Reacción.

La iniciativa de prohibición a las armas de asalto fue aprobada en el Senado con dificultad. La Cámara, de mayoría demócrata, rechazó las propuestas del partido republicano.

Sale adelante la iniciativa tras ser rechazadas varias enmiendas presentadas por los republicanos, quienes buscaban eximir a diversas personas. Algunos de estos colectivos propuestos por los republicanos son, entre otros, habitantes de la frontera suroeste del país y víctimas de agresión sexual. Las propuestas del Partido Republicano también fueron desechadas en una votación que reflejó la misma tendencia apegada a los criterios partidistas.

Esta iniciativa de prohibición de armas de asalto se enmarca dentro de las propuestas de control de armas que presentó Obama en enero. El plan del presidente fue promovido tras la matanza ocurrida el pasado mes de diciembre, cuando un hombre armado con un fusil de asalto entró en una escuela de Newtown, Connecticut, asesinando a 20 menores y 6 profesoras.

Una prohibición a las armas de asalto fue sancionada como ley en 1994, pero el Congreso no la renovó antes de que expirara en el 2004. Justamente por esto, el secretario de prensa de la Casa Blanca Jay Carney, pidió al Congreso que la medida fuera aprobada con rapidez.

Carney también comentó que el presidente reconocía la dificultad con la que serían aprobadas todas las propuestas, si realmente llegaran a salir adelante todas. “Si éste no fuera un tema difícil, la prohibición a las armas de asalto no habría expirado y no habría necesitado renovación”, afirmó Carney.

La demócrata Dianne Feinstein argumentaba a favor de la iniciativa de prohibición que las armas de asalto han sido utilizadas en un número desproporcionado de las matanzas ocurridas y no deberían estar disponibles para los civiles.

La prohibición es una de las más controvertidas. Sus detractores afirman que los «ciudadanos respetuosos de la ley no deben perder su derecho», según reza la Segunda Enmienda, que permite la posesión de armas para la protección personal, cacería y colección.

El debate del jueves incluyó un fuerte choque entre Feinstein, autora de la prohibición, y el senador republicano, Ted Cruz, quien dijo que la iniciativa de ley de Feinstein crearía excepciones a la Segunda Enmienda y preguntó si ella estaría «a favor de exenciones a la libertad de expresión, conforme a la Primera Enmienda, suprimiendo el derecho a poseer ciertos libros». Feinstein respondió agradeciéndole el «sermón».

Diversos republicanos, como el senador John Cornyn, que propuso las enmiendas desechadas, enfocó el debate desde otro punto de vista, argumentando que sería » más efectivo para frenar la violencia derivada de las armas mejorar el envío de los expedientes de salud mental al sistema federal», en el que se verifican los antecedentes de los posibles compradores de armas.