Óscar Pérez Ventura/ Málaga.
El atentado ocurrido el pasado miércoles en la sede de la Seguridad Nacional en la capital Damasco ha hecho tambalearse el régimen de Bashar Al Assad. En el ataque resultaron muertos el ministro de defensa, Daud Rayiha, su lugarteniente (y cuñado de Al Assad) Assef Shawkat y el asistente de la vicepresidencia, Hassan Turkmani. Todo ocurrió cuando un suicida (presumiblemente un escolta de algunos de ellos) se inmoló durante la celebración de una reunión, según fuentes de la televisión gubernamental. El ministro del interior, Mohammad Ibrahim, resultó gravemente herido junto con un número indeterminado de personas, y cuyo estado de salud se desconoce
La autoría del atentado parece recaer en un grupo rebelde de carácter yihadista que formaría parte del Ejército Libre Sirio (ELS), denominado Liwa al Islam (La Brigada del Islam), hecho que han reivindicado a través de Facebook. “Nos complace informar al pueblo de Siria, y especialmente a los habitantes de la capital, de que la Oficina de Seguridad Nacional, que incluye la denominada célula de gestión de crisis ha sido atacada con un artefacto explosivo por la brigada Sayyid al Shuhada de Liwa al Islam”, dice el comunicado. Un portavoz de Liwa al Islam, Abu Ammar, ha declarado que “Sí, el atentado lo llevamos a cabo nosotros, pero no lo hizo un suicida. Nuestros hombres lograron colocar bombas de fabricación casera en el edificio de cara a la reunión. Hemos estado planeándolo durante un mes”, ha explicado.
Este atentado se enmarcaría dentro de la denominada operación “volcán de Damasco y terremoto de Siria”, una gran ofensiva que pretende acabar con el poder central del gobierno de Al Assad en su capital Damasco. El ministro de información sirio, Umran Al Zuabi, aseguró que “Qatar, Arabia Saudí, Turquía e Israel son las fuerzas que están detrás de este ataque. El atentado no quedará impune; Siria tiene la fortaleza que le dan los cuatro millones de soldados de su ejército”, afirmó.
La ingente cantidad de armamento que está llegando a manos de los rebeldes sirios, pueden hacer pensar que algún país de los nombrados anteriormente pudiera estar detrás de una ayuda “no oficial” a los insurgentes. Declaraciones de uno de los líderes rebeldes, Al Sheik , asegura que adquieren las armas con donativos de “empresarios honorables”. El hecho es que las armas proliferan en gran cantidad en este país, y para enseñar su manejo a los futuros combatientes, han aparecido en Youtube instructores anónimos que han puesto a la disposición de los rebeldes cursos intensivos en árabe donde explican los mecanismos y funcionamiento de armas, tales como fusiles de asalto, subfusiles, lanzagranadas y hasta misiles antitanque. Además detallan los pasos para entrenarse con ellas, aprender a dispararlas y cómo dar en el blanco. Se puede ver uno de estos vídeos en este link: http://www.youtube.com/watch?v=k-a6JDZDLmE&feature=player_embedded
No hay pruebas fehacientes que vinculen a éste, hasta ahora casi desconocido, grupo yihadista con Al Qaeda, ni a nivel central ni con ninguna de sus franquicias regionales. Bien es cierto que de ser verdad el atentado con hombre bomba, esto podría ser una característica de muchos atentados cometidos por grupos vinculados a Al Qaeda, pero reiterando lo anterior, no hay ningún hecho significativo más que los relacione directamente con la red terrorista fundada por Bin Laden.
Este ataque supone una prueba de la debilidad de los centros de poder y podría suponer el principio del fin del régimen de Al Assad. Pero lejos de amilanarse, las fuerzas fieles al régimen dictatorial han llevado a cabo una gran ofensiva que ha incluido helicópteros armados y carros de combate en los barrios de Qabun, Kefar Sousa, y Qaddam de Damasco. En estos ataques, y según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH, una organización con sede en Londres), habrían perecido unas 214 personas.
Mientras tanto la ONU no ha conseguido llegar a un acuerdo acerca del proyecto de resolución contra Siria, ya que las oposiciones de los gobiernos de Rusia y China, anulan este tratado. Tras 15 meses de conflicto en Siria, la ONU calcula que ya hay más de un millón de desplazados en todo el país por la guerra civil. Además, el organismo internacional estima que más de 12.000 personas han perdido la vida en actos de violencia en Siria desde que comenzaron los enfrentamientos entre los rebeldes y las tropas gubernamentales del presidente Bashar Al Assad.
Siria puede acabar convirtiéndose en una nueva Libia, donde grupos de insurgentes armados (muchos de ellos vinculados al yihadismo) se hagan con el control efectivo del poder en algunas regiones del país, y donde las ansias de libertad y democracia de sus ciudadanos se esfumen rápidamente, si se implanta la Sharia o ley islámica como única fuente legislativa.
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