Fernando Ibáñez.
Director del curso Técnico Avanzado en Análisis del Fenómeno de la Piratería, que se imparte en el Campus Profesional de CISDE y profesor del Máster de Seguridad, Defensa y Geoestrategia de la UDIMA.
El 26 de noviembre de 2010 un buque portacontenedores de pabellón de Malasia, propietario iraní y de nombre Albedo es secuestrado por piratas somalíes a unas 255 millas al Oeste de las islas Maldivas. Su tripulación estaba formada por 23 personas: siete paquistaníes, siete blangladesíes, seis srilankeses, dos indios y un iraní.
Diez meses después del secuestro, se conocía que los piratas demandaban un rescate de 8 millones de dólares. Un negociador paquistaní afirmó que conseguiría la liberación de la tripulación para el 20 de abril de 2012 a cambio de un rescate de unos tres millones de dólares. Dicha cifra había sido calculada en base a los gastos que los piratas habían tenido durante el cautiverio: unos 50 dólares por persona y día durante 18 meses. Sin embargo, las cuentas no cuadraban, dado que sumaban algo más de 600.000 dólares.
Durante todo este tiempo el Albedo se ha visto involucrado en diferentes sucesos. El 15 de mayo de 2012 la misión naval europea EUNAVFOR-Atalanta atacó por primera vez una base pirata somalí. Según fuentes de la misma, se hizo de forma proporcionada y precisa “desde el aire”, de conformidad con la resolución 1851 del Consejo de Seguridad de la ONU y con el total apoyo del Gobierno somalí. El ataque se desarrolló en la aldea de Handulle, a unos 18 kilómetros al norte de la base pirata de Harardhere. Según fuentes somalíes, había 13 piratas en la base en el momento del ataque nocturno, pero no se produjeron daños personales. Al escuchar el ruido de helicópteros, varios de ellos habrían huido en lanchas hasta el Albedo, que permanecía secuestrado y fondeado en la zona. Ante el temor de nuevos ataques, parece que los piratas habrían decidido dormir en el propio buque y no en tierra firme.
En junio de 2012 se anunciaba que un equipo de seguridad proveniente de Malasia llegaba a Dubai para iniciar negociaciones con líderes tribales
somalíes con el fin de obtener la liberación de la tripulación. El pago de algo más de un millón de dólares, reunidos por, entre otros, las familias de los marineros, permitía poner en libertad en agosto a los miembros de la tripulación…pero sólo a los de origen paquistaní. Entre ellos se encontraba el capitán, quien relataba lo ocurrido en una entrevista. El resto, otras dieciséis personas, permanecían secuestradas. Uno de ellos, de origen indio, fallecía por disparos de los piratas para aumentar la presión sobre el propietario iraní del buque. La violencia utilizada por los piratas fue más allá de lo habitual.
¿Podía empeorar la situación? Para julio de 2013 se anunciaba que el buque se hundía en medio de una tormenta. Los cuatro miembros de la tripulación srilankeses morían ahogados. También siete piratas. El propietario iraní del buque también desaparecía, a su manera, sin dejar rastro. El Albedo no estaba asegurado. Los dos botes salvavidas eran avistados por militares europeos en la playa. Ni rastro de los marineros.
Al parecer, los once supervivientes del barco habían sido conducidos a un pesquero, también secuestrado por los piratas somalíes, y de nombre Naham 3, amarrado mediante cabos a la superestructura de popa del Albedo.
La prensa española se hizo eco de la agonía del cautiverio del Albedo. Militares españoles, desplegados bajo la operación Atalanta en la fragata Numancia y en el avión P-3 Orión, vigilaban de cerca la situación. Unas semanas antes, cuando el avión de patrulla marítima español se aproximó al pesquero, fue disparado desde el mismo. Sí. Las cosas podían ir a peor.
El pasado sábado, 7 de junio de 2014, 1.289 días después de ser capturados, los últimos marineros del Albedo conseguían la libertad. Al parecer, habían escapado por una ventana y gracias a la complicidad de algunos de sus secuestradores piratas. Se especula también con la posibilidad de que, finalmente, los piratas hayan aceptado un rescate muy inferior al previsto.
El secuestro de la tripulación del Albedo ha sido de los más largos y violentos de los llevados a cabo por los piratas somalíes. Es probable que también sea de los últimos. Desde hace más de dos años los piratas somalíes no han sido capaces de capturar un mercante que derive en el pago de un rescate. Desde el año 2013 más del 90% de los ataques piratas en el Índico occidental han sido repelidos gracias al embarque de vigilantes armados.
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