Verónica Sánchez Moreno
Dice de él Arturo Pérez-Reverte que nadie en España pinta “con tanta honradez y con tan admirable ausencia de complejos a la hora de recuperar las imágenes de nuestro largo pasado militar”. Y es que, Augusto Ferrer-Dalmau Nieto es el ‘pintor de batallas’ español. Algo raro en la actualidad por estos lares, pero no para otros ejércitos, como el estadounidense. Cada pincelada de este barcelonés afincado en Valladolid emociona y su obra hace al que la contempla sentirse dentro de los ejércitos españoles de ayer y de hoy
¿Qué le llevó a especializarse en pintar cuadros de temática histórico-militar? ¿Y por qué, sobre todo, las figuras ecuestres del siglo XIX?
Siempre he sentido pasión por la Historia Militar, con todo lo que tuviera que ver con los ejércitos. Ya de muy pequeño disfrutaba pintando soldados. La verdad es que la caballería del XIX es espectacular en cuanto a hazañas bélicas y uniformidad. Para mí es el siglo de la caballería por excelencia, de su esplendor y también de su ocaso.
El pasado verano estuvo doce días con los militares españoles en Afganistán haciendo bocetos, tomando apuntes y pintando. Era la primera vez que un pintor español acudía a una misión en el exterior para colaborar con el Ministerio de Defensa. ¿Cómo valora esta experiencia? ¿Qué destacaría de nuestras tropas, por un lado, y de los afganos, por el otro?
Fue una experiencia inolvidable y muy gratificante. Regresé a España convencido de que nuestros soldados son los mejores del mundo, la seguridad y el aplomo que trasmitían me llenaba de orgullo. No hemos cambiado, seguimos siendo los de siempre. Respecto a los afganos, mi impresión fue inquietante, no puedo decir que sintiera cercanía a ellos.
Fruto de este viaje, nació el libro Ferrer Dalmau, arte en el corazón de Afganistán, escrito por el editor Lucas Molina, que le acompañó esas dos semanas y una exposición del mismo nombre, que hasta mediados de junio ha permanecido en la Galería Puerta de Alcalá de Madrid. ¿Qué acogida ha tenido tanto el libro como la exposición?
Estamos muy contentos. El libro fue presentado por el escritor Alfonso Ussía en el Palacio Real de Valladolid y está teniendo una gran acogida, al igual que la exposición de los bocetos que realicé en Afganistán y que fue inaugurada por el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz. Tenemos previsto exponer una retrospectiva de mi obra incluyendo el cuadro que pinté de Afganistán, La patrulla.
Hablando de La patrulla, decidió regalar el cuadro al Ejército de Tierra, ¿por qué?
Es mi homenaje a todos aquellos que han combatido en esta misión, se merecen esto y mucho más, un reconocimiento constante. Que no queden en el olvido, que su esfuerzo y sacrifico esté presente. Ya va siendo hora de que la sociedad española rinda homenaje a nuestros soldados, yo lo hago con lo que puedo.
¿Pintar al Ejército español actual es muy diferente a pintar al de los pasados siglos?
La composición cromática es evidentemente más triste porque no es tan llamativa como en los siglos anteriores. Por otro lado, pintar épocas pasadas requiere de una documentación y de un estudio previo no necesario en la época actual.
¿Cómo es el proceso de reconstruir el pasado militar español para plasmarlo de forma completamente realista?
Hay un factor determinante, tienes que ser español y sentir lo que pintas. Ese estímulo hace que cada cuadro transmita sensaciones al margen de la técnica. Luego requiere de una buena documentación, que se puede encontrar en libros y colaboraciones de expertos en la materia y, por supuesto, de una gran dosis de imaginación.
Usted afirma que “un cuadro de historia es un paso dado para adivinar el futuro”. ¿Por qué es importante la Historia Militar y que sea conocida por la sociedad? ¿Cree que a los españoles nos falta Cultura de Defensa?
No es que nos falte Cultura de Defensa, es que no existe… La sociedad española no conoce nuestros hechos gloriosos, no se siente orgullosa de su nación y eso es fundamental a la hora de unir a un pueblo. Necesitamos una buena dosis de patriotismo como nuestros países vecinos, aunar esfuerzos, sentirnos únicos, que lo somos, y eso se consigue cuando un pueblo se siente orgulloso de lo que es y de lo que fue.
¿Cómo se siente uno cuándo tiene, entre otras, la Cruz de Plata del Mérito de la Guardia Civil o la Gran Placa de Caballero de la Orden Imperial de Carlos V y es Lancero de Honor del Regimiento de Caballería España, Soldado Acorazado de Honor de la Brigada Acorazada Guadarrama XII o Cazador Honorífico del Regimiento Alcántara?
Muy honrado. Tengo la sensación de que no me lo merezco. Hay otros muchos antes que yo que se merecen estos reconocimientos y muchos más.
Arturo Pérez-Reverte es un declarado admirador de su obra. Cuenta el escritor que de esa admiración nació su amistad, y que su cuadro Rocroi, el último Tercio surgió tras una conversación que mantuvieron durante una comida. ¿Tienen planes de realizar algún tipo de colaboración?
Con Arturo Pérez-Reverte tengo un vínculo muy especial, suelo consultarle y enseñarle mis trabajos más complicados. Tiene un ojo brutal para dar ideas, es un genio para las secuencias, desborda imaginación. Ahora me está ayudando en la documentación y asesoramiento de un cuadro naval del siglo XIX. Es genial, domina la materia como nadie. La verdad es que pasamos muy buenos momentos. Cómo me describe el cuadro que tiene en su imaginación, la pasión con la que lo hace. Es único.
Augusto, ¿cuáles son sus próximos proyectos?
Ahora mismo estoy pintando la Batalla de la Guerra de la Independencia, que tengo previsto terminar a finales de este mes. También estoy pintando un libro dedicado a la caballería de la Guardia Real y desarrollando un cuadro naval del siglo XIX, entre otros proyectos.
Tres catálogos, siete libros, una revista trimestral, FD Magazine, cuyo subtítulo reza “Arte y Cultura para la Historia”, ¿esta extensa producción editorial es muestra de su admiración por las Fuerzas Armadas españolas?
¡Por supuesto! Por nuestros ejércitos de ayer y de hoy. La Historia Militar de España, sus hazañas gloriosas, únicas en el mundo, hacen que me sienta orgulloso de ser español. Somos de la misma raza que conquistó medio mundo y defendió lo insostenible. Muchos héroes anónimos vertieron su sangre por ser lo que somos ahora y les debemos un constante reconocimiento. Alguien dijo: “un pueblo que no honra a sus héroes, no merece ser defendido” y, sin embargo, nuestros soldados lo siguen haciendo.
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