Verónica Sánchez Moreno
El buque escuela ‘Juan Sebastián de Elcano’ despliega sus velas, hoy comienza su 88º crucero de instrucción. A bordo, unas 250 personas salen a la mar, entre ellos 47 guardiamarinas de cuarto curso del Cuerpo General y de Infantería de Marina que recibirán a bordo, durante 123 jornadas, enseñanzas que no olvidarán jamás.
Hace unos días, en pleno proceso de alistamiento del buque, en el Arsenal de la Carraca de San Fernando, donde tiene su base, entrevistamos a su comandante, el capitán de navío Victoriano Gilabert Agote. Con él hablamos, entre otras cosas, de cómo se diseña el crucero de instrucción; del cambio de plan de estudios que hará que sean los alumnos de tercero los que realicen dicho crucero y no los de cuarto, como viene sucediendo hasta ahora, lo que ha producido que este año Elcano realice dos viajes; y de las especiales características del buque escuela y su dotación.
El pasado 6 de julio Elcano llegó a Cádiz tras realizar su LXXXVII crucero de instrucción, el primero para usted, ¿cómo ha sido la experiencia?
Magnífica. Efectuar un crucero de instrucción como comandante del Juan Sebastián de Elcano es un privilegio que aporta todo lo que a un oficial de Marina le gusta encontrar: el mando de un barco como este en la mar, la navegación oceánica, a vela, así como el mandar una dotación que es motivo constante de orgullo para mí, ya que son trabajadores, leales, muy bien adiestrados y que apoyan incondicionalmente al mando. A esta dotación se suman los guardiamarinas y es también es un privilegio conocer a una promoción entera de futuros oficiales de la Armada y participar activamente en su formación.
Esto respecto a la navegación, pero el viaje tiene el añadido extraordinario de las visitas a puertos de muchos países, interesantes y bonitos, donde somos muy bien recibidos y en los que se desarrolla un amplio programa de actividades que también le dan valor y riqueza al crucero. Todos estos aspectos son los que hacen al viaje ser tan especial y se puede imaginar que yo como comandante me siento un privilegiado por participar en él.
¿Cuál es su prioridad como comandante del barco?
Tengo varias cosas que me preocupan pero lo sintetizo en dos que son mi prioridad y las que más me mueven como comandante de este barco o de cualquier unidad de la Armada. La primera es el cumplimiento de la misión. El barco tiene una misión y la prioridad es que la cumpla. Elcano es buque escuela, por lo tanto yo tengo que hacer lo necesario para que haga sus cruceros de instrucción a satisfacción del mando, que cumpla los planes de estudio y contribuya como debe en la formación de los alumnos. Y junto a ella está el colaborar en la acción exterior del Estado, otra de las labores del buque.
La otra gran prioridad o preocupación que tengo es la dotación, porque quiero que se sienta satisfecha y orgullosa de formar parte del barco. Que se sientan útiles, que sientan que su trabajo es bueno y necesario para que el buque pueda cumplir la misión. Quiero que todos los miembros de la dotación nos sintamos empujando en la misma dirección que no es otra que el cumplimiento de la misión. Realmente las dos prioridades se complementan y se necesitan.
Esos son mis objetivos, pero cuando hablo del día a día le diré que mi prioridad es la seguridad. Lo que más me preocupa cuando estoy navegando, cuando hay una maniobra, mucha gente trabajando en cubierta o cuando se acerca el mal tiempo, es la seguridad del barco y de todos y cada uno de los miembros de la dotación.
¿Las condiciones de trabajo en este barco son muy diferentes a la del resto de buques de la Armada?
Indudablemente. El barco navega a vela, lo que requiere del esfuerzo de muchas personas de forma sincronizada, en cubierta, en altura, y eso les hace ser a todos más vulnerables. Por supuesto se toman medidas de seguridad y por eso digo que una de mis preocupaciones es insistir en que se respeten estas medidas, que las órdenes que yo doy y que se transmiten por los distintos escalones sean acertadas, sin cometer errores. Al final es una responsabilidad del mando pero toda la dotación debe participar en crear un espíritu de cuidado, de atención, porque las especiales características de este barco hacen que la seguridad sea más especial que en otras unidades.
¿Cómo se diseñan los cruceros del ‘Juan Sebastián de Elcano’?
Mediante un proceso en el que participamos bastantes personas. Elcano tiene una cadena de mando: mi jefe directo es el Almirante de Acción Marítima, cuyo jefe es el Almirante de la Flota y por encima está el Jefe del Estado Mayor de la Armada. Y todos participamos un poco en el diseño, cada uno en su escalón.
Al barco se le ordena hacer una propuesta inicial que va pasando por los diversos Estados Mayores, donde se va refinando y mejorando. Esta propuesta tiene en cuenta una serie de elementos, entre los que se encuentra una instrucción permanente del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA) que dice cómo debe ser un crucero del Juan Sebastián de Elcano, con una serie de factores a observar, por ejemplo, porcentaje de días de puerto y porcentaje de días de navegación; que se intente que haya tránsitos oceánicos; que entre puerto y puerto haya una semana de navegación o intentar no repetir un puerto extranjero al menos en tres años. Estos factores fijos se tienen en cuenta cuando se hace un crucero, pero cada año se añaden factores específicos, como las fechas o las invitaciones de ciudades a ser visitadas por el buque, que también se tienen en cuenta en el planeamiento.
A todo esto se suman más cosas: buscar derrotas veleras, es decir, recorridos que haya un porcentaje de navegación a vela importante en el crucero, las corrientes, la meteorología. Todos estos elementos se incluyen en la propuesta inicial del barco que va pasando por los diversos Estados Mayores y al final en Madrid se decide cual es el definitivo. Pero antes de dar el aprobado último, la Armada lo manda al Ministerio de Asuntos Exteriores para que ellos también puedan opinar o hacer alguna sugerencia o recomendación a esa propuesta de viaje.
El 20 de agosto comienzan el LXXXVIII crucero de instrucción, ¿por qué Elcano realiza dos travesías este año?
El ritmo habitual del buque es que hay un crucero cada año de más o menos seis meses de duración y durante el resto del año el barco se dedica a prepararse para el siguiente, es decir, descanso de dotación, adiestramiento de los relevos naturales que van llegando, reparaciones, mantenimientos, modernizaciones…
¿Por qué este año hay dos viajes de cuatro meses? Porque estamos en un momento en el que se va a hacer un cambio en el plan de estudio de los guardiamarinas que hasta ahora realizaban el viaje de instrucción en el cuarto año de su carrera pero van a empezar a hacerlo en el tercero. Para conseguir eso sin que ninguna promoción deje de realizar el crucero, se han programado unos viajes más cortos que van a permitir que en un mismo curso escolar viajen los de cuarto y los de tercero. Y a partir de ahí todos los años siguientes viajarán los de tercero.
En el anterior viaje iban los de cuarto (que este curso ya entran a quinto), en este viaje van los que acaban de entrar en cuarto y después de Navidad viajan los de tercero. A partir de ahí volvemos a recuperar el ritmo pero ya siempre con los de tercero.
En definitiva, va a haber tres viajes de cuatro meses en un espacio de año y medio, el que he hecho, el que voy a hacer ahora y el que va a haber después de Navidad. En tiempo es el equivalente a hacer dos viajes de seis meses.
¿Cómo será este segundo crucero del 2016?
Salimos el día 20 de Cádiz, de ahí vamos a Lisboa y después a Las Palmas de Gran Canaria, (Canarias es un destino habitual). De Las Palmas iremos a Praia, la capital de Cabo Verde, de Praia a Brasil, donde tocaremos dos puertos, primero iremos a Salvador de Bahía y después a Recife. Y empezaremos el viaje de vuelta, cruzaremos de nuevo el Atlántico y entraremos en Dakar, Senegal, seguiremos subiendo hacia el norte y llegaremos a Santa Cruz de La Palma, con una segunda visita a las Islas Canarias. De ahí seguiremos y llegaremos a Casablanca, ya en el mes de diciembre, y de Casablanca a Cádiz, donde esperamos entrar el día 20 de ese mes.
El buque-escuela tiene como propósito la formación de los alumnos embarcados pero, además, ¿Elcano es también una embajada de España allá dónde va?
La misión principal del barco es buque escuela pero, indudablemente, muy ligado a esa misión del barco está su apoyo a la acción exterior del Estado. Gusta mucho llamarle a veces embajada flotante pero no es una embajada en sentido estricto, aunque es verdad que nosotros colaboramos encantados con las embajadas de España. La presencia del Juan Sebastián de Elcano en cualquier puerto extranjero apoya de forma indiscutible a lo que están haciendo allí nuestros diplomáticos, así me lo han hecho saber todos los embajadores y cónsules con los que coincidí durante el anterior viaje.
Asimismo, se desarrollan muchas actividades que nos permiten mostrarnos y dar a conocer España a los nacionales del país al que llegamos. Además, la colonia española en esos países nos espera en los puertos con mucha ilusión y es algo a veces conmovedor. Nos emociona ver a nuestros compatriotas, que en ocasiones llevan muchos años fuera de España, y su reacción al pisar esta cubierta, al hablar con nosotros… Son sentimientos muy importantes y que lejos de España afloran de una manera que nos estimula a hacer nuestro trabajo lo mejor posible. La dotación es consciente de todo esto y le dedicamos mucha energía y ganas a transmitir la mejor imagen de España allá donde vamos.
¿Qué le aporta a un guardiamarina Elcano?
Muchísimo. Yo estoy convencido de que los oficiales de la Armada somos unos afortunados por la completa formación que recibimos. Y es fantástico tener la posibilidad de hacer este viaje integrado en el plan de estudios.
Al guardiamarina se le tiene que dar lo previsto en dicho plan: impartirle una serie de asignaturas, exigirle que las estudie y examinarle pero, además de eso, sobre las cubiertas de este barco tiene la posibilidad de desarrollar muchas más destrezas que van a hacer de él, sin duda alguna, mejor marino: posibilidad de participar en maniobras, de hacer observación astronómica y, por supuesto, la integración en la vida en el barco, haciendo guardias y llevando sus propios ritmos como uno más de la dotación, contribuyendo a que el barco navegue con seguridad. Todo esto se suma a lo que es cumplir estrictamente con un plan de estudios. Además, en los puertos se hacen muchas actividades que también contribuyen a la formación: visitas profesionales y culturales, se participa en actos protocolarios y sociales. Así, se va aumentando la formación de nuestros guardiamarinas. Estoy convencido de que la oportunidad que se les da en este buque es realmente muy completa y positiva para su formación como futuros oficiales de la Armada.
¿Cómo se consigue organizar este engranaje que es el ‘Juan Sebastián de Elcano’?
En la mar el barco se organiza con guardias, toda la dotación tiene sus puestos y dedica parte de su tiempo realizándolas, el resto lo pasan o descansando o trabajando en labores distintas a la guardia.
El caso de los guardiamarinas lo complica un poco más, porque se integran en las guardias pero también tienen sus clases, periodos de estudio y observaciones astronómicas. Entonces el engranaje es más complicado. Al guardiamarina se le superpone un plan de estudios, de clases que tienen que cumplir, con las guardias. Ellos son conscientes de que a veces tienen guardia y deben ausentarse de la clase para cumplirla, o viceversa, pedir permiso en la guardia para ir a clase.
Hay que tener en cuenta muchas cosas y el engranaje debe estar muy bien engrasado. Somos muchas personas, es necesario que todo el mundo sepa a donde tiene que ir porque el barco debe estar continuamente asistido y los guardiamarinas deben participar en eso y, a la vez, hay que dar las clases. La verdad es que se consigue y sale muy bien.
¿Cuál cree que es la opinión social sobre el barco que manda?
Mi percepción como comandante es que este barco es muy querido por lo que hace y lo que representa. En el anterior viaje puedo decir que he tenido muchísimas satisfacciones al comprobar el cariño de nuestros compatriotas en el extranjero y la admiración que despierta en otros países, lo que es tremendamente satisfactorio.
En el puerto de Cádiz se nos quiere también mucho. Cuando Elcano atraca en el centro de la ciudad y los ciudadanos lo visitan se escuchan comentarios de admiración y de cariño por doquier. Esa es la percepción que yo tengo y creo que es la opinión social que existe.
¿Son importantes las jornadas de puertas abiertas?
El barco es de la Armada pero está al servicio de todos los españoles y, por tanto, es de ellos. Así me gusta hacerlo saber y ver. Estamos encantados de que los visitantes conozcan el barco y a nosotros, que sepan lo que tienen. Creo que es una parte fundamental de la actividad del barco que haya jornadas de puertas abiertas, facilitando al máximo que los que nos quieren conocer lo hagan, que contestemos a sus preguntas, que recorran el barco mientras nosotros nos mostramos tal y como somos.
Es muy importante por muchas razones. Primero, hay una razón clara, que el barco es precioso. Los que nos visitan pueden ver un barco como este de vela, de época, con todos los rincones maravillosos que tiene. Pero también somos un barco de guerra, un buque escuela que forma parte de la Armada española, tenemos la obligación de defender a los españoles y estamos al servicio de todos. Esa relación de las Fuerzas Armadas con el pueblo español también hay que hacerla patente con jornadas de puertas abiertas, dejarnos conocer y que nos sintamos todos lo más unidos posible, como no puede ser de otra forma.
Soy totalmente partidario y doy todas las facilidades para alargar al máximo los horarios de visitas y que nos conozcan.
¿Para cuando la undécima vuelta al mundo?
¡Uy, qué pregunta! Está fuera de mi nivel, yo soy el comandante y no puedo participar en esas decisiones, que están por encima de mi. Pero sé que a todo el mundo le haría ilusión porque forma parte de los cruceros del Juan Sebastián de Elcano que de vez en cuando haya una vuelta al mundo.
El barco tiene mucha vida por delante. Va con rumbo firme a su centenario. Y creo que en los próximos años se presentan fechas interesantes por la proa, como el 500 aniversario de la vuelta al mundo de Juan Sebastián de Elcano, que se produjo entre 1519 y 1522.
No obstante, hay otros factores, ya que el barco requiere una atención especial. Hay criterios sentimentales y a todos nos apetecería la undécima vuelta al mundo, pero se debe compaginar con la logística y, por supuesto, con los planes de estudio de los guardiamarinas. Por lo tanto no es una cuestión sencilla, hay que estudiarlo con mucho cariño y, como le dije al principio, es una decisión que está fuera de mi nivel y yo ahora mismo no tengo noticia de que haya nada planeado.
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