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“Si no hay seguridad en Afganistán, el desarrollo económico no persistirá”

Marta Gómez/ Sevilla.

Este domingo, la OTAN se ha reunido para fijar medidas económicas que ayuden a Afganistán a restablecer el desolado panorama económico después de salida de las tropas den dicho país. Estados Unidos y Japón son los países donantes que más dinero ofrecerán. Las ayudas económicas alcanzan la cifra de 13.000 millones de euros para los próximos cuatro años

La Cumbre de la OTAN del pasado domingo en Tokio (Japón) coincide con la reciente de los seis militares estadounidenses pertenecientes a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF). Además de estas bajas de militares, también se han producido al menos 26 muertos de civiles como consecuencia de la explosión de una bomba. En este sentido, el jefe de la Policía de Kandahar –lugar donde se ha perpetrado el crimen- ha mostrado su indignación ante esta masacre, “Esta es una actuación del enemigo de nuestro pueblo, que está intentando sin descanso matar a la gente inocente”.

Año 2001, comienzo de la guerra de Afganistán con la entrada de las tropas estadounidenses en el país y británicas para ocupar el territorio en respuesta a los atentados del 11-S ajustándose al artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. “Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas por los Miembros en ejercicio del derecho de legítima defensa serán comunicadas inmediatamente al Consejo de Seguridad, y no afectarán en manera alguna la autoridad y responsabilidad del Consejo conforme a la presente Carta para ejercer en cualquier momento la acción que estime necesaria con el fin de mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”, cita dicho artículo.

El objetivo era derrocar al régimen talibán y combatir al enemigo número 1 en el mundo, Osama Bin Laden, yihadista y fundador de la red terrorista Al Qaeda, que falleció en una acción militar de Estados Unidos en Pakistán mediante operación secreta.

Hasta la fecha, las muertes de militares de la coalición ascienden a más de 3.075 fallecidos (Operation Iraqi Freedom and Operation Enduring Freedom), De ellos, 1.348 son estadounidenses, 341 británicos y los 480 restantes, de otros 44 socios de la ISAF. Junio de 2010 fue el año en el que más muertes se registraron dejando un panorama desolador para la OTAN.

«La guerra más larga, sangrienta e impopular declarada por la Alianza Atlántica»
El pasado mes de mayo, dirigentes de la OTAN –representantes de más de 60 países y organizaciones internacionales- se reunían en Chicago para dar por finalizada la misión llevada a cabo en Afganistán, prevista para el 2014, y, posteriormente en el 2015, el país pasará a cumplir un papel de “entrenamiento de sus fuerzas”. Según la ANSA, (Afghanistan National Standards Authority), organismo de autoridad nacional en Afganistán, “la guerra iniciada en 2001 se conoce como la más sangrienta y larga de la Historia”. En esta cumbre se fijó un acuerdo sobre Afganistán en el que la OTAN se comprometía “a trabajar para el establecimiento, a petición del Gobierno de Afganistán, de una nueva misión para el período posterior a 2014, de naturaleza diferente, que tenga como fin formar, asesorar y ayudar a las fuerzas afganas de seguridad, incluidas las fuerzas de operaciones especiales”.

El pasado domingo, integrantes de la OTAN se volvieron a reunir para fijar las medidas económicas con el fin de recuperar la seguridad y economía en el país. Alrededor de 13.000 millones de euros se destinarán en los próximos años para mejorar el crecimiento económico en el país –reducir la pobreza, aumentar la renta per cápita y aumentar el nivel de educación, entre otras medidas-.
En este sentido, el Alto Representante Civil de la OTAN en Afganistán, Simo Gass, ha asegurado su compromiso de seguir trabajando en el país y no abandonar a la población, “nuestras naciones apoyarán la financiación de las fuerzas de seguridad afganas hasta que Afganistán puede hacerlo por sí misma”.

De esta manera, se inicia una “nueva etapa de desarrollo sostenible para Afganistán”, comentan desde la OTAN, donde se restituirán los valores consagrados y violados en su Constitución.

Por su parte, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ha puntualizado en esas ayudas económicas, en el sentido de que no deben ser entregadas sin previa limpieza de corrupción política en el país y sin valorar las opciones de trabajo de la población. “Dichas inversiones deberán ir acompañadas de una lucha contra la corrupción, de la mejora de la gobernanza, del fortalecimiento del Estado de Derecho y del aumento del acceso de todos los afganos a las oportunidades económicas, máxime las mujeres», matizaba la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton.


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