España pisa fuerte en el terreno internacional. El mantenimiento de la seguridad dentro y fuera de las fronteras nacionales así como la lucha contra el terrorismo son, a día de hoy, prioridad en materia de Defensa. Tal es así que actualemente España mantiene desplegados en cuatro continentes a cerca de 2.600 militares y guardia civiles. En total son 15 las misiones internacionales en las que el país participa. Los contingentes más numerosos están en Líbano, con 618 cascos azules, y en Irak, que hasta ahora contaba con 542 efectivos sobre el terreno.

El pasado martes, el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), el general de Ejército Francisco Javier Varela, confirmó que el número final de efectivos españoles en el país asiático aumentará durante el primer semestre del año: en total, hasta 60 nuevos militares formarán parte de un contingente de las de las FAMET -Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra- que desplegará en Irak. Se trata de diez tripulaciones que servirán de apoyo para el desembarco de cinco  helicópteros de transporte: tres CH-47 Chinook y dos AS 532 Cougar en el aeropuerto de Bagdad, concretamente en la parte que es empleada por la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, como base aérea.

De esta forma, España responde a la petición del país norteamericano de contar con más helicópteros de transporte en la zona, que hasta ahora y debido a la convulsa situación que ha atravesado el país no estaban operativos. El transporte aéreo no estaba permitido debido al elevado riesgo que suponía su despliegue.

No obstante, tras la derrota militar del autodenominado Estado Islámico, (Daesh, por sus siglas en árabe) primero en Mosul y posteriormente en Raqqa, Siria, la situación ha cambiado. A partir de ahora, tanto los Chinook como los Cougar españoles -que también fueron empleados durante el despliegue de las tropas españolas en Afganistán- servirán para desplazar tropas y material, especialmente el primero.

Los más de 500 militares y guardias civiles desplegados en las bases de Bagdad, Besmayah y Taji están encargados de las tareas de adiestramiento de las fuerzas locales que, tras vencer al Daesh tienen como objetivo la difícil misión de recuperar la estabilidad del país.