Verónica Sánchez Moreno
Hace treinta y tres años se crearon los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil. Desde entonces, este servicio se ha ido adaptando a las necesidades de los nuevos tiempos y, en la actualidad, su misión es ejercer las funciones de rescate de personas, investigación de accidentes, conservación de la Naturaleza, seguridad ciudadana y colaboración en la prevención de accidentes.
Ahora que llega el buen tiempo y, con él, las excursiones a la montaña, hemos hablado con el teniente Antonio Usieto, Jefe de los Grupos de Rescate en Montaña de Huesca, que nos ha explicado cómo se organizan y coordinan, de qué forma realizan un rescate y cómo son estos guardias civiles que velan para que un día de ocio al aire libre no se convierta en una pesadilla.
Hace unos días rescataron a dos escaladores accidentados en una pared vertical del Pirineo de Huesca, ¿cómo se realizó este rescate?
El accidente se produjo en una de las paredes verticales de Mont-rebei, una zona de escalada en el límite con Lérida, con unas paredes muy verticales y de considerable altura. La persona que había sufrido el accidente se encontraba aproximadamente en el octavo largo de la pared, a 200 metros del suelo y bajo una zona de desplome. Sufrió un accidente y llamaron solicitando los medios de socorro. Acudió el helicóptero de la unidad aérea de la Guardia Civil de Huesca, con un médico del 061 de Aragón (que son los que trabajan con nosotros en los rescates) y dos componentes de nuestras Unidades de Rescate en Montaña.
Cuando llegamos al lugar del accidente y viendo que la persona accidentada se encontraba en una pared vertical con “escalón”, dónde no podía llegar el helicóptero, los miembros del equipo de rescate optaron por acceder por la parte superior de donde estaban los accidentados. Para llegar hasta ellos, se tuvieron que instalar cuerdas fijas y sistemas fijos y móviles de anclaje. Tras varias horas de trabajo, y una vez con los accidentados, se les practicaron los primeros auxilios para después descenderles hasta la base de la pared. Una vez llegaron al suelo, el médico del 061, que no había accedido a la pared para no demorar las labores de rescate, les atendió, inmovilizó las lesiones del escalador que había sufrido el accidente y finalmente se les evacuó en helicóptero hasta el hospital de Barbastro.
Al finalizar el rescate, uno de los agentes de la Guardia Civil que había participado en la operación se desmayó, ¿qué le sucedió?
Sufrió un pequeño cuadro de deshidratación. El rescate duró unas ocho horas, que no son muchas para nosotros, ya que es un medio que dominamos y estar tanto tiempo de trabajo no supone ningún inconveniente, en ocasiones se puede llegar a estar de rescate varios días. Pero al parecer el calor de la zona, más todo el material que portaban, ocasionaron que el agotamiento y la deshidratación le hicieran caer desmayado. El compañero aguantó bien todo el rescate y la evacuación posterior, pero cuando la adrenalina dejó de hacer su efecto, fue cuando se desvaneció.
Respecto a su labor en general, ¿cuántos miembros componen los Grupos de Rescate en Montaña de Huesca y cómo se distribuyen?
En Huesca tenemos cinco grupos de rescate repartidos estratégicamente por toda la provincia: Jaca, Panticosa, Benasque, Huesca y Boltaña. Cada uno de ellos lleva a cabo los rescates y se hace cargo de su zona de influencia. Por ejemplo, al grupo de Benasque le corresponden zonas como las Maladetas y el Aneto entre otras; Huesca tiene la sierra de Guara y, por lo tanto lleva los numerosos barrancos que existen en toda esa zona; en Boltaña tenemos como área más característica el parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido; por último, a Panticosa y Jaca les corresponde la parte occidental del Pirineo. A ello hay que añadir las cinco estaciones de esquí que existen en la provincia y en las que las Unidades de Montaña prestan servicios de Orden Público.
Cada grupo tiene sus características y su entidad varía. En Huesca y Panticosa los grupos se componen de 6-8 personas y en los demás hay unas 10-12 personas.
Al año, ¿cuántos rescates pueden llevar a cabo y cuál es la época en la que más se producen?
En la provincia de Huesca el año pasado realizamos 325 rescates, el mayor número de ellos en los meses de verano, 58 en julio y 91 en agosto. El total de personas rescatadas en 2013 fue de 2.281. No obstante hay que tener en cuenta que 1.500 personas se corresponden a dos rescates, uno lo llevamos a cabo en la estación de Panticosa, donde hubo una avería en el telesilla y tuvimos que evacuar a la gente que quedó arriba y, el segundo, en el balneario del mismo lugar, ya que se produjeron aludes y quedaron personas incomunicadas.
El año anterior, en 2012, se produjeron 314 rescates, 73 en julio y 71 en agosto. El número de rescates en los distintos años suele ser muy parecido.
¿Es la imprudencia la causa de la mayoría de los accidentes de escaladores, excursionistas, montañeros…?
Tenemos de todo. Diferenciar entre una imprudencia manifiesta y no es complicado y decir que la gente es imprudente no sería real. Porque el montañero más experimentado puede tener un accidente por cualquier causa, el desprendimiento de una piedra o una torcedura, por ejemplo. Pero es cierto que, aunque son los menos, también nos encontramos con imprudentes, que vienen a pasar el fin de semana a la montaña con unas zapatillas y una bolsa de supermercado.
Lo evidente es la periodicidad de los accidentes. Mientras que en invierno la mayoría son derivados de la práctica del esquí de montaña, en verano sube el número de rescates en barrancos. Gente que sale a hacer senderismo o escaladores que aprovechan el buen tiempo para salir a hacer actividades en la montaña y tienen un accidente. Conforme va pasando el año cambia la tipología de rescates y nos vamos adaptando. En invierno tenemos avalanchas y en verano tenemos barrancos, senderismo, escaladores… otra tipología.
Pongamos el caso de que reciben el aviso de un accidente, ¿cuál es el protocolo de actuación?
Recibimos el aviso mediante la central Operativa de Guardia Civil, normalmente a ellos llega a través del montañero que les llama directamente o que se pone en contacto con el 112 y desde este servicio derivan la llamada. El centro coordinador de la Guardia Civil ve donde se ha producido el accidente y avisa al grupo que por demarcación le corresponde. Así, se pone en contacto al montañero con el personal de guardia de dicho grupo, el cual recaba datos sobre qué tipo de accidente ha sufrido, cómo se encuentra la persona que ha tenido el accidente, cuántas víctimas son, qué actividad estaban haciendo y cómo es la meteorología en la zona, para decidir si se hace uso o no del helicóptero.
Es muy importante saber el punto en el que están las personas, si están bien ubicadas o no. A veces la gente cree que está bien ubicada y luego cuando compruebas lo que te están diciendo, no coincide. Por lo tanto, se trata de comprobar bien su ubicación previamente y, tras ello, se avisa al helicóptero de rescate y al médico del 061 Aragón. Mientras, el equipo de la Guardia Civil recopila el material necesario para el rescate. Y, una vez que el helicóptero de rescate les recoge, se dirige a la zona del rescate para llevarlo a cabo.
Helicóptero y equipos de rescate son complementarios. La tripulación normal para hacer un rescate son los pilotos del helicóptero, de la Unidad Aérea de Huesca, el médico del 061 de Aragón que trabaja con nosotros y tiene una titulación en montaña para el trabajo integrado con nosotros; y los especialistas de montaña de la unidad de la Guardia Civil que por demarcación corresponda. El helicóptero, en ocasiones gracias a la gran pericia de sus pilotos, muy acostumbrados a este tipo de maniobras, nos lleva hasta el lugar del rescate. Siempre que es viable vamos a realizar el rescate con helicóptero, ya que este medio proporciona una ventaja significativa: velocidad tanto en llegar hasta donde se encuentra la persona accidentada, como en trasladarla al hospital correspondiente. Cuanto antes reciba asistencia médica el accidentado, mejor será para su recuperación.
¿De qué forma se coordinan?
De forma general, recibo los avisos desde la central de la Guardia Civil y del 112. De esta forma, siempre trato de tener a tiempo real una visión de los rescates que se están produciendo. Sé dónde está el helicóptero y la complejidad estimada de los rescates. Y si vemos que un rescate va a ser más complicado o va a necesitar apoyo, activamos más personal y medios para que vayan.
En los últimos tiempos las tecnologías han permitido el rescate de algunas personas que se han perdido en la montaña a través del uso del Whatsapp de su teléfono móvil, por ejemplo. ¿Cómo es posible encontrar a alguien de esta forma?
Hay gente que cuando se pierde no tiene ninguna referencia, no sabe dónde está, así que cualquier pista es buena para su localización. Por lo tanto, aunque no sea un punto exacto, si podemos situarle en un radio de unos 250 metros, para nosotros es una gran ayuda. Para ello, en alguna ocasión hemos utilizado la aplicación Whatsapp de las personas para localizarlos. El proceso es el siguiente, se le pide el número de teléfono al accidentado, después, a través de un teléfono nuestro, se le manda un mensaje a esta aplicación y ellos nos contestan mandando su ubicación utilizando la opción que da Whatsapp para hacerlo. Pero a veces este método no es viable, porque si el accidentado dispone de mala cobertura, como sucede en la zona del Pirineo, no se puede realizar este proceso.
En rescates e intervención en montaña, ¿alguna vez han trabajado de forma conjunta con las Fuerzas Armadas?
Hemos trabajado con la Unidad Militar de Emergencias (UME) en dos casos importantes. Uno de ellos, la búsqueda de una persona que se había perdido en la bajada de Peña Montañesa, cerca de Aínsa, a la que se estuvo buscando durante 52 días y no se pudo localizar. En esta búsqueda se trabajó de forma conjunta con la UME, que aportó medios y formó parte de la misma. Y, anteriormente, se había trabajado conjuntamente en un alud de grandes dimensiones en la zona de Benasque, en el pico Salvaguardia. En esa ocasión, personal con formación en montaña de la UME acudió a colaborar en las labores de búsqueda y sondeo de una víctima.
¿Hay que estar hecho de una madera especial para formar parte del Equipo de Rescate en Montaña de la Guardia Civil?
Este es un destino puramente vocacional. Desde el momento en el que entras al curso de montaña las exigencias, tanto físicas como técnicas, para pasar las pruebas son grandes y evidentemente debes tener una fuerte motivación. Aquí puedes encontrarte tranquilamente en casa y por la noche verte en un rescate de varias horas. Así que tienes que estar hecho de una pasta especial y, por supuesto, que te guste lo que haces. Si no tienes vocación es complicado. Nuestra satisfacción es el trabajo bien hecho, saber que has salvado más de una vida. No hay mayor recompensa que esa.
¿Cuál es la situación más difícil a la que se han enfrentado?
El último día de marzo tuvimos un rescate en Peña Telera (un área de escalada muy famosa en la zona). Comenzamos a las 12:30h de la mañana de un día y terminamos a las 9:30h del día siguiente. Durante este tiempo nos encontramos con situaciones muy complicadas porque se produjo una fuerte ventisca, llovía, nevaba, había gran riesgo de aludes. Teníamos que mover una camilla con una persona accidentada a 2.500 metros y con unas condiciones muy difíciles. Necesitamos que viniese gente a apoyarnos. El helicóptero no podía volar, se nos hizo de noche, llegamos a estar a 20 grados bajo cero… Son situaciones difíciles, pero que a la vez refuerzan tanto al grupo como de forma individual. Los compañeros que estaban libres vinieron a apoyarnos y acabamos el rescate 17 especialistas en montaña más un médico. Al final, cuando termina el rescate y ves que ha salido bien, pese a las dificultades y el riesgo, es muy gratificante. Te das cuenta de que todo el mundo ha hecho equipo, ha realizado el trabajo junto, y es lo que más recompensa.
¿Qué destacaría de los Grupos de Montaña de la Guardia Civil de Huesca?
Lo que más destacaría es la calidad humana que tiene el personal de estas unidades. Tienen claro que ayudar a la persona accidentada es lo más importante y muchas veces lo anteponen a su seguridad. Ese carácter, ese buen hacer, es lo que más destacaría de los miembros de los Grupos de Montaña de Huesca.
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