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Recurso al empleo de agentes bioquímicos por parte de organizaciones terroristas de inspiración yihadista

Dos personas con trajes aislantes ante el Capitolio de EEUU

Luis Antonio González Francisco

“Es necesario aumentar los esfuerzos ante la amenaza bioterrorista porque no sólo
se cierne sobre nuestras sociedades con riesgos particularmente odiosos, sino
también porque podría constituir la próxima etapa de la evolución del terrorismo”.

Dominique de Villepin, ministro francés de interior, cumbre de INTERPOL Francia 1 de marzo de 2005.

El CDC (Centers for Disease Control and Prevention) del Gobierno de los Estados Unidos define el bioterrorismo como “La liberación intencional de virus, bacterias u otros gérmenes (agentes) con el fin de causar enfermedad o muerte en personas, animales o plantas. Estos agentes se encuentran generalmente en la naturaleza, pero es posible que puedan ser modificados para aumentar su habilidad de causar enfermedades, hacerlos resistentes a las medicinas actuales o aumentar su capacidad de propagarse en el medio ambiente” (1).

En el ámbito de nuestro país, en un documento fechado en el año 1995 titulado “Campo de Batalla Futuro” se afirmaba lo siguiente: “Un riesgo grave que se puede plantear en el futuro no es el de enfrentarse a una fuerza nuclear devastadora, sino a la posibilidad de que Estados o incluso grupos criminales, que posean armas químicas, biológicas o nucleares puedan amenazar con su utilización o incluso las empleen” (2).

Por ello, los agentes bioquímicos se hallan encuadrados entre las armas de destrucción masiva. Cualquier organización terrorista, por razones operativas obvias, siempre habrá tenido entre sus prioridades, en mayor o menor medida, la obtención de este tipo de armamento. En el caso de Al Qaeda, se puede afirmar que ha sido una constante desde sus inicios. El ciudadano sirio que residió en España Mustafá Setmarián alias Abu Musab Al Suri, uno importante en el cuadro de Al Qaeda, afirmaba en un documento que data de 2004: “…el haber introducido armas de destrucción masiva era, y todavía es, algo difícil y complicado, pero es una posibilidad que podrá realizarse, si Allah nos lo permite. Más importante aún, se está convirtiendo en una necesidad”. Cuatro años después, según el informe de Ali Husain Shaabaan, preso en Guantánamo, se supo que en el campo de entrenamiento yihadista ubicado en Afganistán denominado Al Ghuraba, que era dirigido por el propio Setmarian, éste habría estado trabajando, entre diciembre de 2001 y octubre de 2005, “en el diseño estratégico y militar de la futura yihad” lo que englobaría a todo tipo de armas de destrucción masiva entre las que se incluirían armamento nuclear, químico y bacteriológico además de la “bomba sucia” (3) .

Desde finales de 2006 ha circulado por foros yihadistas, como al-Farouq, el manual ‘Al-Mubtakkar al-Farid: Li Irsaal al-Safa al-Athiri Ila al -Kafir al-`Anid’ cuya traducción aproximada podría ser: ‘La invención única: para entregar el asesino gaseoso al obstinado Infiel’. En su interior contenía instrucciones para la producción y dispersión de cianuro de hidrógeno mediante la combinación de determinadas cantidades de ácido clorhídrico y cianuro de potasio. En el libro de Ron Suskind “La doctrina del uno por ciento” se publica que Al-Mubtakkar era el nombre de un dispositivo químico que iba a ser empleado en un ataque contra el sistema de metro de la ciudad de Nueva York en el año 2003 (4).

A principios de 2009, los diarios The Washington Times (Estados Unidos) y Echorouk (Argelia) se hicieron eco de la noticia del repentino desalojo de un campamento de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) ubicado en las proximidades de Tizi Ouzou (Argelia). El motivo: las 40 bajas provocadas por un error en la implementación de un arma de tipo bacteriológico que incluiría, entre sus principales componentes, el virus de la peste (5).

Ali Muhammad, un yihadista cercano al ahora número uno de Al Qaeda, el doctor Ayman Al Zawahiri, se dedicó a la traducción, en campos de entrenamiento ubicados en lugares como Georgia o Afganistán, de diversos manuales que contenían, entre otras cosas, instrucciones para la fabricación de armas químicas. Esta documentación era obtenida en su mayoría de documentos militares norteamericanos.

En el año 2012 se difundió la noticia de la aparición en varios foros yihadistas de un documento en cuyo tercer volumen, compuesto de 140 páginas, se daban instrucciones para elaborar una toxina denominada ricina. El manual iba acompañado de un vídeo explicativo que contenía instrucciones sobre cómo obtener la citada toxina.

Afortunadamente, la información contenida no debía de ser de gran calidad ya que el proceso descrito es bastante rudimentario y contiene varias informaciones confusas, por lo que se podría inferir que sería relativamente difícil llevar a buen puerto esta empresa. Otro dato que trasciende del documento es que no facilita instrucciones para la obtención de algún tipo de dispositivo que permitiese su propagación de forma masiva por lo que se podría afirmar que las posibilidades totales de éxito, obtención y difusión masiva son más bien escasas (6). Si bien este dato es moderadamente positivo, no hay que olvidar que tiene un trasfondo verdaderamente inquietante que no es otro que la voluntad de una organización yihadista trasnacional de obtener y usar dispositivos susceptibles de contener y diseminar agentes bioquímicos.

Daesh se ha convertido en los últimos tiempos en la enésima “nueva” amenaza yihadista y, al igual que la matriz de la proviene, Al Qaeda, no parece desdeñar la adquisición de equipamiento bioquímico. El rotativo estadounidense The Wall Street Journal, citando fuentes anónimas del Departamento de Estado y del Gobierno de EE.UU, difundió, el mes de junio del pasado año, la noticia de que militantes de Daesh se habían hecho con el control de la instalación de armas químicas Al Mutana situada al norte de Bagdad (Irak). Afortunadamente, pareció tratarse de material obsoleto y poco susceptible de ser utilizado (7). Apenas unos días después, el embajador iraquí ante las Naciones Unidas, Mohamed Ali Alhakim, a través de una carta remitida al Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confirmó el asalto a la antigua fábrica de armas químicas de Sadam Husein y que éste tuvo lugar, concretamente, el 11 de junio (8).

Otra carta emitida pocos días después, con el mismo remitente y el mismo destinatario, confirmaba que, en esta ocasión, Daesh se había apoderado de material nuclear. En concreto, de unos 40 kilogramos de compuestos de uranio que fueron sustraídos de la Universidad de Mosul en donde eran usados para investigaciones científicas. Mohamed Ali Alhakim afirmó que, pese a lo limitado de la cantidad, ésta podría ser susceptible de ser usada por separado o en combinación de otros materiales en actividades terroristas, si bien es necesario disponer de una serie de conocimientos técnicos (9). El pequeño volumen del material sustraído hace que una eventual “exportación” fuera del territorio controlado por Daesh entrañe relativamente pocas dificultades.

Peter Walsh, biólogo y antropólogo de la Universidad de Cambridge, concedió una entrevista que fue reproducida en agosto del pasado año por el portal International Business Times. En la misma, el doctor Walsh afirmaba que existía el riesgo de que organizaciones terroristas usasen el virus del ébola como arma biológica, para ello podrían tratar de obtenerlo, no el laboratorios, sino en las regiones de África occidental en las que el virus se propaga solo (10).

Poco tiempo después, comenzaron a circular a través de distintos foros y redes sociales de internet rumores de que Daesh había planteado la posibilidad de emplear el virus del ébola para atacar los Estados Unidos. Para ello utilizarían lo que denominan “Mártires del Ébola” cuyas filas estarían engrosadas por unos 3.000 individuos. Paralelamente, corrió una noticia similar en la que, en este caso, Boko Haram, el grupo yihadista cuyo líder, el delirante Abu Bakar Shekau, ha pronunciado recientemente el Bayat (juramento de lealtad) al autodenominado Califa Abu Bakr Al Baghdadi, siendo aceptado por éste pasando a denominarse Wilayat Al Sudan al Gharbi (Provincia del África Occidental). Según esas informaciones, el grupo estaría detrás de la expansión descontrolada del virus en el continente africano tras contaminar agua y otras bebidas con sangre infectada adquirida previamente o que habría sido extraída de los propios “voluntarios” infectados. Ambas organizaciones tratarían de infiltrar a estos individuos infectados a través d las rutas del narcotráfico y habrían causado al menos 10 muertos en Venezuela (11).

Muhammed S. es el nombre de uno de los cientos de ciudadanos de nacionalidad tunecina que engrosan las filas de Daesh. Hasta aquí no parece una información excesivamente relevante. Esta viene dada cuando más tarde se supo que había cursado estudios de física y química en dos universidades de Túnez y que su ordenador portátil había sido hallado en Siria a finales de verano del pasado año. En el interior del mismo fueron hallados 35.347 archivos que contenían vídeos de Osama Bin Laden, discursos y documentación de clérigos yihadistas, información para cometer atentados y lo más importante si cabe: información para la fabricación y el uso de armamento biológico. El documento, de 19 páginas, daba consejos como el uso de pequeñas granadas que contengan un virus en lugares cerrados como el transporte público, estadios deportivos o centros comerciales. También aconseja la distribución de este material cerca de los sistemas de aire acondicionado e incluso que sea usado en operaciones de martirio (12).

En este año trascendió la noticia de que Daesh estaba utilizando en sus ataques con explosivos gases tóxicos de cloro. En concreto, se habrían usado el 15 septiembre de 2014 en la localidad iraquí de Duluiya (provincia central de Salah al-Din), y en una base militar de Saqlawiya (norte de la provincia occidental de Faluya) el 22 de ese mismo mes. En octubre de ese mismo año la revista Middle East Review of International Affairs (MERIA) informaba del uso por parte de Daesh de agentes tóxicos en la ciudad siria de Kobani. Por su parte, las autoridades del Kurdistán iraquí informaron de que el pasado mes de enero frustraron un ataque suicida en una autopista entre Mosul (Irak) y la frontera siria destruyendo el vehículo antes de que llegase a su destino. Parece ser que tras el análisis de los restos del mismo los niveles de cloro eran lo suficientemente altos para deducir que éste fue empleado como arma (13).

En el año 1969, un informe de un equipo de expertos de la ONU calculaba que el coste por kilómetro cuadrado de una acción letal sería de 2000 dólares si ésta fuese efectuada con armas convencionales, en el caso de que éstas fueran nucleares el coste alcanzaría los 800 dólares, descendiendo a 600 si el armamento empleado fuesen gases neurotóxicos y quedaría reducida únicamente a 1 dólar si se usase armamento biológico. Afortunadamente, equipar dispositivos susceptibles de almacenar y distribuir este tipo de material tiene unos nada desdeñables costes económicos y sobre todo técnicos.

La lista de ejemplos de uso de equipamiento bioquímico a lo largo de la historia por parte de actores estatales es tremendamente extensa. Por ello, no es de extrañar que del afán de adquirirlo por parte de organizaciones terroristas de distintas inspiraciones parece desembocar en la misma conclusión: esta sucesión de hechos en espacios temporales y geográficos tan alejados entre sí podrían, más que ser un indicador, constituir una tendencia. Esta tendencia, lejos de tratarse de un interés puntual al albur de determinadas circunstancias específicas, es algo inherente a su existencia. No hay que olvidar tampoco que toda esta información debe ser observada con cierta cautela ya que la parte que trasciende a las fuentes abiertas es incompleta y su difusión puede tener un componente de interés en función de las necesidades del emisor de la misma.

Por ello, la posibilidad de que una organización de inspiración yihadista investigue para tratar de conseguir algún tipo de equipamiento bioquímico susceptible de ser empleado como arma y ser utilizado contra objetivos civiles existe. Lo que queda por cuantificar, y esta es la parte más sensible de todo el problema, una vez que parece clara la voluntad de adquisición y posterior uso, es si estas organizaciones poseen la importante capacidad técnica necesaria para poner en práctica estos planes. Es decir, en el binomio voluntad-capacidad la primera parece estar clara y la segunda cuanto menos en proceso de ser adquirida, independientemente de que esa capacidad llegue a buen puerto por las enormes dificultades que la acción conlleva.

Teniendo en cuenta esta última apreciación, el hecho de que las organizaciones terroristas de inspiración yihadista no se prodiguen en su uso puede ser debido mucho más a una falta de capacitación que a un rechazo de su uso ya que es notorio a todas luces el impacto que tendría en la psique de la sociedad afectada un ataque de esas características. Por todo ello, se podría afirmar que el riesgo del uso de este tipo de agentes por parte principalmente, aunque sin descartar otras, de organizaciones terroristas de inspiración yihadista es directamente proporcional a su existencia y a su capacidad operativa no pudiendo, por ello, minimizarse su amenaza pero tampoco atribuir a estas organizaciones capacidades que posiblemente disten bastante de poseer.

Si bien es cierto que, en el caso concreto de la obtención de virus como el ejemplo del ébola citado anteriormente, la obtención, aislamiento y trasporte del virus a una zona en la que pueda ser eventualmente armado en algún tipo de dispositivo, entraña una gran complejidad técnica que no está al alcance de cualquier organización ya que solo la poseen algunos Estados en el mundo.

El recurso a agentes bioquímicos también puede tener otra derivada que no carece de importancia: la amenaza de su empleo, aunque no se cuente con capacidad de utilizarlo, es decir la propaganda del terror como se evidenció en los rumores, que sólo fueron eso, difundidos según los cuales organizaciones yihadistas podrían enviar individuos afectados con el virus del ébola.

Aristóteles decía: “Creo que es más valiente el que vence a sus deseos que aquel quien vence a sus enemigos, porque la victoria más grande es sobre uno mismo”. Por ello, respecto a la amenaza por parte de organizaciones terroristas del uso de agentes bioquímicos o de cualquier otro tipo de armamento, debemos tener presente, todos y cada unos de los individuos que formamos parte de las mismas, cada uno desde el ámbito de sus responsabilidades, que el conjunto de las sociedades democráticas no deben temer al terror, sino que debería ser el terror el que temiese a las sociedades democráticas.

Hasta que no se invierta esta tendencia quedará patente lo que definió el sociólogo francés Raymond Arón: “El terrorismo gana cuando no pierde”, es decir que su derrota en el ámbito militar, judicial o policial es responsabilidad del conjunto de medios, materiales y humanos, con los que los Estados se dotan para tal fin, pero su derrota en el afán de que sus mensajes afecten a la psique colectiva es responsabilidad de todos y cada uno de los individuos que componen estas sociedades desarrolladas si realmente creen que deben ser definidas como tal.

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BIBLIOGRAFÍA.
1.- http://emergency.cdc.gov/bioterrorism/es/overview.asp.
2.- GOMEZ MARTINEZ Ramón. “Percepción y control de la amenaza biológica”. Artículo publicado en la Revista Ejército nº 845, julio-agosto 2011 p. 4
3.- http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_marco/2014/DIEEEM05-2014_Mustafa_Setmarian_IdeologoYihadModerna_OPVentura.pdf
4.- http://cns.miis.edu/other/salama_060720.htm
5.- http://www.belt.es/noticiasmdb/home2_noticias.asp?id=7144
6.- http://www.belt.es/expertos/HOME2_experto.asp?id=6337
7.- http://actualidad.rt.com/ultima_hora/view/131566-irak-eiil-almacen-armas-quimicas-sadam-husein-
8.- http://actualidad.rt.com/actualidad/view/133438-irak-deposito-armas-quimicas-terroristas-ei
9.- http://actualidad.rt.com/actualidad/view/133548-irak-robo-materiales-nucleares-terroristas-ei
10.- http://actualidad.rt.com/actualidad/view/136010-terroristas-virus-ebola-arma-biologica
11.- http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2015/DIEEEO13-2015_AmenazaBioterrorista-Ebola_A.CiqueMoya.pdf
12.- http://www.homelandsecuritynewswire.com/dr20140903-captured-documents-reveal-is-s-interest-in-acquiring-bioterror-weapons
13.- http://hispantv.com/newsdetail/Irak/23996/Kurdistan-iraqui-denuncia-el-uso-del-gas-de-cloro-por-EIIL


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