Francisco Bolumar Montero
Los independentistas catalanes cumplieron ayer su objetivo de lograr la mayoría absoluta de escaños mediante la suma de diputados de Junts Pel Sí y de la CUP pero no lograron superar el 50% de los votos. Ciudadanos se impuso como la segunda fuerza más votada en Cataluña, desplazando a PSC y PP.
La victoria de las opciones independentistas catalanas fue nítida pues lograron 72 diputados, superando así la barrera de la mayoría absoluta (68 diputados). Sin embargo, con 1,8 millones de votos, la suma de Junts Pel Sí y de la CUP fracasó en su intención plebiscitaria ya que el apoyo recibido se quedó en poco más del 47% de los votos, considerablemente inferior al obtenido por los partidos no independentistas.
De entre los partidos constitucionalistas, Ciudadanos logró posicionarse como la segunda fuerza más votada en Cataluña, recibiendo casi un 18% de los votos y 25 diputados, superando al PSC (12,72% de los votos y 16 diputados) y al PP (8,5% de votos y 11 diputados). El partido patrocinado por Podemos, Catalunya Sí que es Pot, empató en número de escaños con el Partido Popular, obteniendo un 8,92% de los votos. Unión Democrática de Cataluña, antiguo socio del partido de Mas, no logró representación parlamentaria y su jefe, Josep Antoni Duran i Lleida puso su cargo a disposición del partido.
Sin embargo, la victoria de la coalición impulsada por Artur Mas y Oriol Junqueras se puede traducir como un claro fracaso de su objetivo principal: lograr una mayoría absoluta en votos y en escaños que les diera la suficiente legitimidad como para iniciar el proceso secesionista.
“Mas no es imprescindible”
A pesar de no haber alcanzado la mayoría de votos, el actual President afirmó que “hemos ganado con todo en contra, y esto nos da una enorme fuerza y una gran legitimidad para tirar adelante este proyecto”. No obstante, no está claro que vaya a ser él quien lidere el proceso soberanista puesto que la ausencia de una mayoría absoluta, obligará a Junts Pel Sí a pactar con la CUP.
Esta formación, con 10 diputados, se convirtió ayer en la llave del próximo gobierno y en una posible cerradura para Artur Mas. Durante la campaña, la formación anticapitalista aseguró en numerosas ocasiones que no aceptaría la investidura de Mas, y ayer, su líder, Antonio Baños confirmó esta postura al anunciar que “Mas no es imprescindible”. Por tanto, es posible que Junts Pel Sí acabe proponiendo a otro candidato como Oriol Junqueras, líder de ERC, o Raül Romeva, número uno de la lista de Junts Pel Sí.
Por su parte, Oriol Junqueras afirmó que, dada la indefinición y ambigüedad de Catalunya Sí que es Pot sobre la cuestión territorial, el independentismo había “ganado en votos y escaños”, otorgando a los independentistas “una mayoría más que suficiente para tirar adelante la independencia de Cataluña”.
Euforia Ciudadana
Mientras que los líderes de Junts Pel Sí miraban atentos las pantallas y calculaban la posibilidad de alcanzar la mayoría absoluta, la euforia se desataba en la sede de Ciudadanos. La formación de Albert Rivera, con 25 diputados, logró superar todas las expectativas: triplicó sus representantes respecto de las elecciones de 2012, obtuvo representación en todas las provincias y se convirtió en la segunda fuerza más votada en Cataluña.
Su candidata, Inés Arrimadas, recordó ayer que “Artur Mas convocó estas elecciones porque decía que la mayoría de los catalanes estaban con él” pero “hoy se ha demostrado que la mayoría de los catalanes le hemos dado la espalda”. Por ello, la nueva jefa de la oposición concluyó que “lo único que puede hacer Mas es dimitir” y convocar nuevas elecciones.
El PSOE reafirma su apuesta por la reforma constitucional
Miquel Iceta, líder del PSC, consiguió asegurar su liderazgo del partido de los socialistas catalanes al conseguir un resultado (16 diputados) mejor al que le auguraban las encuestas y perdiendo únicamente cuatro escaños respecto de las elecciones de 2012.
“Que sean conscientes los que planteaban las elecciones como un plebiscito que no han llegado al 50%” dijo Iceta, quien pidió a Artur Mas que gobierne “con respeto a la ley y a otras opciones parlamentarias”.
También se pronunció el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien afirmó que “hay que empezar a tender puentes”, siempre y cuando se respeten dos premisas: la indivisibilidad de la nación española y el inquebrantable respeto a la ley. “Dentro de la Unidad de España y de la Constitución podemos hablar de todo, incluso de su reforma, pero fuera de la Constitución no hablaremos de nada, cuando digo de nada es de nada” declaró Sánchez.
Del triunfo al fracaso
Tras haber logrado una clara victoria en las elecciones municipales y haber colocado a su candidata, Ada Colau, en la alcaldía de Barcelona, Catalunya Sí que es Pot partía de una posición muy fuerte en estas elecciones. Sin embargo, el desconocimiento generalizado respecto de su candidato, Lluís Rabell, y, especialmente, de su ambigüedad respecto de la cuestión territorial, tema central de la campaña, le han pasado factura a la formación vinculada a Podemos.
La coalición formada por Podemos, ICV, Esquerra Unida y Equo, logró once escaños, los mismos que el Partido Popular, y tres menos que los logrados por ICV en solitario en 2012, un resultado muy inferior a las expectativas. Su canditado, Lluís Rabell, afirmó que “desde luego no valoramos [los resultados] como un éxito, evidentemente, hemos obtenido un resultado inferior a nuestros objetivos y nuestras expectativas”.
Tanto los líderes de la coalición como los de Podemos han considerado que sus malos resultados se han debido a la polarización producida por la cuestión territorial a la que ellos no han querido entrar. Así, Rabell afirmó que “no hemos conseguido darle la vuelta a la polarización que ha dominado esta campaña”.
Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, recalcó que los resultados fueron “altamente decepcionantes” en un discurso en el que puso la mira en las elecciones generales afirmando que “España no necesita un Presidente del Gobierno que amenace a los catalanes con enviar al ejército. Necesita un presidente con voluntad de escuchar y yo quiero ser ese presidente”.
Podemos apostó durante la campaña por la indefinición sobre la independencia al apoyar la celebración de un referéndum vinculante pero afirmando que la solución a los problemas de Cataluña y de España no pasaba por la independencia sino por “echar a Rajoy”. Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, esta apuesta no ha logrado el apoyo que esperaban entre la sociedad catalana, más proclive a tomar posición por la independencia o por los partidos claramente constitucionalistas.
Albiol no logra frenar la sangría
El Partido Popular, con 11 escaños, obtuvo los peores resultados en unas elecciones autonómicas desde 1992, perdiendo ocho escaños respecto de 2012, y con una sangría de votos hacia Ciudadanos.
No obstante, la sustitución de Alicia Sánchez- Camacho por Xavier García Albiol parece haber logrado que el PP haya sufrido un descalabro menor que el que le auguraban las encuestas. En todo caso, los resultados no son los “que esperábamos ni los que deseábamos” según Albiol, especialmente si se tiene en cuenta que la formación popular se presentó durante la campaña como la mejor apuesta para frenar el secesionismo.
Desde la sede central del partido, en la Calle Génova de Madrid, la plana mayor de los populares siguió atentamente el escrutinio pero ni el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ni la Vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, hicieron ninguna valoración.
Pablo Casado, portavoz del Partido Popular, consideró que “la mayoría de los catalanes han rechazado la independencia” y afirmó que “el secesionismo no ha conseguido partir España pero ha conseguido dividir a la sociedad catalana” por lo que ha llegado “la hora de empezar a restañar las heridas y demostrar que en escaños y en votos la alternativa independentista ha fracasado”.
Además, Casado aseguró que “el Gobierno va a seguir garantizando la legalidad y la unidad de España” y rechazó cualquier reforma constitucional.
Participación histórica
La participación en estos comicios (77,44%) ha superado en diez puntos el récord establecido en las elecciones autonómicas del 2012. En general, la media de participación en las cinco últimas elecciones generales en Cataluña era del 70.7%, bajando a 60,8% en las elecciones autonómicas celebradas en Cataluña durante el mismo período.
La dimensión histórica de estos datos puede apreciarse aún más si se tiene en cuenta que la participación en estos comicios ha superado, incluso, a la lograda en determinadas convocatorias electorales emblemáticas como la que aupó a José María Aznar a la Presidencia del Gobierno de España en 1996 (77,3%), a las últimas elecciones de Felipe González (76,44%), o a la primera victoria de José Luis Rodríguez Zapatero, tres días después de los atentados del 11-M en Madrid en el año 2004 (75,6%).
Y ¿ahora qué?
A pesar de la victoria de las formaciones favorables a la independencia, Junts Pel Sí tendrá que formar gobierno y, para ello, deberá lograr el apoyo de la CUP, por lo que el futuro político de Artur Mas está en juego.
Existen, además, otras diferencias entre ambas formaciones ya que la CUP desea la independencia inmediata, hasta el punto de afirmar que “la soberanía catalana puede desobedecer todas las leyes españolas” a partir de hoy. Mientras, Mas y Junqueras apuestan por una transición pactada con el Estado español y que debería concluir con la formación de un Estado propio en dieciocho meses.
Por su parte, el Gobierno central apuesta por no hacer absolutamente nada hasta después de la celebración de las elecciones generales en diciembre y, sólo una vez se conozca la nueva composición parlamentaria y quién será el próximo Presidente del Gobierno, lidiar con la situación en Cataluña.
Por tanto, según los analistas, puede esperarse que el nuevo Gobierno catalán lleve a cabo determinados gestos en el Parlamento de Cataluña en pro de la independencia pero no se llegará a ningún sitio hasta que el nuevo Gobierno de España haya tomado posesión.
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