Por G.B. D. Emilio Abad Ripoll (R).
ENERO Y FEBRERO DE 1996
Pero no todo había terminado. En enero seguíamos con las tareas conocidas (transferencia de unidades y material a IFOR y repatriación de unidades y material de UNCRO -cuyo mandato se prolongó hasta el 15 de enero, fecha en que las últimas unidades abandonaron suelo yugoslavo-) a las que había que unir la paulatina minoración del Cuartel General de UNPF, ya iniciada el mes de noviembre anterior y el desgajamiento de UNPREDEP, que se convertía en una misión “independiente”. Y entonces surgió un nuevo factor.
Ya hemos citado que existían fuertes discrepancias entre Croacia y Serbia acerca del control de la Eslavonia Oriental, territorio que reclamaban como propio los croatas, pero de población mayoritariamente serbia, y vimos como habían quedado unidades de UNCRO en la zona (1). El 12 de noviembre de 1995 se había firmado un Acuerdo Base entre los dos países, y el 15 de enero de 1996 el Consejo de Seguridad de la ONU emitía la Resolución 1.037/96 que autorizaba la creación de una nueva misión, UNTAES (United Nations Transitional Agreement Eastern Slavonia) en la Eslavonia Oriental, cuya duración prevista era de dos años, momento en que se produciría la incorporación a Croacia del territorio en litigio.
Estaba fijada la fecha del 31 de enero para el cierre del cuartel general de UNPF y la finalización de la misión, pero la creación de UNTAES, con la permanencia en el territorio de las Unidades ONU citadas en la nota 1, llevaron a ONU a decidir que parte del cuartel general de UNPF, aunque con otro nombre, debía permanecer en Croacia para ejercer el control operativo de las citadas Unidades hasta su integración en UNTAES (para cuyo mando se iba a destinar a un general de brigada belga).
Al mismo tiempo, las operaciones de control financiero derivadas de las transferencias y repatriaciones marchaban algo retrasadas ante la enorme carga de trabajo que se había generado, por lo que también debían continuar en Zagreb la mayoría de los componentes de las secciones de G-4 más directamente afectadas. Se hacía también necesaria la creación de un organismo que fuese repatriando paulatinamente a los componentes de G-4 que dejasen de tener función en su comisión.
El 20 de enero se comunicaba al 2º Jefe de Estado Mayor para Logística y Administración que con un Estado Mayor de 107 miembros (Jefe de Estado Mayor un coronel canadiense) a partir del cierre del cuartel general de UNPF se convertiría en Comandante en Jefe de las Fuerzas Residuales de ONU en la Antigua Yugoslavia y Jefe del Equipo Militar de Liquidación. Y en acto celebrado el 31 de enero de 1996, se produjo la transferencia de autoridad del teniente general Janvier al general Abad.
A lo largo de febrero fue paulatinamente disminuyendo, según lo previsto, el número de personal comisionado en G-4, y se trabajó en la creación de UNTAES (se incorporaban nuevas unidades y se iban algunas de las existentes) y, aunque se produjeron algunos incidentes serios (como el tiroteo de un helicóptero de ONU por fuerzas croatas), sin otras novedades el 24 de febrero se efectuaba la correspondiente transferencia de autoridad del general español a un homólogo belga.
Cuatro días después, con la excepción de un comandante de intendencia que permanecería en Zagreb unas semanas más en las tareas de liquidación económica, el grupo de españoles de UNPF regresamos a casa. Un grupo de españoles que, en palabras del propio señor Annán el día de la despedida había sido “no sólo el más popular de este enorme cuartel general, sino también el más profesional.”
OTROS ASPECTOS
En la orden de nuestro JEME en que se encomendaba a los dos generales de brigada españoles la Comisión a desarrollar, se hacía constar que, además de la función ONU, desempeñarían también el cargo de Jefe del Contingente Español en la Antigua Yugoslavia (JECEAY). Ello implicaba responsabilidades administrativas, disciplinarias, jurídicas, etc. sobre todos los españoles en comisión en aquellos momentos en el territorio. Se exceptuaban las dos misiones de la Unión Europea (ECMM y ECTF) y, con toda lógica, tampoco se les inmiscuía en la cadena de mando operativo de la Agrupación (Galicia en un principio y luego Aragón) integrada en UNPROFOR.
El número de españoles no incluidos en cualquiera de esas situaciones, e integrados en cuarteles generales internacionales o actuando como Observadores Militares superó siempre los 50, lo que supuso un esfuerzo añadido al reducido Estado Mayor personal con que contaba el DCOS Log/Adm. No obstante, el compañerismo y profesionalidad de quienes lo formaron apantalló siempre las dificultades.
Un hecho destacado como JECEAY, fue el acto al que asistió quien esto suscribe, compartiendo la presidencia con el Subsecretario de Defensa, Sr. Arévalo, en el que se impuso el nombre de Plaza de España (2) a una de las zonas más martirizadas de Mostar a la vez que se inauguraba, aquel 12 de octubre de 1995, ante un Compañía de la Agrupación Galicia, el monumento en que se sigue recordando a nuestros caídos y a nuestras Unidades en tierras yugoslavas.
Para finalizar estas páginas, quiero hacer constar que, ya de vuelta a España, redactamos entre varios de los componentes de nuestro grupo un documento titulado “Apoyo logístico en las Operaciones ONU de Mantenimiento de la Paz” que aparecería en el número 687 de la Revista Ejército en abril de 1998. A ese trabajo, mucho más completo, remito a quienes quieran encontrar más información acerca de nuestra poco conocida participación en el cuartel general de UNPF.
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(1) En concreto dos batallones mecanizados (ruso y belga), dos batallones de Zapadores (checo e indonesio) y dos grupos de Sanidad (checo e indonesio también), más algunas unidades de apoyo logístico, con un total cercano a los 6.000 efectivos.
(2) A instancia de los dos Alcaldes de la entonces dividida ciudad, uno bosníaco y otro bosnio-croata, que dirigieron una carta a través del JECEAY a S.M. el Rey solicitando permiso para dar el nombre de nuestra Patria a una Plaza sita en la zona más disputada, como agradecimiento y homenaje a nuestros soldados.
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