Redacción

El titular del Juzgado Militar Territorial número 23 ha imputado al capitán J.L.C.P., jefe de la Sección de Desactivación de Explosivos (Sedex) por un delito contra la eficacia del servicio.

El titular del Juzgado considera que el capitán puede ser responsable de la explosión que mató a tres artificieros e hirió a otros dos en la base de la Legión en Viator (Almería) el 20 de mayo de 2013. Por ello, le ha imputado un delito contra la eficacia del servicio, penado, en el Código Penal Militar, con hasta dos años de prisión.

La explosión mató a los brigadas Manuel Velasco Román y Antonio Navarro García así como al sargento Francisco Prieto González e hirió al sargento José Francisco de Borja González y a la cabo María Concepción Jiménez Escámez.

El accidente se produjo después de que los artificieros dejasen dos proyectiles, de 105 y 106 milímetros respectivamente, y que les habían sobrado en un ejercicio, en la nave que les servía de taller al no encontrar al responsable del polvorín, que estaba almorzando.

Las acusaciones aseguran que el taller del Sedex carecía de las condiciones de seguridad y que, por tanto, el capitán, entonces teniente, debería haber iniciado los trámites de devolución de manera inmediata en vez de haber dejado a sus subordinados en el taller y haberse ido a almorzar.

No obstante, el abogado defensor, Antonio Suárez-Valdés, señala que el informe pericial confirmó que la explosión del proyectil fue anómala y se produjo por la existencia de oquedades, exudaciones o “pérdida de propiedades del explosivo por antigüedad”. Además, la defensa del capitán recuerda que el proyectil estaba caducado desde diciembre de 2012 y, como tal, catalogado como “inútil 3D”, una calificación que, según el manual técnico MT7-023 del Ejército, incluye a los artefactos que, “por el peligro que entrañan, deben ser eliminados”.

Sin embargo, en el transcurso de la instrucción ha quedado probado que el uso de artefactos explosivos caducados para prácticas de los artificieros es una práctica habitual, especialmente en tiempos de crisis, ya que resulta más barato que contratar a una empresa para que proceda a su desmilitarización.

La explosión
El informe pericial concluyó que la “hipótesis más probable” es que la explosión se produjera cuando el brigada Velasco y el sargento Prieto, ambos con larga experiencia, tratasen de desarmar el proyectil de 105 milímetros como medida de seguridad.

Para llevar a cabo esta tarea, primero retiraron la espoleta, hallada posteriormente en la caja fuerte, y a continuación trataron de retirar el multiplicador. En principio, ésta es una operación sencilla ya que el multiplicador debería salir al tirar de una cinta. No obstante, la cinta se atascó y los artificieros intentaron liberar el multiplicador con el uso de un destornillador y unos alicates. Según el informe pericial, el roce de los metales probablemente causó la chispa mortal.