta el anuncio de hace solo seis semanas, cuando el Kremlin afirmó que Jersón y otras tres regiones ucranianas parcialmente ocupadas por Rusia, pasaban a formar parte del país. Esto significa que Moscú estaría abandonando un territorio que ha reclamado como propio. Además, el hecho de que Jersón sea la única capital regional que las fuerzas rusas han capturado desde la invasión, podría sea visto como otra derrota.
Los funcionarios ucranianos ven el movimiento ruso con escepticismo y han sugerido que el anuncio podría ser una cortina de humo para atraer a las fuerzas ucranianas a una trampa. Natalya Humenyuk, portavoz del Comando Sur de Ucrania, ha manifestado en medios rusos que podría tratarse de una medida de “operaciones psicológicas” destinadas a enmascarar los planes de Rusia.
«Las acciones hablan más que las palabras», ha señalado Mykhaylo Podolyak, asesor principal de Zelenski, en una publicación en redes sociales. “No vemos señales de que Rusia se vaya de Jersón sin luchar… Ucrania está liberando territorios basándose en datos de inteligencia, no en declaraciones de televisión escenificadas”.
Aun así, cualquier avance ucraniano adicional, ya sea al sur de la ciudad o al sureste de la orilla del río cercana, será problemático debido a las trampas o lento, debido a los puentes y cruces destruidos por los rusos para frenar el avance. El comando sur de Ucrania también ha manifestado en un comunicado que las tropas ya se están enfrentando a las minas terrestres y las barricadas construidas por Rusia. Podolyak ha añadido que las fuerzas rusas habían minado “todo lo que podían” en la ciudad de Jersón, incluidos apartamentos y alcantarillas.
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