Francia se prepara para la guerra

François Hollande llega al Palacio de Versalles

Francisco Bolumar Montero

En una reunión extraordinaria de las dos cámaras legislativas francesas (Asamblea Nacional y Senado) en el Palacio de Versalles, el Presidente de la República, François Hollande, presentó una batería de medidas para combatir el terrorismo yihadista.

El Palacio de Versalles ha sido protagonista indiscutible de la historia de Francia. Fue desde este palacio que Luis XIV dominó Europa y desde donde envió a su nieto Felipe, Duque de Anjou, a conquistar el trono de España, instaurando la dinastía de los Borbones en nuestro país. Fue en las inmediaciones de este palacio donde se inició, en 1789, con el Juramento del Juego de la Pelota (Serment du Jeu de Paume) la historia democrática de Francia y donde, en 1919, Francia se vengó de Alemania con la imposición de un draconiano tratado de paz tras la Primera Guerra Mundial.

Ayer, el Palacio de Versalles fue, de nuevo, escenario de un hito en la historia de Francia. El sábado, tras los atentados del viernes en París, el Presidente francés calificó los ataques como “un acto de guerra perpetrado por Daesh” mientras que su Primer Ministro, Manuel Valls, informaba a los franceses de que “estamos en guerra; sí estamos en guerra y vamos a actuar y a golpear a ese enemigo yihadista”. Ayer, con la solemnidad imperial de la Sala del Congreso del Palacio de Versalles, y antes de que los legisladores franceses, reunidos en Congreso Extraordinario “para señalar la unidad nacional frente a tal abominación”, se uniesen cantando La Marsellesa, Francia anunció al mundo los primeros pasos que va a dar en esta guerra.

Estado de emergencia hasta febrero
La medida más inmediata propuesta por el jefe del Estado francés es la prolongación del estado de emergencia, vigente desde los atentados del viernes. De acuerdo con la ley que lo regula, el estado de emergencia se aplica “en caso de peligro inminente resultante de graves ataques contra el orden público o en caso de acontecimientos que presenten, por su naturaleza y gravedad, el carácter de calamidad pública”.

Durante la vigencia del estado de emergencia, los prefectos pueden fijar zonas de seguridad prohibidas al tránisto de vehículos y personas, como ya se ha hecho en determinadas zonas de París. El Ministerio del Interior puede fijar zonas de residencia obligadas a sospechosos –algo que ya han hecho con ciento cuatro personas –y las fuerzas y cuerpos de seguridad pueden practicar detenciones y realizar registros domiciliarios día y noche sin orden judicial. Desde el sábado, los cuerpos policiales franceses han realizado ciento sesenta y ocho registros domiciliarios.

No obstante, el estado de emergencia, que entró oficialmente en vigor durante el Consejo de Ministros extraordinario del sábado por la mañana, puede estar vigente únicamente durante doce días. El Ejecutivo quiere prolongar su vigencia durante tres meses, para lo cual necesitará la aprobación de una ley específica por parte del Parlamento, un trámite que, en principio, podrá superarse sin mucha oposición. El proceso legislativo se iniciará el miércoles mediante la presentación, y aprobación, del proyecto de ley correspondiente ante el Consejo de Ministros.

Un nuevo régimen constitucional
El Presidente consideró ayer que las disposiciones que regulan el estado de sitio (artículo 36) y el peligro inminente, insurrección armada o ataque extranjero (artículo 16) en la actual Constitución francesa “ya no se adaptan a la situación en la que nos encontramos”.

“Estamos en guerra” recordó Hollande a los legisladores, y “esta guerra de otro tipo frente a un enemigo nuevo requiere un régimen constitucional que permita gestionar un estado de crisis”. El Ejecutivo francés, por tanto, ha constatado que las previsiones constitucionales no están previstas para enfrentarse “a la amenaza terrorista que Francia ha conocido en 2015” ya que el refuerzo de la seguridad en los términos actuales conllevaría una importante cesión de poder a las Fuerzas Armadas, algo lógico en caso de una invasión extranjera pero no en la situación actual.

Por ello, desde el Eliseo quieren crear “un régimen civil de estado de crisis que permita poner en marcha medidas excepcionales, sin imponer al ejercicio de las libertades púbicas ninguna restricción más allá de las estrictamente necesarias para garantizar la seguridad nacional”.

Pérdida de la nacionalidad
Asimismo, Hollande volvió a repetir la idea, que lleva tiempo circulando en varios países europeos, de quitar la nacionalidad a las personas condenadas por terrorismo, incluidas aquellas nacidas en Francia, siempre y cuando tengan otra nacionalidad ya que, como reconoció el Presidente, “no podemos convertir a alguien en apátrida”.

Además, el jefe del Ejecutivo quiere agilizar la expulsión de las personas condenadas por terrorismo que tengan doble nacionalidad y “prohibir a los binacionales volver al territorio nacional salvo que se sometan a un dispositivo de control draconiano, como han hecho nuestros amigos británicos”.

Por su parte, Los Republicanos, partido del expresidente Nicolas Sarkozy, consideran que el Estado debería fijar zonas de residencia obligadas para los sospechosos de radicalismo islamista, algo permitido durante la vigencia de la del estado de emergencia, así como obligarles a portar brazaletes de geolocalización, algo que el Gobierno no descarta. Los Republicanos han llegado a proponer, por medio de su secretario general, Laurent Wauquiez, que se pueda encerrar a los sospechosos de radicalismo en campos especiales de internamiento.

Los líderes de los principales partidos también se han pronunciado a favor de actuar contra la radicalización en las mezquitas francesas. Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecho Front National, defendió el cierra de las mezquita en las que se pronuncien sermnes violentos, algo que defendió, también, el Ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, el domingo al asegurar que se deberían cerrar aquellas que “prediquen el odio”. Ayer, Manuel Valls se mostró a favor de esta medida al afirmar que Francia debe “expulsar a los que mantienen discursos insoportables contra la República”.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay diez mil quinientas personas sospechosas de estar involucradas en actividades vinculadas al radicalismo islamista en Francia, una cifra que imposibilita que se pueda controlar a todos.

El Presidente de Francia, François Hollande, se dirije a las cámaras legislativas francesas (Asamblea Nacional y Senadao) reunidas en Congreso extraordinario en el Palacio de Versalles

El Presidente de Francia, François Hollande, se dirije a las cámaras legislativas francesas (Asamblea Nacional y Senadao) reunidas en Congreso extraordinario en el Palacio de Versalles

“La seguridad está por encima de la estabilidad presupuestaria”
Por esta razón, el Presidente anunció la creación de cinco mil nuevos puestos en la Policía y la Gendarmería, mil en la administración de aduanas “para un control efectivo de nuestras fronteras” y dos mil quinientos en la judicial, especialmente en el ámbito penitenciario y servicios judiciales. Asimismo, Hollande anunció la cancelación inmediata de los planes para reducir el número de efectivos en las Fuerzas Armadas y se declaró preparado para llamar a cincuenta y nueve mil reservistas. Sobre este último punto, Hollande aseguró que los reservistas, “muy poco utilizados”, “son el vínculo entre el ejército y la Nación, constituyen elementos que mañana pueden formar una guardia nacional encuadrada y disponible”. Todas estas medidas se incluirán en la “Ley de Finanzas” para 2016 que, en estos momentos, se debate en el Parlamento.

Además, el Presidente confirmó su intención de revisar y reformar las normas de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y, en especial, las que regulan el uso de armas de fuego. En la actualidad, los agentes sólo pueden emplear sus armas de fuego en caso de legítima defensa y siempre y cuando su uso sea proporcional. Ello implica que solamente pueden usar sus armas de fuego en respuesta a un ataque de esas características, si son atacados con armas de fuego, lo cual explica los apuñalamientos sufridos en los últimos tiempos por policías y soldados franceses.
No obstante, la mayoría de las medidas desgranadas ayer por Hollande no serán baratas por lo que éste asumió que habrá “un aumento del gasto”. Este aumento conllevará un incremento del déficit presupuestario francés y, como tal, una violación de los acuerdos establecidos en la Unión Europea. Sin embargo, anteponiéndose a posibles protestas, el Presidente francés aseveró ayer que “el pacto de seguridad se impone sobre el pacto de estabilidad [presupuestaria de la UE].

Medidas Internacionales
En el plano internacional, Francia continuará intensificando sus bombardeos contra Daesh en Siria, viéndose reforzados con la llegada del portaaviones Charles de Gaulle, que saldrá el jueves hacia el Mediterráneo Oriental y, según el Presidente, permitirá triplicar la capacidad de acción de Francia.

Además, dado que “el objetivo de destruir a Daesh concierne a toda la comunidad internacional”, Francia ha solicitado una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para solicitar la aprobación de “una resolución que registre la voluntad común de luchar contra el terrorismo”.

Hollande también afirmó su voluntad de impulsar la creación de una “gran y única” coalición de todos los países que luchan contra Daesh, incluyendo a Rusia, por lo que aseguró que ya había hablado, y seguiría haciéndolo, con los presidentes de Rusia y Estados Unidos. Vladimir Putin, por su parte, recordó que “ya hablé sobre esto durante la sesión de la ONU consagrada a sus 70 años. Hablé exactamente de esto y los trágicos acontecimientos que han sucedido [en París] han confirmado que teníamos razón”.

Solidaridad europea
Finalmente, Hollande anunció que, en el día de hoy, el Ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, presentaría en Bruselas la petición formal de Francia para invocar el artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea.

Este artículo, que recoge la llamada cláusula de solidaridad, se introdujo con el Tratado de Lisboa como consecuencia de los atentados de Madrid y Londres y no se había invocado hasta ahora. El artículo establece que “si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance”.

Se trata, por tanto, de una cláusula inspirada, por no decir copiada, del artículo 5 del Tratado de la OTAN, eje central de la organización euro-atlántica. Aunque varios expertos esperaban que el país galo invocase el artículo 5 –invocado por primera y única vez tras los atentados del 11-S –legalizando, así, los bombardeos aéreos que llevan a cabo Estados Unidos, Reino Unido y Francia en Siria, François Hollande, haciendo gala del europeísmo que ha caracterizado a los Presidentes de la República francesa, se decantó por hacer un llamamiento a la solidaridad europea. Falta por ver si el resto estamos a la altura de las circunstancias.


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