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Batalla de Rancagua: vivir con honor o morir con gloria

Bernardo_oHiggins

G.B. D. Agustín Alcázar Segura (R).

Con la finalidad de ganar el tiempo necesario para reorganizar sus fuerzas, los insurgentes chilenos necesitaban detener o al menos retardar el avance de Osorio (Comandante en jefe de las fuerzas realistas en la Capitanía General de Chile). Para ello se plantearon dos líneas de acción: una la de los hermanos Carrera [1], partidarios de defenderse en Angostura de Paine; la otra, propuesta por O’Higgins [2], pretendía retardar el avance realista empezando por el río Cachapoal, inmediatamente al sur de Rancagua (80 kilómetros al sur de Santiago).

Ambas tendencia llegaron al acuerdo de concentrar las fuerzas para hacer frente a Osorio en Rancagua. O’Higgins la defendería con sus 900 hombres, replegándose hacia Angostura de Paine, con el apoyo si fuera necesario de las fuerzas al mando de Luis Carrera, que sumaban otros 1500.

O’Higgins entró en Rancagua el 24 de Septiembre de 1814, avanzó su Cuartel General a El Olivar, a unos 10 kilómetros al sur de esa ciudad, y comenzó sus preparativos para continuar hasta el Cachapoal.

Los realistas cruzaron el río el 30, replegándose entonces O’Higgins  a Rancagua. En la mañana del 1 de Octubre, con una fuerza de 4.500 hombres y 18 cañones, Osorio comenzó el ataque desde el sur de la ciudad. Tras un primer intento fallido de tomar la plaza, decidió bombardear las trincheras y asaltar los cuatro costados simultáneamente, prolongándose la lucha durante todo el día.

El combate se reinició al día siguiente, manteniéndose O’Higgins a la espera de ser socorrido por Carrera, pero este apoyo no se produjo, por lo que la situación de las fuerzas insurgentes se hizo desesperada. Por ello, en un último intento por salvar a los supervivientes, alrededor de las cuatro de la tarde, O’Higgins y sus soldados se lanzaron a la carga abriéndose paso a través de las líneas enemigas. De los 900 que comenzaron la batalla, solo alrededor de 200, muchos de ellos heridos, incluido O’Higgins, lograron escapar.

Tras la derrota de Rancagua, O’Higgins se trasladó a Mendoza (Argentina), donde se encontraba San Martín, entablándose entre ambos una sincera amistad. Éste, como sabemos, había cambiado la jefatura del Ejército del Norte por el cargo de gobernador de la provincia de Cuyo, menos relevante pero más adecuado para preparar el plan que maduraba desde hacía algún tiempo: apoyar la lucha chilena por la independencia y crear allí una base para atacar el Perú, el último gran reducto de España en Sudamérica.

Durante todo el año 1815 continuó Osorio al mando de Chile, siendo sustituido por el general don Francisco Casimiro Marco del Pont.


[1] Chilenos que habían sido oficiales del ejército español y combatido en la Guerra de la Independencia.

[2] Hijo ilegítimo del que fue Virrey del Perú, don Ambrosio O’Higgins. Considerado el padre de la patria chilena, fue su primer jefe del Estado.


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