Rocío Miguel Jiménez.
Hace 80 años que viene celebrándose el día ocho de marzo como Día Internacional de la Mujer. Y, desde 1975, la ONU comenzó a celebrar este día como tal.
Esta efeméride se celebra con motivo del esfuerzo de la mujer para conseguir la igualdad con el hombre en la sociedad. Esa sociedad que a veces nos perjudica más que la inferioridad frente al hombre. De ahí que aún quede mucho por recorrer.
Días atrás, concretamente el 24 de febrero, se cumplieron veintiocho años de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas. Una de las batallas ganadas.
Es muy común hablar de la desigualdades que tenemos las mujeres frente a los hombres con respecto al salario, a la labores de la casa, al cuidado de los niños, al desempeñar una profesión u otra, incluso en cómo se utiliza la imagen de la mujer como símbolo de deseo en la publicidad. Pero, gracias a las redes sociales que se hacen eco de todo, también lo hacen cuando se provoca una situación de machismo, como ocurre en programas recientemente estrenados cuando se utiliza a la mujer como aquella que entiende de las labores culinarias por ser mujer. Sí, machismo, esa actitud de superioridad que se utiliza contra la mujer.
Pero no todo pueden ser críticas en este Día Internacional de la Mujer, porque si algo hemos logrado son muchas cosas, y buenas. Qué mejor, entonces, que hablar de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas.
En la Ley Orgánica 6/1980, de 1 de julio, reformada por la Ley Orgánica 1/1984, de 5 de enero, por la que se regulan los criterios básicos de la Defensa Nacional y la Organización Militar, se determina que la participación de la mujer en la Defensa Nacional se establecerá por Ley. Por su parte, el «Plan para la igualdad de oportunidades de las mujeres», aprobado por Acuerdo del Consejo de Ministros, de 25 de septiembre de 1987, contiene una serie de medidas orientadas a eliminar los obstáculos que se oponen a la plena efectividad del principio constitucional de igualdad (…)
Es así como comienza ese Real Decreto-ley 1/1988 del 22 de febrero, publicado en el BOE el día 23 de ese mismo mes, por el que se regula la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas. Un impedimento menos en el camino de la mujer, en este caso en el mundo profesional. Un mundo al que acceden en igualdad de condiciones que el hombre, como también la posibilidad de acceder a todos los destinos de su empleo militar y alcanzar todos los empleos militares.
En cuanto a la conciliación familiar con la profesión militar, se han adoptado diversas medidas de protección de la maternidad en el ámbito de la enseñanza militar de formación, durante el proceso de selección y la enseñanza de formación, ya sea por embarazo, parto o posparto y si no puedes realizar las pruebas de selección previas, o te es imposible asistir al curso tras ser designada alumna. Esto viene recogido en Real Decreto 293/2009, de 6 de marzo, por el que se aprueban las medidas de protección de la maternidad en el ámbito de la enseñanza en las Fuerzas Armadas.
No podemos olvidarnos de la Orden DEF 524/2005, por la que se dispone la publicación del Acuerdo del Consejo de Ministros de 4 de marzo de 2005, por el que se aprueban medidas para favorecer la incorporación y la integración de la mujer en las Fuerzas Armadas. Con el propósito de favorecer y potenciar la igualdad de género en su seno, y resumidamente, se abordan una serie de actuaciones en este acuerdo:
En primer lugar, aquellas actuaciones enfocadas a la promoción y seguimiento del acceso, integración y permanencia de las mujeres en las Fuerzas Armadas, con la creación de un Observatorio de la Mujer y de un Comité que coordine las medidas de puesta en práctica que favorezcan estos fines; en segundo lugar, actuaciones orientadas al incremento de la calidad de vida de la mujer, a través de la necesaria adecuación de las instalaciones; además, se adoptan medidas de carácter conciliador de la vida familiar y profesional de los miembros de las Fuerzas Armadas, a través del establecimiento de un programa de creación de centros infantiles en establecimientos militares; se garantiza la presencia de la mujer en los órganos de evaluación para el ascenso; y por último, se promueve una adecuación del régimen disciplinario a la delimitación conceptual del acoso sexual que se está llevando a cabo en las decisiones comunitarias. En su virtud, a propuesta del Ministro de Defensa, el Consejo de Ministros, en su reunión del día 4 de marzo de 2005 aprueba el siguiente Acuerdo:
- Se crea el Centro de estudio sobre la situación de la mujer en las Fuerzas Armadas (Observatorio de la Mujer en las FAS).
- Creación de centros infantiles en establecimientos militares.
- Medidas para la adecuación de los alojamientos a las condiciones de vida de la mujer en las Fuerzas Armadas.
- Se garantizará la presencia de la mujer en los órganos de evaluación para el ascenso, selección de concurrentes a cursos de capacitación y asignación de destinos de especial responsabilidad o cualificación, siempre que existan mujeres con el empleo requerido para formar parte de los citados órganos.
- Adecuación del régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas en relación con el acoso sexual.
El observatorio militar para la igualdad lanzó el pasado 4 de enero de 2016 un informe anual y mensual (diciembre de 2015) con datos estadísticos sobre el personal en el Ministerio de Defensa. Dichos datos revelan que el porcentaje efectivo en las FAS por sexo es de un 12,4% de mujeres, y un 87,6% de hombres. Y que el total de efectivos de mujeres y hombres en los ejércitos y cuerpos comunes son:
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En cuanto al máximo empleo alcanzado por mujeres, en este mismo ámbito, según el estudio del observatorio militar para la igualdad de la Secretaría Permanente de Igualdad es:
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Y por último, los porcentajes publicados con respecto al número de mujeres y hombres que hay en el personal militar y civil son:
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Pero, aparcando este gran avance para las féminas en la sociedad y en mundo laboral, me disgusta ver aún noticias como la que publica la ONU: La brecha salarial de las mujeres podría prolongarse otros 70 años, advierte la OIT.
Una noticia que afirma que las mujeres no tenemos la partida ganada en el terreno laboral. Según confirma un estudio de la OIT, nos llevaría 70 años alcanzar la igualdad salarial respecto a los hombres. Y que confirma que las mujeres siguen trabajando más horas en los sectores peor remunerados.
No perdamos la esperanza, sigamos buscando la igualdad de derechos, y mientras, vayamos recorriendo ese largo camino que nos ha tocado vivir a las mujeres. Y, principalmente, celebrando con orgullo y coraje nuestro día 8 de marzo.
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