LEYENDO

Anticipación: la batalla por las vacunas del covid...

Anticipación: la batalla por las vacunas del covid-19.

Todos esperamos la llegada de la vacuna contra el coronavirus como agua de mayo, pero no detecto que ningún dirigente esté ahora preocupado por cómo se va a administrar. En esta batalla contra la pandemia, han acertado los altos cargos responsables que han sabido anticiparse a problemas antes de que éstos les quemaran las manos. Un ejemplo ha sido el de la segunda ola de contagios, gracias a las medidas tomadas la pandemia está teniendo menor incidencia en Andalucía y Cantabria que en Cataluña, Madrid o Navarra. Las administraciones que han mostrado una mayor propensión a la planificación a medio plazo se han visto premiadas por una menor tasa de contagios. Si mitigar los efectos de la pandemia ya resulta extenuante, lamento anunciar que ahora se nos presenta un nuevo reto igualmente formidable: el de las vacunaciones masivas. Si hay que administrar un par de dosis por persona a la humanidad entera (somos 8.500 millones de almas) nos enfrentamos a un desafío logístico de difícil parangón. Si además hubiera que administrar otras dos inyecciones de recuerdo en los próximos años, esa cifra puede alcanzar los 17.000 millones de dosis para lograr que el remedio sea universal. En España, la cifra sería 188 millones de dosis.

¿Qué se está haciendo? Estoy seguro de que los responsables de nuestra salud pública habrán abordado el caso con profesionalidad, pero poco trasciende sobre los planes específicos se barajan. Administrar tantos millones de dosis en pocos meses requerirá de una ampliación de la red ordinaria de salud, de flexibilidad y de valentía. Será la gran batalla que libraremos en los próximos meses y juzgaremos a nuestros gestores públicos según el resultado. Los votantes valorarán la eficacia en la adquisición y administración de las vacunas, así como la adecuada gestión de expectativas ante una población impaciente. La opinión pública considera que el manejo de la pandemia ha sido muy mejorable por parte de muchos de nuestros dirigentes. Embridar una crisis requiere grandes conocimientos de gestión, fijación de objetivos, contumacia y capacidad de anticipación, que son atributos que han faltado en muchos cargos electos. Ahora el objetivo público número será que nos vacunemos todos pronto. Disfrutamos de grandes epidemiólogos y virólogos, por lo que sería imperdonable que cuando llegue la vacuna revivamos los episodios de caos de suministro de esta primavera. Se intuye que la prioridad serán los grupos de riesgo, un condicionante socorrido asumiendo que tardaremos en tener dosis para todos.

La pugna también será política. En los países democráticos la oposición está legitimada para denunciar carencias y errores y cuando llegue el remedio clamará ante su falta de disponibilidad. Las críticas están aseguradas en el mejor de los casos. Los ciudadanos apremiaremos a las autoridades sanitarias a actuar con diligencia porque estarán en juego nuestras vidas.
Resulta fácil imaginar las colas de personas mayores; los centros de atención primaria desbordados; las imágenes de médicos indignados por el colapso o los sindicatos denunciando las negligencias y falta de previsión. Los medios de comunicación abrirán con grabaciones de los desajustes, como es su obligación, y se harán eco de todo sinsabor.  Un desgaste político muy alto si no se manejan adecuadamente las expectativas. Esto es lo que viene si no nos anticipamos hoy.

Esfuerzo de todos
En este esfuerzo simpar, las instituciones sanitarias privadas sienten el deber de aportar todas las soluciones posibles a la sociedad a la que servimos. España y Andalucía deben hacer uso de todos los recursos disponibles para afrontar esta prueba, por lo que sería insensato obviar las fortalezas del sector privado. Existen fórmulas de alianza público-privada, conocidas como PPP (Public-Private Partnership), que permiten mantener la titularidad pública de las iniciativas y que se están utilizando con éxito en la pandemia. Las PPP se utilizan con naturalidad en países con los estados del bienestar más desarrollados como son Alemania, Dinamarca o Suecia. Su ventaja principal es la agilidad con la que las PPP movilizan inversiones y empleo en momentos donde la rapidez es esencial.

El sector médico-sanitario privado, en el que incluyo también nuestra envidiable red de farmacias española está presto a apoyar un despliegue rápido de puntos de vacunación efímeros, tanto fijos como móviles, que deben empezar a prepararse ya para complementar a la sanidad pública. También será necesario aumentar la formación, así como modernizar nuestra capacidad tecnológica y de telecomunicaciones. Estamos listos para ayudar en un plan que facilite una fluida administración de las vacunas por personal competente y debidamente protegido. Si España tiene que administrar 188 millones de vacunas en los próximos años, todos tenemos la obligación de sumar de ofrecer nuestras fortalezas porque queremos contribuir al bien común. Bastante tienen nuestros poderes públicos.


Doctor en Ciencias Sociales por UDIMA. MBA por la Henley Business School (Reino Unido). Máster Oficial en Seguridad, Defensa y Geoestrategia por la UDIMA. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. Fundador y Presidente de CISDE. Director general de SAMU. Numerario de la Academia Andaluza de la Historia.

ARTÍCULOS RELACIONADOS