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“Estamos ganando la batalla al Daesh”

“Estamos ganando la batalla al Daesh”

Verónica Sánchez Moreno

Sencillo y acogedor, el despacho del jefe de Estado Mayor de la Defensa en su Cuartel General del centro de Madrid es reflejo del marino que lo ocupa desde finales de 2011. El almirante general Fernando García Sánchez es el máximo responsable de la cadena operativa de las Fuerzas Armadas españolas y tiene claro que “el elemento fundamental” de las mismas “son sus hombres y mujeres”. “La formación y el cuidado de nuestro personal es básico”, subraya, “con mejores o peores medios, unas Fuerzas Armadas siempre serán útiles si tienen gente preparada”. Así, durante la larga conversación  que mantenemos con él, el JEMAD realiza especial hincapié en la necesidad de trabajar los valores básicos militares de jerarquía, unidad y disciplina. “Tenemos que transmitirlos, mantenerlos y asegurarlos y eso se hace a través de la formación, de la educación y del adiestramiento”.

¿Cuál es su balance de los casi cinco años que lleva al frente del Estado Mayor de la Defensa?
Desde el principio de este período los objetivos eran desarrollar la Estrategia de Seguridad Nacional en base a la Directiva de Política de Defensa y de acciones dentro de las Fuerzas Armadas. Para mí,  lo más significativo desde el punto de vista de la Seguridad Nacional, ha sido el avance en el concepto de seguridad integral, que ha hecho que se ponga en marcha el Consejo de Seguridad Nacional, un elemento importante para integrar todas las capacidades de seguridad y defensa (seguridad con mayúscula, incluyendo la defensa del Estado) y, dentro de ese Consejo, otros que lo apoyan, como el de Seguridad Marítima, el de Ciberdefensa o el de Inmigración, en los que continuamos trabajando.

De acuerdo con esta Estrategia, el siguiente paso desde el punto de vista militar ha sido avanzar en el desarrollo de los conceptos de Seguridad Nacional e Internacional, integrando las operaciones permanentes (que dan a los españoles seguridad en el espacio aéreo y en el ciberespacio 7 días a la semana, 24 horas al día) y profundizando en el aspecto solidario. No existe desarrollo sin seguridad, por lo tanto, hay que exportar seguridad y España intenta participar al máximo, de acuerdo a nuestras posibilidades, en las iniciativas de las organizaciones internacionales que dan seguridad en el mundo para evitar gobiernos y mares fallidos, es decir, santuarios donde se pueden producir inestabilidades y que se desarrolle el terrorismo.

¿Cómo se trabaja desde el EMAD en este aspecto?
Para poder actuar con mayor eficiencia la herramienta que hemos desarrollado ha sido la integración de la estructura operativa, haciéndola muy sencilla y permanente. En el escalón más alto de esta estructura está Su Majestad el Rey, sigue el Presidente del Gobierno, el Ministro de Defensa, el JEMAD y, por último, el Comandante del Mando de Operaciones (CMOPS), que es mando único y permanente. Todas las operaciones dependen del CMOPS, desarrollando las que son nacionales y transfiriendo las fuerzas a los mandos correspondientes cuando las enviamos a alguna organización internacional o coalición en el exterior.

Este concepto de “ventanilla única”, muy usado en la Administración, es una forma eficiente de integrar capacidades de la Defensa, no solo las militares, sino también el apoyo a la acción del Estado, tanto en la lucha contra el crimen organizado como en el caso de catástrofes naturales, con la Unidad Militar de Emergencias. Se integran todas las capacidades de Defensa en una estructura única que se pone al servicio del Gobierno y que éste utiliza dentro del Consejo de Seguridad Nacional.

Por otro lado, bajando un poco más a nivel táctico, hemos hecho hincapié en desarrollar tres aspectos que cada vez tienen mayor importancia en este siglo XXI: la Ciberdefensa, la Inteligencia y las Operaciones Especiales. No solo se actúa en el campo físico, ahora la naturaleza de la guerra ha cambiado, se intenta conseguir la influencia, es decir, situaciones favorables a los intereses y, para ello, se actúa también en el espacio virtual, así como en el psicológico y en el de la información.

Las operaciones que realizamos son las que se llaman en la OTAN “multidominio”, “multidisciplinares” o “multifuncionales”. Las Fuerzas Armadas nunca fueron las únicas en trabajar para la seguridad y la defensa, el Estado utiliza para ello el instrumento diplomático, el de la información, el de la economía y el militar. Por ello, las acciones que hacemos han de estar combinadas con el resto de instrumentos y esa combinación es la que gestiona el Consejo de Seguridad Nacional. Hay que trabajar en esos tres espacios con estos cuatro instrumentos.

En resumen, ventanilla única, estructura operativa sencilla, gran velocidad de mando y capacidad de coordinación fácil con todos los actores que participan en la gestión de una crisis y que son militares, no militares gubernamentales, no gubernamentales o de cualquier otro tipo.

La Ciberdefensa es uno de los tres espacios que señala, ¿son cada vez más comunes los ciberataques?
El ciberespacio es un teatro de operaciones que no solamente y tampoco fundamentalmente afecta a lo militar sino, que también afecta al mundo civil y a infraestructuras críticas. Nosotros hemos desarrollado el Mando Conjunto de Ciberdefensa para integrar todas las capacidades militares al respecto y el Consejo de Ciberseguridad Nacional utiliza todas las capacidades del Estado para darnos seguridad virtual a los españoles. Cada vez se avanza más en los sistemas de seguridad pero también en los ataques, ya que el mundo ciber es continuo y tiene unas capacidades de actuación tremendas, con la utilización de grandes cantidades de datos.

Dentro de las operaciones militares hablamos de la guerra híbrida y de las operaciones asimétricas, en las que se usa el ciberespacio. Dos casos claros de guerra híbrida serían la conquista de Crimea por parte de Rusia y el funcionamiento del Daesh. Además, existen otros riesgos como el espionaje industrial o la utilización de datos individuales o colectivos para generar acciones ilegales. El mundo ciber es complicado y de una gran efervescencia.

Ha mencionado también la inteligencia militar, un campo prácticamente desconocido para la mayoría de los ciudadanos, ¿las nuevas amenazas hacen que esta labor sea más importante si cabe?
La inteligencia siempre ha sido fundamental, pero ahora en este mundo en el que vivimos y con la naturaleza de la guerra actual es más importante todavía. Desde el punto de vista estratégico, si las líneas de acción que definimos en el mundo occidental son un nivel de prevención, otro de decisión y otro de acción, el nivel de prevención está basado en la inteligencia, ya que para prevenir hay que saber lo que está pasando. A nivel operacional el conocimiento del terreno es fundamental y lo mismo ocurre en el ciberespacio. Éste otorga una gran capacidad de difundir y extender información y es muy importante conocer los mecanismos que se utilizan para transmitirla así como controlarlo, consiguiendo conocer los mensajes que se están difundiendo para poder utilizar contramensajes. El mundo psicológico de la información es importantísimo y ahí adquiere un tremendo valor la inteligencia, que es uno de los elementos que estamos intentando potenciar durante los últimos años.

¿Es el terrorismo yihadista la mayor amenaza a la que nos enfrentamos actualmente?
Ahora mismo tanto para España como para el mundo occidental la mayor amenaza es el terrorismo yihadista. Complejo, porque tiene aspectos tácticos y de lucha tanto desde el punto de vista interior, en España, como en Europa y el norte de África. Hay que controlar estos movimientos pero también es necesario actuar en el exterior en la defensa avanzada. Es decir, conseguir extender el paraguas de seguridad haciendo que desaparezcan estados y mares fallidos, santuarios donde se puedan desarrollar campañas terroristas con tranquilidad.

La Estrategia de Seguridad Nacional define ésta como la mayor amenaza pero también señala elementos posibilitadores de riesgos que hacen que la amenaza sea mayor y sobre los que hay que actuar: elementos culturales, sociales, de propaganda o de educación. Por lo tanto, el terrorismo yihadista no es un tema absolutamente militar, sino más complejo y multidisciplinar.

A este respecto, ¿qué avances se han realizado en ‘Inherent Resolve’, para frenar a Daesh en Irak?
Volviendo a las operaciones multidominio, la guerra en Irak tiene un aspecto físico, otro virtual y un tercero de información. Respecto a lo físico, la estrategia que se ha seguido durante los últimos años es que son los propios países los que tienen que solucionar los problemas, es el gobierno de al Abadi el que está luchando contra el yihadismo en Irak y la comunidad internacional le está ayudando  mediante una coalición anti-Daesh que se dedica al asesoramiento y al adiestramiento.

España cuenta con uno de los centros de adiestramiento más importante, en Besmayah, donde estamos adiestrando a unidades que están desplegadas en la campaña contra el Daesh y también tenemos unidades de operaciones especiales en Bagdad y Tayi para el adiestramiento de unidades de operaciones especiales de las Fuerzas Armadas iraquíes.

La campaña física, tanto en la cuenca del Eufrates como en la del Tigris, evoluciona favorablemente y el próximo objetivo es Mosul. Luego, en el mundo de la información, creo que se está ganando la batalla al Daesh, que tiene dos audiencias claras: la local y la occidental. En ambas se está ganando la batalla, haciendo ver que el Daesh tiene una ideología con un carácter dictatorial, sanguinario, que no está totalmente de acuerdo con el Islam y, de este modo, evitando los movimientos de combatientes extranjeros y los ataques de lobos solitarios o combatientes frustrados. Esa guerra compleja sigue en el mundo virtual, muy relacionado con el de la opinión, donde también se va ganando.

En resumen, creo que se está avanzando de forma positiva en la lucha contra el Daesh en Irak e igualmente en Siria e incluso en Libia, que son los tres focos de Daesh cercanos, porque luego existen más en Oriente.

Malí, República Centroafricana, Somalia, son otros lugares en los que los militares españoles adiestran a los locales para que ellos gestionen la seguridad del país, ¿cuál está siendo el resultado?
La visión que tenemos en este Estado Mayor de dichas misiones es positiva. Se avanza en el adiestramiento de las tropas locales en estos países con mayor lentitud de la que nos gustaría, porque son sociedades complejas. Como siempre, volvemos al multidominio, no es solo el adiestramiento, también hay que trabajar en el material, la educación, la formación y la cultura. Se está realizando una estrategia de cooperación con otros países intentando que ellos consigan estructuras de seguridad que les permitan desarrollarse. Hay que exportar la seguridad para conseguir el desarrollo y que las sociedades de estas naciones sean cada vez más felices en su país. Dentro de eso, el soldado español es muy valorado por su carácter, su empatía y su capacidad de transmitir, integrarse y comprender. Somos una sociedad con mayor capacidad que otras para relacionarnos con nuestros semejantes y eso se nota desde el punto de vista del adiestramiento y se valora por parte de los mandos somalíes, malienses o centroafricanos.

Muy frecuentemente las fragatas que participan en la Operación Sophia rescatan a inmigrantes en alta mar, ¿cómo se enfrenta este drama?
La fragata ‘Reina Sofía’, que está cumpliendo ahora su cuarto mes en esta operación, ha rescatado ya 3.000 personas. 25.000 se han rescatado desde el inicio de la Operación Sophia de un total de 200.000 personas que han sido rescatadas por la Unión Europea, organizaciones y ONGs que están en la zona. Realizamos actuaciones de salvamento marítimo para que la gente no se ahogue intentando buscar una vida mejor.

Este es el primer nivel de la operación, ya que ésta pretende arrancar de raíz el problema, eliminando las redes de tráfico de personas, lo que es muy complicado si no se consigue que esa zona sea gobernable. A finales de septiembre la Operación Sophia va a empezar a realizar adiestramiento de guardacostas libios. El proceso político en Libia es complejísimo y va con lentitud pero el concepto es que tienen que ser los libios los que solucionen su problema, buscando soluciones políticas y de seguridad, para lo que se les va a apoyar.

Tenemos un barco y un avión en la zona y ahora se está haciendo lo más urgente, que es luchar contra la crisis humanitaria. Somos el país que está poniendo más carne en el asador en este tema. Desde mi punto de vista es una labor humanitaria importantísima y que tiene un gran calado también en la visibilidad de Europa respecto a África. Pero la comunidad internacional debe avanzar más en la lucha contra el tráfico de armas y de personas, el crimen organizado y cortar las redes de financiación, a la vez que se apoya la gobernabilidad de la zona.

La situación actual de Turquía, ¿puede afectar de algún modo al contingente desplegado en la Base Aérea de Incirlik?
El contingente español en Incirlik está dentro de la operación ‘Active Fence’ de la Alianza Atlántica.  Cuando comienza el problema en Siria, Turquía se siente amenazada por los posibles ataques de misiles que pudieran actuar en las zonas de la frontera con este país. Por lo tanto, piden la activación del artículo 4 de la Alianza Atlántica, defensa a petición del país. España, dentro del concepto de la Estrategia de Seguridad Nacional de solidaridad, colaboración y participación para conseguir una mayor exportación de seguridad a nivel internacional participa con esta batería de misiles ‘PATRIOT’.

Durante los momentos de golpe de Estado en Turquía hubo tensión e incertidumbre desde el punto de vista militar, pero en ningún momento hubo riesgo. Actualmente, la situación es la misma, Turquía está evolucionando dentro de las actuaciones del presidente pero se mantiene como aliado de la Alianza Atlántica y, dentro de eso, continúa la operación y, por lo tanto, mientras se mantenga, estaremos allí.

El futuro de ‘Active Fence’ va a estar muy relacionado con el de Siria, ya que mientras el riesgo de ataques con misiles se mantenga, continuará la operación. Pero ésta, como todas las operaciones, está en continua revisión estratégica para adaptarla a la situación real y al porvenir.

¿Cómo son las relaciones con los países aliados en el ámbito militar de las organizaciones internacionales? ¿España tiene cada vez más peso en ellas?
Siguiendo la Directiva de Política de Defensa y la Estrategia de Seguridad Nacional, el Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas hemos intentado ocupar el mayor espacio posible dentro de la Unión Europea, la OTAN, la ONU y las coaliciones ad hoc que se han creado para exportar seguridad y asegurar la defensa.

En este sentido, España es muy valorada dentro de la Alianza Atlántica. Estamos participando en el despliegue de unidades aéreas en los países bálticos para la seguridad del espacio aéreo, en unos turnos rotatorios. Este año somos la nación líder que manda la unidad de reacción rápida de la Alianza Atlántica, el VJTF (Very High Readiness Joint Task Force en inglés), tras conseguir la capacidad operativa final mediante el ejercicio ‘Trident Juncture’ que realizamos el año pasado. También estamos mandando la agrupación naval permanente número 1 de la OTAN que en estos momentos está desplegada en el Mar del Norte y el Mar Báltico. Estamos en todas las operaciones de la Alianza Atlántica, participando con un nivel de actividad que se nos reconoce, con una posición equilibrada de acuerdo a nuestras capacidades y el español Alejandro Alvargonzález es, desde este mes de septiembre, secretario general adjunto para Asuntos Políticos y de Seguridad de la OTAN.

En la Unión Europea participamos en todas las operaciones. “Más Europa” es lo que nos dice la Estrategia de Seguridad Nacional y lo que intentamos. Participamos en todo desde el punto de vista militar y tenemos a Pedro Serrano, vicesecretario general en el Servicio Europeo de Acción Exterior, así como a un general que está mandando el Eurocuerpo, que actualmente actúa en la República Centroafricana. Por último, con Naciones Unidas estamos en Líbano y con observadores en otras misiones.

Creo que España participa, dentro de sus posibilidades, de una forma intensa en la exportación de seguridad con carácter internacional y se nos reconoce en todas las organizaciones este esfuerzo, ya que vivimos momentos duros desde el punto de vista presupuestario.

Como jefe de la cadena operativa de las Fuerzas Armadas, ¿cree que es necesario que éstas dispongan de más presupuesto?
En la Alianza Atlántica existe un nivel de referencia que es el 2% del PIB y nosotros estamos en un poco menos de la mitad, lo que nos da un margen para pensar que, efectivamente, es conveniente invertir más en seguridad y defensa.

Pero el tema presupuestario no es para mí el principal desafío al que nos enfrentamos. Debemos pensar qué papel tienen que realizar las Fuerzas Armadas desde el punto de vista de la seguridad en el siglo XXI. No se trata de conseguir mayor presupuesto para seguir haciendo lo que hacíamos antes, sino para realizar cosas distintas. Hay que seguir avanzando en el concepto de Fuerzas Armadas del futuro, con lo que hemos hablado antes del concepto multidisciplinar, de Operaciones Especiales, Inteligencia y Ciberdefensa. Unas Fuerzas Armadas necesarias para dar seguridad a nuestros compatriotas y aliados, ese es el principal elemento. Porque aunque tengamos mayor presupuesto, si no lo gastamos de forma eficiente, estaremos trabajando para nada.

En resumen, primero pensar qué queremos tener y, segundo, enfocar lo que tenemos y lo que podamos tener en el futuro hacia eso. En ese sentido, ahora estamos en un grupo de trabajo, ya que una de las últimas Órdenes Ministeriales que se han publicado ha sido la del Planeamiento de la Defensa que establece una total adaptación intentando integrar todo el concepto operativo, es decir, que no haya planeamientos de la Defensa separados y con una primera fase de desarrollo de un objetivo de Fuerza a largo plazo. Por lo tanto, hará falta presupuesto para ese objetivo de Fuerza. Lo que pretendemos es que esto esté recogido en una ley de financiación y programación de las Fuerzas Armadas, de manera que a medio y largo plazo tengamos claro qué es lo que necesitamos, qué queremos tener, qué riesgos asumiremos cuando no dispongamos de cosas que creemos que necesitamos y de quú apoyo de programación y presupuestos disponemos para ir consiguiendo esto con estabilidad a lo largo del tiempo. Lo más importante no es la cantidad sino la calidad, gastarnos el presupuesto en aquello que es necesario para las FAS.

¿Somos conscientes los españoles del alto nivel de capacitación de los hombres y mujeres que forman parte de nuestras Fuerzas Armadas?
Creo que hemos avanzado mucho en la visibilidad de las FAS pero tenemos que avanzar todavía mucho más. Es lo que conocemos como Cultura de Defensa: no solamente conocer las Fuerzas Armadas sino enlazar ese conocimiento con el para qué son necesarias. Es decir, enlazar el nivel político-estratégico con el operacional. Es importante que nos valoren por lo que hacemos pero también es fundamental que unamos eso con el concepto de seguridad. Por lo tanto, creo que debemos avanzar en la Cultura de Defensa desde el punto de vista de la educación. Es un trabajo para el que hay que tener constancia, comenzando desde pequeños y estando presentes en niveles de Educación Primaria, bachillerato, universitario y postuniversitario. Respecto a este último, potenciamos el trabajo del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN) y del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), como dos herramientas fundamentales para conseguir que aumente el conocimiento de la Cultura de Seguridad de la que forma parte la Cultura de Defensa.

Se ve en las estadísticas que los ciudadanos nos valoran pero todavía hace falta un poco más, que nuestros compatriotas conozcan lo que hacen las FAS, cómo están constituidas, qué presupuestos tienen, etc. Es decir, que sientan que somos necesarios.


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  1. Luis

    12 septiembre 2016

    La entrevista está muy bien, pero siendo los reservistas uno de los nichos de clientela más importantes de CISDE, echo en falta alguna pregunta sobre el estado actual y el futuro de la reserva voluntaria en España.