UNTAG y el nacimiento de una nación

Por D. Juan del Río Martín.

En todos los aspectos, el Grupo de Ayuda para la Transición en Namibia (UNTAG), ha sido una misión única en la historia de la ONU, por su carácter nuevo y globalizador. La operación de Namibia, frente a otras misiones de las Naciones Unidas, tuvo la ventaja logística y organizativa de haber contado con diez años para su planeamiento, permitiendo su compleja ejecución, que involucró a millares de elementos civiles —para supervisar las elecciones—, policiales —para dotar de seguridad al proceso—, y militares —para evitar enfrentamientos armados—. UNTAG comenzó el 1 de abril de 1989 y finalizó después de la independencia de Namibia, el 21 de marzo del año siguiente, cuando la bandera del nuevo país sustituyó a la sudafricana en la ciudad de Windhoek, capital del nuevo Estado.

En el momento álgido, UNTAG llegó a contar con 8.000 personas, procedentes de 120 naciones. El componente civil se aproximó a las 3.000, de ellos 1.000 observadores policiales, 761 funcionarios internacionales y 620 funcionarios electorales, más los contratados locales. Las naciones que contribuyeron con personal policial fueron Austria, Bangladesh, Barbados, Egipto, Ghana, Fidji, Holanda, Hungría, Irlanda, Jamaica, Nueva Zelanda, Nigeria, Singapur, Suecia y Túnez.

La misión de los observadores policiales consistió en supervisar a la policía local para lograr un ambiente de seguridad, mientras que los observadores electorales tuvieron como finalidad educar al pueblo Namibia sobre el proceso democrático. El país fue dividido en 23 distritos electorales, se establecieron 70 centros de inscripción y 110 equipos móviles que recorrieron todo el país. Se llevó a cabo un amplio programa de información electoral y en los días de las elecciones 1.758 especialistas supervisaron las urnas para evitar fraudes.

Las elecciones a la Asamblea Constituyente se celebraron entre el 7 y el 11 de noviembre de 1989 y a ellas concurrieron diez organizaciones políticas. El índice de participación fue del 97 por ciento y, tras el recuento de votos, resultó ganador el SWAPO que obtuvo el 57 por cien de los votos, por lo que le correspondieron 41 de los 72 escaños de la Asamblea Constituyente.

El 9 de febrero, el Parlamento aprobó la nueva Carta Magna del país y el 16 de ese mismo mes fue elegido el primer presidente de Namibia, Sam Nujoma a quien tomó solemne juramento Pérez de Cuéllar en la medianoche del 20 al 21 en un acto que simbolizó la independencia de la última colonia africana. El 23 de abril de 1990, Namibia fue admitida oficialmente como miembro de las Naciones Unidas por aclamación de los restantes 159 miembros presentes en la Asamblea General extraordinaria reunida en Nueva York.

El componente militar, al mando del teniente general de la India, Prem Chand, estuvo integrado por 4.493 hombres, de ellos 2.500 de Infantería, 1.620 para tareas logísticas, 300 observadores militares y 80 personas para el cuartel general, que se instaló en Windhoek. En el proyecto redactado en 1978, el contingente necesario para la operación se había fijado en 6 batallones con un total de 7.500 hombres pero el enorme costo que esto representaba (más de 700 millones de dólares) obligó a buscar otra solución. El secretario general propuso entonces que se redujera a 4.650 hombres (tres batallones de Infantería reforzados de Kenia, Malasia y Finlandia) y que los restantes quedaran en reserva en sus respectivos países. De esta manera, el presupuesto final de la operación en Namibia quedó fijado en 416 millones de dólares.

Las naciones que participaron con efectivos militares fueron: Australia, Bangladesh, Canadá, Checoslovaquia, Dinamarca, España, Finlandia, Gran Bretaña, Indonesia, Irlanda, Italia, Kenia, Malasia, Pakistán, Panamá, Perú, Polonia, Sudán, Suiza, Togo y Yugoslavia.

Las misiones de los observadores militares fijadas por la Resolución del Consejo de Seguridad fueron la supervisión del alto el fuego; la verificación del repliegue y posterior retirada de las Fuerzas Sudafricanas; el regreso de los guerrilleros del SWAPO a sus bases en Angola y Zambia; el desarme y desmovilización de las tropas paramilitares; y el mantenimiento de la vigilancia en las fronteras para impedir filtraciones.

El despliegue de UNTAG se centró en un cuartel general, situado en la base de Suiderhof, en Windhoek, con su Estado Mayor, 300 observadores militares, tres batallones de Infantería y diversas unidades de apoyo. España era responsable del Grupo Aéreo de Ala fija; Italia, del Escuadrón de Helicópteros; Polonia, del Batallón Logístico; Gran Bretaña, de la Unidad de Comunicaciones; Dinamarca, de la Unidad de Control de Movimientos; Canadá, de las Bases de Abastecimientos y Mantenimiento; Suiza, de la Unidad Sanitaria; y Australia, del Escuadrón de Ingenieros.

Los observadores militares fueron desplegados por toda Namibia y Angola para supervisar el alto el fuego así como la concentración de las tropas sudafricanas en sus bases y de las guerrillas del SWAPO en Angola. Los tres batallones reforzados fueron desplegados con el objetivo de vigilar las fronteras y evitar movimientos de tropas o infiltraciones. En el noreste se situó el finlandés; en el noroeste, el malayo; y en el centro-sur, el keniata. Los finlandeses y malayos abandonaron Namibia en abril de 1990 una vez proclamada la independencia, mientras que los keniatas se quedaron a petición del nuevo Gobierno para ayudar a la formación del Ejército.


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