Redacción.

Desde hoy se celebra, en la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, el juicio a los tres etarras miembros del ‘comando Otazua’ como presuntos autores del asesinato, del inspector de la Policía Nacional Eduardo Puelles, en junio del año 2009, última víctima de ETA en el País Vasco.

La fiscal de la Audiencia Nacional Ana Noé ha solicitado, en su escrito provisional de acusación, que los tres etarras (Iñigo Zapirain, Beatriz Extebarria y Daniel Pastor) sean condenados a 45 años de cárcel, acusándolos de un delito de asesinato terrorista contra un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y otro de estragos terroristas.

Asimismo, y como también se recoge en el escrito de la Fiscalía, la banda terrorista ETA se atribuyó la autoría de los hechos en un comunicado publicado el día 9 de agosto de 2009 en el Diario Gara.

Por otro lado, también pedirá para todos ellos la prohibición de residir en Bilbao durante un periodo de 10 años tras el cumplimiento de la condena.

La Fiscalía solicitará, asimismo, que los presuntos asesinos indemnicen conjunta y solidariamente a la familia de Eduardo Puelles, debiendo recibir su viuda 200.000 euros y 150.000 euros cada uno de sus hijos.

Responsable del seguimiento a terroristas
El Inspector Puelles formaba parte de la Brigada de Información y era responsable del seguimiento a terroristas.

La mañana del 19 de Junio de 2009 se dispuso a arrancar su coche, activándose un artefacto explosivo que estalló provocándole un shock por quemaduras que le causó la muerte.

El artefacto, que según el escrito de la Fiscalía fue fabricado por Íñigo Zapirain, contenía 2 kilos de cloralita y 200 gramos de pentrita, y fue colocado por él mismo y por Pastor. Mientras tanto, Beatriz Etxebarría vigilaba que no fueran descubiertos durante la colocación.