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Rusia y Estados Unidos colisionan en el Mar Negro

Rusia y Estados Unidos colisionan en el Mar Negro

El pasado mes de abril el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció la retirada de gran parte de los más de 100.00 soldados encargados de la vigilancia de la frontera entre Rusia y Ucrania. A pesar de que esta acción a priori parece una tregua, las aguas del Mar Negro podrían formar parte del próximo objetivo de Putin.

Con la invasión de Ucrania y la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia en el 2014, sumada a la injerencia rusa en la región de Donbás en el sureste de Ucrania, la tensión entre ambos países y el resto de occidente no ha hecho más que aumentar. La presión rusa sobre Ucrania y su contundente oposición a su ingreso en la OTAN es solamente una muestra de ello.

Barcos y helicópteros de la armada rusa realizando maniobras en la costa del Mar Negro en Crimea/AP

La ocupación militar de Crimea logró el efecto de afianzar todavía más si cabe el poder de Putin en Rusia frente al líder de la oposición Alexey Nalvany (encarcelado desde principios de año por violación de su libertad condicional), que el pasado mes de abril puso fin a su huelga de hambre.

Sin embargo, la actual situación de Rusia no parece favorecer un nuevo movimiento geopolítico, teniendo en cuenta sus otros escenarios, entre los que podemos contar su intervención militar en la guerra civil siria y su apoyo a las fuerzas separatistas ucranianas, sin olvidar las sanciones impuestas de Occidente y su creciente interés por la militarización espacial. En cambio, una opción pasaría por mirar hacia el mar y consolidar su control sobre las aguas del Mar Negro, teniendo en cuenta la importancia estratégica de esas aguas.

La OTAN cuenta con tres miembros dentro del grupo de países que se reparten el dominio del Mar Negro (Turquía, Rumania y Bulgaria) y con dos socios cercanos, Ucrania y Georgia (en las que Rusia ocupa territorios). Al igual que el Mar de China Meridional, este es un potencial punto de tensión marítimo. Además, es probable que se convierta en una rica fuente de hidrocarburos, lo que no haría más que alimentar dichas tensiones.

El interés ruso en Crimea se basaba principalmente en las excelencia de sus puertos y en controlar las rutas marítimas entre Rusia y Ucrania. En lo que podría ser el preludio de futuros desencadenantes de conflictos marítimos análogos,  a fines de 2018, la marina rusa se apoderó de tres buques militares ucranianos cuando los barcos intentaban ingresar al Mar Negro a través del estrecho de Kerch, pasaje que separa Rusia y la península de Crimea.

Retornamos a esos niveles de tensión. A mediados de abril, el Pentágono anunció que enviaría dos destructores al Mar Negro, lo que el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, calificó como “provocación extrema”. Aunque Estados Unidos canceló el despliegue de los barcos, el Kremlin se ha afanado en bloquear las áreas costeras cerca de Crimea a los buques de guerra extranjeros.

Durante la invasión a Ucrania en 2014 el ejército de ruso utilizó una combinación de tácticas que englobaron: guerra cibernética ofensiva, fuerzas especiales (en forma de hombrecillos verdes), ataques clandestinos a los nodos de transporte, propaganda y desinformación en las redes sociales y ataques convencionales, entre otras.  Lo más probable es que, en caso de escalada, en la mente de Putin se esté revisando ese mismo rumbo de acción.

Barcos y helicópteros de la armada rusa realizando maniobras en la costa del Mar Negro en Crimea/AP

En ese caso, teniendo en cuenta las características del escenario marítimo, probablemente hablaríamos de: despliegue de patrulleras equipadas con misiles superficie/terrestres; helicópteros diseñados para el entorno anfibio con objeto de transportar a sus fuerzas especiales; submarinosciberataques sobre los sistemas de mando y control ucranianos; asaltos anfibios sobre puntos estratégicos clave tras las líneas ucranianas, etc. En ese caso, aun en el caso de mostrar disposición para ello, la OTAN difícilmente llegaría a tiempo para impedir a Rusia lograr sus objetivos.

El objetivo ruso sería neutralizar a la fuerza naval ucraniana, obtener el control marítimo completo en el norte del Mar Negro, aislar a las fuerzas militares ucranianas de sus líneas de suministro y obtener el dominio sobre un pedazo de tierra que podría conectar Rusia con Crimea.

A pesar de que la oposición norteamericana y de la OTAN ante este tipo de iniciativa sería evidente. En caso de que Rusia diera el paso y aun en el caso de que la OTAN mostrara disposición para ello difícilmente llegaría a tiempo para impedir a Rusia lograr sus objetivos.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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