Israel, la última frontera

Por Silvia Martínez Bergua, Semitista, analista de Inteligencia

En sus 70 años de existencia, Israel es un país que se ha convertido en ejemplo de cómo una democracia puede funcionar en una región volátil y constantemente en conflicto como la de Oriente Próximo.

Según una frase del Jerusalem Post del año 2006, “En Occidente solemos ver a Israel como un país del Próximo Oriente, pero en realidad no es una nación del Próximo Oriente”.

Por varias razones, las principales por ser la religión judía el origen de nuestra civilización judeo cristiana, por la procedencia europea de muchos de sus ciudadanos, ya sea escapando de los pogromos de la Rusia zarista, del nazismo alemán, o del antisemitismo siempre existente y latente en Europa desde la Edad Media y acentuándose a partir del S XIX. Sí trazáramos una frontera ficticia entre el mundo árabe y musulmán y nosotros, no hay duda de que Israel estaría en nuestro lado de la frontera. Y reiteradamente lo olvidamos.

Israel y su futuro no es sólo importante para ellos mismos y  la paz en la región, sino que cada día lo es más para nuestra propia supervivencia, por dos razones fundamentales.

  • Israel, debido a su importancia geoestratégica, es nuestra línea de defensa ante el Islam radical
  • Israel es el muro de contención de un Irán con ambiciones de imponer la hegemonía chiita en la región.

Ni los europeos ni los suníes de la región, encabezados por Arabia Saudita, quieren o saben cómo parar la ambición nuclear y de expansión de poder e influencia de los ayatolás. Ya no es sólo la supervivencia de Israel lo que está en juego. Si cae Israel, es todo el engranaje occidental el que caerá.

Por otro lado, el conflicto con los palestinos se está alejando de una cuestión puramente nacional y pasa a ser cada vez más claramente un problema de extremismo islámico y de poder regional. La amenaza  proviene de los territorios palestinos en manos ahora de Hamás, apoyado por Irán. De ahí la importancia de que Israel sea un país respetado, tenga reconocidas sus fronteras, el derecho a que éstas sean seguras y defendibles y, que pueda vivir en paz. Los europeos sobre todo debemos reconocer este hecho. Si el Islam militante absorbe Israel, habremos perdido nuestra mejor defensa.

El nuevo antisemitismo europeo y nuestra pasividad ante sus múltiples expresiones son un peligro para nuestra seguridad, ya que sólo pueden lograr distanciarnos del Estado de Israel y de la comunidad judía que vive entre nosotros. De antiguo, se increpaba a los judíos por razones religiosas, eran los asesinos de Jesucristo (Deicidio), en la actualidad se suma el factor de odio en condena de las actividades del Estado judío contra los palestinos, que también es una forma de judeofobia.

La judeofobia actual está impulsada por:

  1. Los fascistas históricos, evolucionados en la actualidad, que nunca fueron erradicados.
  2. Grupos que se denominan progresistas, los cuales rechazan las relaciones políticas entre Europa e Israel, las cuales consideran un «error histórico» en detrimento de la población palestina local.
  3. Los revisionistas y negadores del holocausto.
  4. El islamismo político radical, que ataca a las anteriores, por lo que los fascistas les detesta y de vez en cuando los atacan también.

Mientras los progresistas a veces se convierten en cómplices de los islamistas radicales y justifican la violencia que ellos practican argumentando una «legítima defensa» por el colonialismo sufrido en siglos pasados. Ese progresismo usa una judeofobia “políticamente correcta” oculta en un supuesto anti-sionismo, usa lenguaje afable y frases que parecen conciliatorias y diplomáticas; sin embargo son quienes nutren la judeofobia que sigue activa en Europa. Y aunque sólo sea por nuestro propio interés estratégico y no ya por una cuestión de justicia histórica, deberemos perseguirlo, castigarlo, y no ignorarlo.

Mientras no les demos razones para pensar lo contrario, el pueblo judío y el israelí seguirán sintiéndose víctimas de la Historia y eso es algo que debería llegar a cambiarse. Israel tiene que ser parte integral de Occidente. Israel no puede ser sólo Europa para participar, y este año ganar, el festival de Eurovisión.

Fuentes:

https://www.abc.es/hemeroteca/historico-24-02-2006/abc/Internacional/la-importancia-de-israel_142494929230.html

https://www.infobae.com/opinion/2018/03/26/el-antisemitismo-frances-como-alerta-para-europa/

The Jerusalem Post, Israel


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